Capítulo Veinte.

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Día diecinueve.

- Karol, tienes que parar -susurró Valentina acariciando mi espalda mientras mi rostro descansaba en su cuello. Ambas en mi cama-.

- No sabes lo que sentí cuando le vi eso en el cuello -sorbí mi nariz y salí de mi escondite, Valentina ha estado conmigo desde que llegó está mañana. Ella sonrió y con su mano enjuago mis lágrimas-.

- Michael y Ruggero pelearon anoche.

- ¿Qué? -mis ojos volvieron a cristalizarse-.

- No a golpes si es lo que crees -volvió a pasar sus manos por mi rostro-. Yo estaba en la sala esperando a Mike y escuche como le gritaba a Ruggero.

- ¿Qué más? -mi curiosidad salió a flote-.

- Bueno luego de unos cuantos reclamos Mike entró, pero Ruggero se paso la noche fuera en las escaleras, se abrazaron durante el desayuno pero Mike le dijo a Ruggero que seguía molesto con él-.

- ¿Y cómo está Ruggero?

- Pues me ha pedido que lo ayude a quitarse la marca, aunque eso no fue posible, aplicamos calor y frío, pero nada funcionó, está jodido -Valentina sonrió sacando una pequeña sonrisa de mi parte-.

- ¿Crees que debería ir está noche?

- Debes, será año nuevo, debemos estar juntos -limpio mis ojos y me sonrio-.

- Sabes que te amo, ¿Verdad? -susurré abrazandola-.

- Sabes que te amo más, ¿Verdad? -ella beso mi frente y acarició mi cabello mientras yo retenia las inmensas ganas de llorar-.

**

- Mierda, quédate quieta -Valentina sostuvo la parte trasera de mi cabeza mientras aplicaba lápiz a mis ojos-.

- Ya basta - me quejé y ella negó con la cabeza-.

Aplico el lápiz de ojos varias veces y con su mano aireó mis ojos para no llorar.

Uso una máscara para aumentar tres veces el tamaño de las pestañas, pintó un poco mis ojos y colocó gran cantidad de gloss en mis labios.

- Lista -sonrió y movió mi rostro de un lado a otro para inspeccionarme-. Ahora ve y ponte tu vestido.

Caminé primero hasta la gran peinadora y abrí mucho los ojos al verme en el espejo.

La chica de cabello enmarañado, ojeras y ojos llorosos se habia ido, dando paso a otra totalmente distinta.

Toque varias veces mi rostro para asegurarme de que esa fuera yo, mierda si era yo.

Me despoje de mi ropa quedando únicamente en mis bragas y mi sostén de strapless, ambas prendas negras. Tomé el vestido de lentejuelas negras de sobre la cama y lo pasé por mi cabeza. Se ajustó perfectamente a mi cuerpo, este era mi vestido favorito. Fui hasta la zona donde Valentina y yo tenemos los zapatos, tome unos negros cerrados y me subí en ellos.

Solté los pequeños ganchos que habían enrollados en las puntas de mi cabello, dejando mi cabello liso y en las puntas pequeñas y perfectas ondas. Me puse perfume y lista.

Me senté en mi cama a esperar a Valentina y por primera vez desde anoche encendí mi celular.

123 llamadas perdidas.

23 mensajes de texto

7 correos electrónicos.

3 mensajes de voz

Todos con un mismo remitente.

Ruggero.

No me moleste en revisar nada, simplemente tome mi cargador y metí ambas cosas en mi bolso.

Treinta. (Ruggarol) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora