Capítulo Seis.

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Día cinco.

Unos pequeños movimientos me hicieron despertar perezosamente, maldición me pesaban los párpados.

Jazmín estaba brincando en el pequeño espacio entre Ruggero y yo.

Al verme se lanzó sobre mi y besó mi rostro.

- Buenos días muñeca -dije acariciando su rostro. Jazmín se acurrucó en mi pecho escondiendo su pequeña cabeza en el hueco de mi cuello-.

Acaricié su cabello y su pequeña espalda. Ella movió sus pies y le dio una pequeña patada a Ruggero.

Él gruño y poco a poco abrió los ojos.

Sonrió de lado al mirarnos y me guiño el ojo.

- Mis chicas preferidas - Dijo con la voz tan ronca que me dieron ganas de besarle-.

Sus ojos estaban achinados y su pelo revuelto.

Jesús.

Ruggero se estiró y lanzó su brazo sobre nosotras.

- ¡No respiro! -grité y le di un puñetazo justo en su mariposa-.

- ¡Mierda! - Ruggero se retorcio del dolor y Jazmin rio-.

- Tío Rule dane un eso -Dijo ella saliendo de mis brazos y buscando la cara de Ruggero-.

Ruggero la estrechó en sus brazos y besó todo su rostro.

- Tenemos que arreglarnos - Dijo Ruggero poniéndose de pie con Jazmín. Me puse de pie y él me paso a Jazmín.- Ustedes bañense en mi baño, yo iré al de Agus - tomó una toalla y salió de la habitación-.

- Bueno Jazmin voy a bañarte -tome su bolso y el mío y cerré la puerta del baño-.

**

- Que linda está Jazmín - Dijo Agus cuando salimos del cuarto de Ruggero, la tomó en sus brazos y la llevo a la cocina-

Caminé por el pasillo y choque contra un Mike en bóxers y medio dormido.

- ¿Qué diablos haces aquí? -preguntó abriendo mucho los ojos-. ¡Mierda Pasquarelli! -gritó y lo tome por el brazo para que no avanzará-.

- Estoy ayudando a Ruggero con Jazmín es todo - rodé los ojos y él asintió-.

- Más te vale Karol - me despeinó y siguió hasta la cocina-.

**

- Entonces nos vemos hoy a la hora de siempre - besé la mejilla de Sebastián antes de empezar a caminar a la salida-.

Ruggero estaba recostado en la puerta de su camioneta. Me acerqué a él y le sonreí.

Estiró sus brazos y tiro de mi hacia él.

- Tienes que dejar de hacer eso - Me removí pero no logre nada. Ruggero me soltó y caminó hacia el lado del conductor. Metió la mano por la ventana y sacó un ramillete con cinco rosas-.

- Para ti - me las entregó y luego besó mi mejilla-.

- Gracias -subí mi mirada a la de él y un pequeño apretón se generó en mi abdomen -.

Mierda me gusta tanto Ruggero.

- Te invito a comer algo y luego buscamos a Jazmín, ¿Qué dices?.

- Lo siento Rugge, le daré clases a Sebastián hoy, debo ir a Dalton, pero juro que estaré en el departamento antes de las siete - le sonreí pero él me miró mal-.

Me ignoro por completo y subió a su camioneta dejándome allí parada.

- Idiota - dije en un susurro y caminé hasta Dalton.

Treinta. (Ruggarol) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora