Capítulo Dos

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Dia uno.

Desperté por unas pequeñas caricias en mi hombro y abrí los ojos lentamente.

Brinque en mi sitio y me espabilé de inmediato.

- ¡RUGGERO! -grite y golpeé el hombro de mi amigo, él sonrió de lado y me tendió una rosa roja-.

- Buenos días Karol -murmuró-.

- Buenos días -tome indecisa la rosa y la lleve a mi nariz - ¿A qué se debe? -pregunté-.

- No lo sé, sólo me dieron ganas de darte una flor -se encogió de hombros y me hizo señas para que me apartara y él se pudiera acostar-.

Levante las sábanas y él se quitó los zapatos antes de entrar, se recostó mirando el techo con sus manos tras su cabeza.

- ¿Has despertado a Valentina o ella ya no estaba cuando llegaste? - le pregunté ya que anoche me dormí antes de que volviera-.

- Me conseguí con ella está mañana en el departamento - dijo divertido. Frunci el ceño al no comprender y luego abrí mi boca debido a la sorpresa-.

- ¡No me digas que lo hizo! -exclamé-.

- Oh si, si que lo hizo - verificó Ruggero-.

- No puedo creer que Valentina se acostara con Mike - dije aún con la boca abierta-.

- Karol, nena - dijo acostandose de lado para verme mejor y yo lo imite- Las personas duermen con otras constantemente, supongo que es normal -se encogió de hombros-.

- Lo sé, es sólo que...No quiero que Valentina se sienta mal por ser otro más de los juegos de Mike -le dije-.

- No creo que Valentina sea un juego para Mike, a él realmente le gusta, tendrías que ver como la veía por la mañana, Jesús, quería golpearlo sólo para que quitará la cara de idiota -dijo riendo-.

- El amor es hermoso Ruggero -le murmuré-.

- Lo sé Karol, lo sé -susurró el mirándome a los ojos-.

Minutos de silencio inundaron el dormitorio.

- Vistete Karol, iremos a desayunar- me invitó o más bien me informó Ruggero, típico de él-.

- Que sutil -hablé con ironía-

- Cierto - dijo y él mismo se golpeó la cabeza cosa que me hizo reir- Karol, ¿quisieras ir a desayunar conmigo, por favor? - Preguntó lo más dulce que pudo. Mis defensas se fueron a la mierda, literalmente-.

- Sip- dije, bese rápidamente su mejilla y me puse de pie- ¿puedo tomar una ducha rápida? - le pregunté-.

- Por supuesto que sí- dijo acomodandose en mi cama-.

Tomé una toalla, unos jeans ajustados, un suéter color rosa viejo y mi ropa interior.

Me adentre al baño que compartía en mi habitación con Valentina y comencé a ducharme.

Una vez limpia me metí en los entubados jeans y rápidamente me puse el suéter, aplique en mi rostro base y polvo, un poco de rubor, rimel y un brillo labial rosado.

Salí del baño, y me puse una botas hasta la rodilla, donde eran peludas, de un peculiar tono tierra.

Rocie perfume sobre la parte trasera de mis orejas y en mis muñecas. Tomé mi móvil y lo introduje en mi bolso.

- Lista -dije, Ruggero levantó la vista de su teléfono y se enfocó en mi-.

- Estas hermosa Karol - dijo él. Le agradecí con una sonrisa, lo vi ponerse de pie y caminamos a la puerta de la habitación, del perchero saque mi chaqueta de invierno que era a conjunto con las botas, y salimos-.

Treinta. (Ruggarol) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora