No Control~One Direction #WOWAwards

Chapter 13: Una cita, varios sentimientos y muchos líos de cabeza.

17 of September

*Narra Liam*

-Pelo ¡Listo! Chaqueta  ¡Listo! Dinero ¡En la cartera! Calzoncillos limpios ¡Listo! Perfume ¡Huelo estupendamente!- dije antes de salir de casa. Hoy era mi cita con Els y estaba que no podía de los nervios. ¡Ay, que me va a dar un ataque! ¿Y si no le gusta? ¿Y si le parece aburrida? ¿Y si se duerme? Intentaré hacerla reír, porque si no veo un desastre a la vista.

Si es que quien me llama a mí a pedirla salir ¿eh? Soy un impulsivo, no pienso las cosas. Esto se debe a la influencia que me provocan Niall y Josh ¡me perturban! Caminé unos 15 minutos hasta la casa de  Els. Antes de llegar a la entrada me miré en el espejo retrovisor del coche de su madre para ver si estaba presentable ¡Hay que guardar una apariencia! Toqué el timbre y la que me abrió fue una señora. Supongo que será su madre. Me hizo pasar alegremente al salón mientras ella subía a la habitación de Eleanor para avisarla. Me senté en el sofá, me temblaban las manos, estaba muy tenso así que me levanté y me acerqué a la chimenea que tenía enfrente. No pude evitar percatarme de las fotos. En la primera estaba Els abriendo los regalos de Navidad. En la segunda, Els estaba en su fiesta de graduación de secundaria, muy bien acompañada de un chico, que más tarde preguntaré quién es ¡No me gustan las competencias!

-¿Liam? ¿Ya estas cotilleando?- preguntó pícara una vocecita detrás de mía. Al girarme vi los ojos marrones de Els, estaba a escasos centímetros. Liam contrólate que estas en casa de su madre ¡Piensa en cucharas, piensa en cucharas!- ¿Qué tal?- Y esto es el ejemplo que demuestra que la locura de Liberty se pega ¡Es peor que la gripe!

-Si te digo la verdad estoy un poco… ¿nervioso?- contesté provocando la risa de Els.

-¡Va no te preocupes no soy muy exigente con los chicos!- soltó y le miré extrañado- Te lo digo enserio, con un sándwich y un zumo soy feliz- ¡Cómo no! todo es comida para Eleanor ¡todo!

-¡Ay menos mal! Pensaba que eras una de esas rubias repipis que si no las llevan a un restaurante italiano no lo consideran cita.- de repente hubo un silencio incómodo

-¡Nos vamos!- dijo mientras tiraba de mi a la puerta.- ¡Adiós mamá, nos vemos luego!- chilló antes de cerrar la puerta.

-¡Adiós hija, suerte con la cita!- gritó su madre desde la cocina. Pero ¿qué narices?

-Es que a mi madre le cuento todo. Tenemos mucha confianza entre nosotras. –explicó orgullosa.

-Pero todo ¿Todo?- pregunté incrédulo.

-Es que mi vida no es muy interesante, así que no hay mucho que contar.

-O sea que novios pocos.- dije pícaro.

-Regla número 28 ¡No se habla de ex novios en la primera cita! ¡Nunca!- dijo exasperada.

-Lo siento, no me he leído ese  libro.- me burlé

-Cambiemos de tema. ¿Dónde me vas a llevar?-preguntó curiosa.

-A un restaurante italiano.

-¿Qué? ¿Has tomado yogurt caducado?- dijo indignada. ¡Me encanta cuando se indigna! Es tan adorable.

-Pero ¿Qué pasa?- me hice el inocente.

-Pasan dos cosas. Primero no estoy adecuadamente vestida para ir a un restaurante italiano. Y segundo no quiero ir a un restaurante italiano ¿entiendes?-soltó sin más.

-Pues entonces ¡cállate y no te alteres!- la miré- Solo dime una cosa ¿Te mareas en alta mar?

-¿No se qué quieres decir con alta mar? Pero si te refieres al mar donde hay peces. No, no me mareo. Mi padre tenía un barco pequeño. ¡Era la capitana!- reí al oír el comentario.