Día diecinueve.- Karol, tienes que parar -susurró Valentina acariciando mi espalda mientras mi rostro descansaba en su cuello. Ambas en mi cama-.
- No sabes lo que sentí cuando le vi eso en el cuello -sorbí mi nariz y salí de mi escondite, Valentina ha estado conmigo desde que llegó está mañana. Ella sonrió y con su mano enjuago mis lágrimas-.
- Michael y Ruggero pelearon anoche.
- ¿Qué? -mis ojos volvieron a cristalizarse-.
- No a golpes si es lo que crees -volvió a pasar sus manos por mi rostro-. Yo estaba en la sala esperando a Mike y escuche como le gritaba a Ruggero.
- ¿Qué más? -mi curiosidad salió a flote-.
- Bueno luego de unos cuantos reclamos Mike entró, pero Ruggero se paso la noche fuera en las escaleras, se abrazaron durante el desayuno pero Mike le dijo a Ruggero que seguía molesto con él-.
- ¿Y cómo está Ruggero?
- Pues me ha pedido que lo ayude a quitarse la marca, aunque eso no fue posible, aplicamos calor y frío, pero nada funcionó, está jodido -Valentina sonrió sacando una pequeña sonrisa de mi parte-.
- ¿Crees que debería ir está noche?
- Debes, será año nuevo, debemos estar juntos -limpio mis ojos y me sonrio-.
- Sabes que te amo, ¿Verdad? -susurré abrazandola-.
- Sabes que te amo más, ¿Verdad? -ella beso mi frente y acarició mi cabello mientras yo retenia las inmensas ganas de llorar-.
**
- Mierda, quédate quieta -Valentina sostuvo la parte trasera de mi cabeza mientras aplicaba lápiz a mis ojos-.
- Ya basta - me quejé y ella negó con la cabeza-.
Aplico el lápiz de ojos varias veces y con su mano aireó mis ojos para no llorar.
Uso una máscara para aumentar tres veces el tamaño de las pestañas, pintó un poco mis ojos y colocó gran cantidad de gloss en mis labios.
- Lista -sonrió y movió mi rostro de un lado a otro para inspeccionarme-. Ahora ve y ponte tu vestido.
Caminé primero hasta la gran peinadora y abrí mucho los ojos al verme en el espejo.
La chica de cabello enmarañado, ojeras y ojos llorosos se habia ido, dando paso a otra totalmente distinta.
Toque varias veces mi rostro para asegurarme de que esa fuera yo, mierda si era yo.
Me despoje de mi ropa quedando únicamente en mis bragas y mi sostén de strapless, ambas prendas negras. Tomé el vestido de lentejuelas negras de sobre la cama y lo pasé por mi cabeza. Se ajustó perfectamente a mi cuerpo, este era mi vestido favorito. Fui hasta la zona donde Valentina y yo tenemos los zapatos, tome unos negros cerrados y me subí en ellos.
Solté los pequeños ganchos que habían enrollados en las puntas de mi cabello, dejando mi cabello liso y en las puntas pequeñas y perfectas ondas. Me puse perfume y lista.
Me senté en mi cama a esperar a Valentina y por primera vez desde anoche encendí mi celular.
123 llamadas perdidas.
23 mensajes de texto
7 correos electrónicos.
3 mensajes de voz
Todos con un mismo remitente.
Ruggero.
No me moleste en revisar nada, simplemente tome mi cargador y metí ambas cosas en mi bolso.
ESTÁS LEYENDO
Treinta. (Ruggarol)
RomanceTreinta, sólo dame treinta dias y lo conseguiré. Novela Adaptada, todos los créditos al autor