¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
«Boru Shiden: Reiko Boru»
Natsuki.
Rondaba por los alrededores de la aldea, pues disfrutaba de mi día libre desde lo sucedido tras la guerra, justo en unos días se cumplirán cinco meses desde entonces.
Había cambiado mucho desde esos meses, pues cuando había descubierto que la sangre del Rikudo y la de mi ahora conocido bisabuelo corría por todo mi cuerpo, aún poseía el Rinnegan pero lo podía activar cuando fuera necesarios, mis ojos azules seguían estando ahí. De pronto aquella paz se vio interrumpida cuando siento la presencia de alguien más.
-Natsuki-san, Lord Kazekage requiere su presencia. -dice un Anbu.
Asiento y de inmediato voy hacía allá, al llegar toco la puerta esperando una respuesta.
-Adelante.
Abro la puerta dejando ver a Gaara leer unos papeles al igual que había más en la parte izquierda de él.
-¿Me llamabas? -digo y cuando el me escucha deja su vista de los papeles para verme a mi y sonreírme.
-Si. -responde a lo que yo me acerco más al escritorio-. La Mizukage te ha mandado esto.
Me extiende dos protectores los cuales ya conocía muy bien, siento como mis ojos comienzan a picar.
-¿Dónde las encontró? -cuestionó a lo que él me mira con un poco de preocupación al escuchar mi voz neutra.
-Casi a las fronteras de Kirigakure, cerca del pueblo Baramachi. -contesta-. Pero no sólo te mando eso, sino también un pergamino.
Tomó el rollo de papel para luego extenderlo.
-¿Hace cuánto lo envió?
-Hace tres días.
-Bien. Me retiró. -digo volteandome y tratar de salir lo más rápido posible.
-Espera.
Me doy la vuelta para luego ser abrazada por el pelirrojo, le correspondo para luego separarme de él y sonreirle antes de irme.
Tenía que ir a Kirigakure lo más pronto posible.
〘···〙
Había llegado rápido a Kirigakure, yendo directamente con la Mizukage y que está comenzará a explicarme la situación.
-Natsuki. Como podrás ya estar al tanto de la situación con el equipo Yudai, hemos encontrado sus cuerpos cerca de Baramachi pero estos tenían algo en particular en sus muñecas. -explica Mei mientras yo asentía.
