- Buenos días - la preciosa voz de Ruggero me hizo despertar. Sonreí girando mi cuerpo y observando que él se encontraba totalmente vestido, fruncí el ceño -. Te fui a comprar el desayuno -explicó presionando sus labios contra mi frente-. Venga perezosa que son las diez de la mañana.-¿A qué se debe todo esto? -besé su brazo que se encontraba sobre mi pecho-.
-¿Qué acaso no puedo ser detallista? -preguntó mientras yo lo apartaba para poder ponerme de pie-.
- Oh, por supuesto que sí - amarré mi cabello en una coleta y entré en el baño. Lavé mi rostro y dientes, para después reunirme con Ruggero en la mesa quien ya tenia un trozo de pan en la boca. Pasé mis manos por su cuello y le di un corto beso -. Buenos días - mi cara fue directamente al hueco de su cuello y su hombro, sus manos no tardaron en tomar mi cintura-.
Lo abracé por unos segundos y luego me senté para desayunar.
-¿Dónde compraste la comida? -Pregunté desenvolviendo algunos panqueques-.
- En Hut - contestó sacando el jarabe de una de las bolsas-.
-¿Qué vamos a hacer hoy? -Pregunté ahora mirándole-.
- Si sobre eso - él se aclaró la garganta y se acomodó sobre su puesto -. Jaz me llamó temprano, diciendo que quería pasar el día conmigo, se que fue Katja quien la obligó pero ella sonaba ligeramente feliz, es por eso que desperté temprano.
- Esta bien eso -contesté pasándole una servilleta -. Puedes pasar el día con ella, sabes que no tengo problema -dije con una sonrisa pero Ruggero frunció el ceño-.
- Mierda no - él negó con la cabeza -Somos un paquete -señaló con el tenedor entre nosotros - Los dos, tú vienes conmigo.
Sonreí antes de hablar-¿Adónde iremos?
- Estaba pensando que podemos llevarla al parque ese de niños, donde hay mierdas pequeñas y eso -Ruggero frunció el ceño pensando y yo asentí-.
- Allí estaría bien -le dije con una pequeña sonrisa-.
**
Ruggero bajó de la camioneta luego de tocar tres veces la bocina y se detuvo a unos buenos pasos de la puerta de la casa de Katja.
La puerta se abrió y la pequeña niña rubia vestida en su totalidad de rosado corrió hasta los brazos de su tío. Ruggero la levantó del suelo y le dio un gran beso. Katja, quien se despedía desde la puerta, recibió un dedo levantado por parte de su hermano.
Ruggero caminó hasta la camioneta con la niña entre sus brazos. Abrió la puerta trasera y colocó a Jazmin en el asiento central, antes de cerrar la puerta le abrochó el cinturón de seguridad y luego entró en la parte del conductor
- Hola Karol -dijo contenta mientras yo la miraba sobre mi hombro con una gran sonrisa-.
- Hola Jaz -sonreí cuando miré hacia Ruggero y lo pillé mirando a Jazmín por el retrovisor. Volvió su vista al frente y comenzó a conducir-.
-¿Adónde vamos? -preguntó la chiquilla de pronto con un brazo en cada sillón-.
-¡Mierda Jaz, no sueltes el cinturón! - Ruggero puso las luces intermitentes y aparcó la camioneta antes de girarse y volver a acomodar a Jazmín-.
Me reí cuando él hundió su nariz en el cuello de la niña haciéndola reír, Jazmín lo empujó, él sonrió de medio lado y volvió a su puesto retomando el camino.
- Así que...¿Qué va a darte tu madre por conseguir que te llevara conmigo? -Ruggero preguntó dando una vuelta hacia la derecha-.
- Nada tio, no es así -Jazmín se excusó-.
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Treinta. (Ruggarol)
Любовные романыTreinta, sólo dame treinta dias y lo conseguiré. Novela Adaptada, todos los créditos al autor