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Natsuki.
—Kazekage-sama, que tenga un viaje seguro. —dice.
—Kankuro-dono, Temari-dono, Natsuki-dono. Contamos con ustedes. —dice otro.
—Lo sabemos. —contesta Temari mientras se daba aire con el abanico que tenía en la mano derecha.
—Aunque no es que Gaara necesite guardaespaldas. —bromea Kankuro a lo que yo ruedo los ojos divertida.
—Nos vamos. —anuncia Gaara para luego darnos la vuelta y partir.
Mientras Temari hablaba con Kankuro, yo miraba de reojo al pelirrojo, desde lo que había sucedido del beso los dos hemos estado mucho más pegados que antes. Pues cabe decir que después de haberle confesado mis sentimientos, descubrí que él sentía lo mismo, y por ello comenzamos a salir. Aunque como su puesto de Kazekage y mis misiones no hemos podido estar demasiado juntos el cual cierta persona supo aprovechar, Matsuri, esa pequeña bastarda trataba de separarnos a mi y a Gaara, pues nunca nos dejaba, hasta que en cierto punto ya fastidiada con la situación decidí decirle -advertirle- que dejara de rondar a Gaara.
Y había funcionado, pues ya no estaba tan pegada como antes, aunque si notaba su mirada asesina al verme demostrarle afecto, al igual que una gran mayoría lo hacía pues desde que había anunciado mi atracción al pelirrojo los rumores no se esperaron en venir y esparcirse como el aire. Pues en gran parte eso había sido a causa de cierta rubia quien anunció nuestra relación, pero olvidando el tema ese, ahora íbamos rumbo a al sitió donde se presentarían los cinco Kages por petición del Raikage.
Me sobresalto al sentir la mano entrelazada de Gaara con la mía, al verlo, vi que con la mirada me preguntaba si estaba bien, yo le sonrió en respuesta y notó que asiente ligeramente a la vez que una pequeña pero tenue sonrisa adorno su rostro.
Realmente yo haría lo que fuera por verlo bien y feliz.
〘···〙
Finalmente habíamos llegado, el lugar de la Cumbre de los Kages, un hombre junto a dos soldados más a sus lados nos miraba.
—Hemos estado esperando su llegada, Kazekage-dono. —dice el hombre del medio—. Mi nombre es Mifune, soy el general de esta nación.
—Es un placer conocerle, Soy el Kazekage, Gaara.
Mientras los dos hablaban vi como Kankuro temblaba.
—Hace frío. Su clima es el contrario de nuestra nación. —comenta Kankuro a lo que yo me limito a sonreír divertida.
—Un té caliente los deberá calentar. Por favor, entren. —dice Mifune y veo como Kankuro estornudaba.
El clima frío de aquí no le hacía bien, y sin más nos adentramos dentro para poder calentarnos, mientras descasábamos pude enterarme que la reunión empezaría pronto, así que volvía mi lugar para tratar de pensar y acomodar mis pensamientos. Hasta que en dicho momento sentí como alguien se recargaba en mi hombro, al ver su cabellera no dude en poner uno de mis brazos alrededor de su cuerpo.
