Día doce.
El calor que sentía en el cuerpo no me permitió seguir durmiendo.
Mis ojos se abrieron pesadamente encontrándome con dos preciosos ojos miel mirándome.
- Buen día, Feliz Navidad -Ruggero susurró y besó mi nariz-.
- Feliz Navidad -contesté y observé como mi cuerpo y el de él estaban enredados, me removí y apoye mi cabeza en su cuello tratando de conciliar el sueño de nuevo.
Cuando mis párpados ya no podían estar abiertos la puerta azotó contra la pared
Todo paso tan rápido que no entendí nada.
Mike me sacó de la cama y me apretó contra su pecho.
Jorge estaba sobre la cama con un rodillo de masa, Agustín a la izquierda con un plumero y Lionel a la derecha con una escoba.
Todos golpeando a Ruggero por todo su cuerpo.
- ¡Hijo de puta!, Si querías acostarte con ella no debiste hacerlo en nuestra casa, ¡cabrón! Es como nuestra maldita hermana -Mike gritó mientras los chicos golpeaban a Ruggero-.
- ¡Basta! No dormí con Ruggero - me removí entre los brazos de Mike pero él no me dejo-. ¡Jesús, Mike! No dormimos juntos - lo golpeé y él reaccionó-.
- ¿De verdad? -preguntó-.
- ¡Si!
- ¡Eh, chicos, Ruggero no la tocó! -Mike gritó y todos dejaron de golpear a Ruggero-.
La habitación se quedó en silencio un rato y todos explotamos en carcajadas menos Ruggero.
- ¡SALGAN DE MI MALDITO CUARTO AHORA! -gritó Ruggero a todo pulmón. Jorge se bajo de la cama y salió tan rápido como pudo. Agustín y Lionel se miraron y ambos corrieron fuera. Mike y yo caminamos a la puerta con más calma-. Tu no Karol - la voz de Ruggero sonaba con dolor y me sentí mal por reirme-.
Mire a Mike, el asintió y besó mi cabeza antes de salir.
Me acerqué a paso vacilante hasta la cama y me senté junto a Ruggero, él me miró.
- ¿Estas bien? -susurré acariciando su espalda-
- Me duele todo el cuerpo -se quejó y yo me sentí terrible-
- Son unos idiotas.
- Lo sé Karol, lo sé -él se giró dándome la espalda, yo me subí a la cama y me apoye en su costado-.
- ¿Estarás bien? -pregunté sobando su espalda y la zona de sus costillas-.
- Estaré bien, pero si me sigues acariciando de esa manera, probablemente vuelvan a golpearme pero esta vez con razón -Él se carcajeó y aparte mi mano de su cuerpo-.
- ¿Puedes ponerte de pie? -pregunté preocupada-
- Jesús Karol, sólo me golpearon no me partieron una costilla ni nada por el estilo -él se gira y me mira-.
- Me alegra que estés bien entonces -sonrió-.
- Podría estar mejor si me das un beso -extiende sus labios hacia mi-.
- Basta, te he dado uno anoche.
- Pero hoy es Navidad.
- Te lo di ayer cuando ya era Navidad.
- Vale, me darás uno está noche -sonrió de lado mostrando sus hoyuelos-.
- ¿Qué haremos hoy? -le pregunté-.
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Treinta. (Ruggarol)
RomanceTreinta, sólo dame treinta dias y lo conseguiré. Novela Adaptada, todos los créditos al autor