18+
La sensación de humedad me hizo despertar, pequeños besos fueron repartidos en la parte trasera de mi cuello. Suspiré acordándome de la noche pasada, y recordando que aún me encontraba desnuda.
Me giré poniendo mis manos sobre el pecho de Ruggero quién sonreía.
- Buenos días preciosa - presionó sus labios sobre mi frente y sonreí-.
- Buenos días - me acerqué más a él-.
Sus ojos escanearon mi rostro y después levantó la sábana para besar cada uno de mis senos.
- Si señor, buenos días para mis preferidas - dijo riendo, volví a taparme con las sábanas y lo empujé ligeramente-.
- Eres un idiota Ruggero - rodé los ojos cuando me tiró contra él-.
- Lo de anoche fue increíble -susurró pasando su dedo pulgar por mi labio inferior-.
- Tengo una idea para la noche de hoy -murmuré alejándome de él y mirando al techo. Ruggero giró sobre su costado, recostándose sobre su hombro, su mano se posó sobre mi vientre-.
-¿Si? -preguntó llevando su mano hasta mi seno-. ¿Qué cosa se te ocurre princesa? - acarició desde mi seno hasta mi ombligo y luego el mismo camino hasta mi otro seno formando una V-.
- Yo.. estaba pensando que - mi voz se cortó cuando repitió aquella V muchas veces-. Yo puedo mmm -cerré los ojos cuando sus labios comenzaron a besar el costado de mi rostro-.
Su mano comenzó a bajar hasta posarse sobre mi entrepierna. Comenzó haciendo círculos sobre la piel de mi triángulo.
-¿Por qué no me cuentas lo que tienes planeado princesa? - su mano separó mis muslos y acarició esa zona-.
Mi mente estaba completamente nublada pero me obligué a hablar.
- Te va a gustar - logré decir y me tensé cuando su dedo pasó suavemente por mi intimidad-.
-¿En serio? Eso es bueno - su voz era ronca y lenta mientras me acariciaba.-Te estas mojando - sus labios siguieron besando el costado de mi rostro-.
- No estas dejando que piense bien - me quejé tratando de cerrar las piernas pero él no lo permitió-.
Mi aliento se atascó en mi garganta cuando introdujo su dedo en mi. Apreté mis ojos cerrados cuando comenzó a moverse allí. Sentía su respiración caliente en mi sien, sus labios besaban la zona como si de mis labios se tratase, mi pecho subía y bajaba con demasiada fuerza, gemidos tras gemidos eran expulsados por mis labios combinandose con los gruñidos de Ruggero.
- Ves que bueno es mi amor - casi grité cuando introdujo su segundo dedo-.
- Ruggero - mordí mis labios mientras no podía dejar de gemir-.
- Shh, relájate muñeca - sus dedos se movían en círculos aumentando poco a poco la velocidad-.
Mis gemidos aumentaron y comencé a retorcerme bajo su toque.
Traté de concentrarme para poder hablar pero era completamente imposible.
Sus dedos eran un sueño, acariciando mis paredes y saliendo y entrando generando una fricción increíble.
Ruggero estaba jadeando con fuerzas y con su mano libre alcanzó mi pezón izquierdo.
- Venga bebé, córrete - se inclinó tomando mis labios entre sus dientes y sus dedos se clavaron más profundo-.
- Dios - mis ojos se cerraron con fuerza cuando el orgasmo me alcanzó, todo ocurrió demasiado rápido. Deje caer mi cabeza con fuerzas sobre mi almohada mientras Ruggero retiraba sus dedos-.
ESTÁS LEYENDO
Treinta. (Ruggarol)
RomanceTreinta, sólo dame treinta dias y lo conseguiré. Novela Adaptada, todos los créditos al autor