Te presto mi voz

2. Don't dream it's over

Decir que todo su mundo se derrumbó en ese instante sabe a poco para describir la realidad.

-Hey -murmuró Alejandro en su oído, pero esa simple palabra la trasladó muy lejos de allí.

Hey now, hey now, don't dream it's over

Amaia se quedó sin aliento. No sabría decir si estuvo así apenas un segundo, o si pasaron varias horas, pero perdió totalmente la noción de su ser.

Pero fue aún peor cuando volvió en sí.

-¿Amaia? -escuchó la voz temblorosa de Lorenzo al otro lado de la línea. Notó cómo Alejandro le rodeaba la cintura con los brazos y entonces, como a cámara lenta, empezó a convulsionarse en un grito silencioso.

Hey now, hey now, when the world comes in

Las lágrimas empezaron a rodar sin control por sus mejillas. Pero entonces su cerebro pareció reaccionar.

-¿Dónde está? ¡¡¡Dónde está!!! -gritó, sin poder controlar su voz.

Se deshizo bruscamente del abrazo de Alejandro, aun sin pretenderlo, y se levantó de la cama para cambiarse y buscar algo que ponerse. Lo que fuera. Daba igual.

-¡¡¡LORENZO!!! -volvió a requerirle, al no obtener respuesta.

Amaia no tenía ni idea de si quizás Alfred había podido sufrir el accidente en Los Ángeles, donde había fijado su residencia habitual, o quizás en alguna de las ciudades de su gira. La verdad es que no le había seguido los pasos últimamente. Era... Demasiado doloroso. Pero, ante la cruda realidad, estaba dispuesta a ir a verlo a donde se encontrase. Y Lorenzo sabía sus intenciones. A lo mejor por eso se encontraba vacilante.

-Amaia, entiendo que estés afectada, como todos. Pero no sé...

They come, they come, to build the wall between us...

La chica se paró en ese momento. Se limpió las lágrimas con brusquedad e intentó que su voz sonara limpia y segura.

-¿Me estás diciendo que no sabemos si son sus últimas horas de vida, pero que es mejor no precipitarnos? Tú mejor que nadie sabes lo que siempre ha significado Alfred para mí.

El representante se quedó fulminado al otro lado de la línea. Desde el principio había tenido sus reticencias para con el muchacho. Era de los que pensaban que, profesionalmente, a Amaia no le había favorecido su relación con el catalán. Pero en momentos como aquel era imposible discutir con ella.

-Está en el hospital Vall d'Hebron. El accidente ocurrió cuando iba de camino a casa de sus padres desde el aeropuerto, para descansar unos días -le explicó.

Amaia tomó una bocanada de aire, súbitamente aliviada. Podría haber ocurrido al otro lado del Océano, pero al menos estaba "cerca".

But we know they won't win

-Vale. Gestióname un billete de tren para Barcelona lo más rápido que puedas, por favor. Espero tu llamada. Ahora te cuelgo porque voy a llamar a Mª Jesús, a ver si tengo suerte -le respondió, algo más tranquila. Parecía que ya empezaba a pensar con claridad.

-No creo que...

Pero Amaia no le dejó acabar la frase. Ya había colgado.

Desde el otro lado de la línea, Lorenzo lanzó un suspiro resignado. Sabía que esto pasaría, pero también era consciente de que su deber era avisar a Amaia. Si la cantante sacara ese carácter también en su carrera profesional, otro gallo le habría cantado...