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Natsuki.
Liberada, eso era lo que sentía, al ya no esconder una parte de mi.
Gaara me había apoyado tras revelarle mi pasado, me hizo saber que como yo estuve -y estoy- para él, él lo estará para mi. Eso me hizo sentir de nuevo esa sensación cálida que siento cuando me demuestra su cariño hacía mi o cuando lo hago sonrojar, y se que como él me acepto, otros más lo harán. A pesar de haber omitido unas cuantas cosas, se las diré, algún día se las diría, por que aún no era el momento, aún no tenía que decir toda la verdad.
Y ahora sólo me decidí a mejorar, entrenar y realizar misiones. Pues no había muchas que realmente me interesarán, así que como lo aburrida que estaba decidí enviarle una carta a mi viejo equipo, por lo que comienzo caminar hacía un lugar tranquilo donde pueda estar mejor, y lo había encontrado, era un sitio cercano a donde me juntaba con Gaara para pasar tiempo juntos, había un poco más piedra que arena pues me había dedicado a arreglar un poco para sentirme mucho más cómoda.
Con el pergamino en mano, comencé a escribirles a Mayumi, Tetsuya y Yudai, al agregarle un mensaje extra que pronto nos veríamos, sólo faltaba la forma de enviar el mensaje y la única forma en que tenía confianza al enviar algo era base a mis invocaciones. Así que muerdo mi pulgar derecho y comienzo a hacer los sellos
—¡Kuchiyose no Jutsu!
Y Jitsukano aparece.
—¿Me llama, Natsuki-sama? —pregunta.
—Si, necesito que lleves este mensaje a Tetsuya. —ordeno y esta asiente para tomar el pergamino en su boca y desaparecer al irse corriendo.
Después de haber hecho eso, decidí quedarme a ver la puesta de sol, como lo hacía cada vez que podía.
〘···〙
Lance nueve shurikens hacía Shun, este las comenzó a esquivar o lanzar unas kunai para poder desviarlas, hasta que tomo la última y se la lanzó. Este parece no haberla visto venir pues estaba a nada de que se clavaran en su brazo y saco otra de ellas para poder desviarla causando que se clavaran en el suelo.
—Debes poner más atención a lo que pasa a tú alrededor, Shun. —digo señalando las shuriken en el suelo.
Shun baja la mirada avergonzado de no haber prevenido mi ataque, así que suspiro para no ser tan dura con él.
—Termino el entrenamiento por hoy. —menciono ante lo que Shun levanta la cabeza y asiente ante la señal que hago para que levante las shuriken que utilizamos.
Al verlo levantarlas decido ayudarlo, no hablamos durante lo que hacíamos y eso nos hizo escuchar con más claridad una conversación cercana a donde nos encontrábamos.
—¿Enserio? —pregunta una mujer.
—Si. Lord Gaara y yo pasaremos mucho más tiempo juntos. —contesta la otra.
