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Amisa estaba atada de pies y manos a una silla, no reconocía si entorno, pero estaba segura de que aún estaba en Coruscant . Un malestar hizo que gimiera mudamente por la mordaza que cubría su boca, no era normal ese dolor, sus ojos lagrimearon levemente y tragó duro, trataba de controlarse, pero un dolor más punzante recorrió su cuerpo. Ventress notó su sufrimiento y ordenó a uno de sus seguidores que llevará un droide médico para realizarle una revisión rápida.
-Parece que se ha bajado su presión arterial,- dijo el droide a la mujer -Debe alimentaria, si continúa así perderá a su bebé.- el droide tomó una jeringa y le inyectó un estabilizador. -Por ahora estará bien, pero debe descansar- la escaneo con precaución -Quizá una posición más cómoda ayude.
-Largo de aquí.- siseo la mujer.
Amisa ya estaba más tranquila, el medicamento que le suministró el droide funcionó, con uso de la fuerza la noqueó  y ordenó que la llevasen a una nave, ahí estaría más segura.
-Solo deberíamos dejar que muriera.- dijo uno mientras cargaban el cuerpo inerte de la senadora.
-¡Idiota!- exclamó otro – Si muere no nos darán las coordenadas que necesitamos, ella es nuestro seguro tanto para obtener la información como para salir de este sistema con vida.
○●○●○●
Los troopers de la primera orden estaban barriendo la ciudad, buscaban en cada nivel posible. El Senado preguntaba el motivo del secuestro, exigían respuestas, las cuales Hux  no quería dar, era asunto del emperador y su familia.
Ese día se presentó ante el Senado de la peor forma posible, aunque trataba de ser el mismo representante impecable se encontraba ojeroso y con mala cara.
-No puedo decirles el motivo.- trató de explicar Hux -Quieren información que no les puedo dar ni a ustedes ni a ellos.
-¿Que puede ser más importante que la vida de una senadora y su hijo?- dijo el senador Mon Cala.
-Lo siento, pero no puedo decirlo.
-Entonces el Senado no puede ayudarlo.- dijo el canciller.
-¿Aunque tenga que ver con la seguridad de la galaxia?- dijo Kylo Ren que había llegado a ayudar a su amigo.
El emperador tomó del hombro a Hux para darle consuelo, después se paró frente a él para hablar ante los presentes.
-Los hombres que secuestraron a la Senadora de Chandrila, quieren las coordenadas de un sistema que mantiene una fuerte conexión con la fuerza.- dijo imponente, los presentes se miraron entre sí. -No les daré esa información ya que en el nacerán mis hijos. No daré mas detalles.- frunció el ceño y continuó -No he mal usado mi poder como emperador desde que tomé  está posición, así que hoy sólo vengo a informar que hasta que acabemos con esta nueva amenaza mis tropas y las de la Resistencia Rebelde formarán bloqueos en cada sistema, esté habitado o no.- protestas se hicieron escuchar en toda la sala. -Y no estoy pidiendo su opinión.
El emperador se retiró seguido de su escolta y de Hux, quien ya no dijo nada, el camino a su oficina en el Senado fue silencioso, no se atrevían a decir nada, había demasiados oídos en alto.
Entraron y los acompañantes de Ben revisaron la sala en busca de cámaras o micrófonos, cerraron la puerta con toda la seguridad posible.
-¿Qué pasó amigo?- dijo Ben mientras tomaban asiento.
-No lo sé con exactitud, escuchamos un ruido, creí que era Millicent, cuando escuchamos otro y la vi en la habitación,  fui a ver encontré el jarrón roto y escuche a Amisa gritar, quise ir a verla pero alguien me golpeó la cabeza.
-Entiendo.
-Ya barrios la ciudad y no la encontramos, no sé que hacer.
-Iras y simularas darles las coordenadas. Los estaremos esperando, no dejaré que se escapen con vida.
-Creí que habías cambiado tus políticas, que todos merecían un juicio.
Ben se puso de pie y vio por la ventana que estaba detrás de él.
-Algo bueno de que sea parte del lado oscuro de la fuerza es que aún tengo las agallas de asesinar a alguien sin pensarlo, en especial si se meten con mi familia.
Hux lo miró  atentamente y notó el distintivo sable en forma de Cruz que colgaba de su cinturón.
○●○●○●
El día del intercambio había llegado, un nuevo mensaje apareció en su departamento, le indicaban que debía ir solo, sin escolta.
Ya habían realizado un plan para atrapar a los culpables de tan atroz crimen.
Hux se presentó como habían acordado, traía una capa negra sobre su uniforme. Miró alrededor he hizo una expresión de asco al ver lo sucio de ese nivel, no entendía como seguían permitiendo que existiera ese nido de ratas. 
Un hombre se paró frente a él, también traía puesta una capa del mismo color. Miró disimuladamente alrededor buscando espías pero no vio nada fuera de lo normal.
-¿Dónde está mi esposa?- exigió saber el pelirrojo.
-Primero la información.
- Sí no tengo indicios de que sigue con vida, no te daré la información que me pides.
-No estás en posición de negociar.
Hux hizo una de sus características muecas de disgusto al escuchar eso, buscó en su bolsillo un disco de datos.
-Cómo quedamos, un disco desencriptado y no es rastreable, ahora dame a mi esposa.- ordenó entre dientes.
-Está en una nave pasando tu estúpido bloqueo, cuando lo crucemos la enviaremos en una cápsula de escape a tu nave.
El general de la primera orden accedió, el plan era hacerlos creer que podrían escapar, para colocar un rastreado, encontrar al resto y entonces atacarlos y acabar con ellos.
-Iré contigo, seré un seguro más grande de que cruzarás el bloqueo.
-No lo creo, la cápsula en tu nave.
Hux debía convencerlo, y mostró su debilidad.
-Por favor…- dijo con la voz entre cortada -Solo quiero verla.
-Está bien…- dijo molesto.
Caminaron un poco encontrándose con una nave de transporte ligero, antes de subir escanearon a Hux buscando alguna clase de dispositivo de comunicación o de localización. Un pitido sonó cuando pasaron el escáner por su cinturón.
-Es la hebilla, no soy tan idiota como para poner en riesgos a mi familia. 
Lo empujaron al interior de la nave, uno lo cuidaba mientras el otro pilotaba, salieron del planeta encontrándose con el bloqueo, pidieron el código de autorización.
-Ahora has lo tuyo.
-Código de autorización 3567-CGIAH.
-Transmita código de verificación General Hux.- Dijo una voz por el comunicador.
Sacó una tarjeta plástica del mismo bolsillo en que tenía el disco con las coordenadas, la introdujo en una ranura en el tablero y presionó un interruptor.
-Transmitiendo.
Del otro lado estaba Ben viendo como recibían los datos, sabía lo que estaba pasando y su gente estaba enterada, que más daba dejarlos pasar, pero debía parecer real y junto con el código de la tarjeta estaban introduciendo uno más en el sistema de la nave, un código de rastreo indetectable. El emperador estaba realmente furioso, tanto que si no estuviera su amigo en esa nave la hubiera volado sin dudarlo.
-Transmisión recibida, puede pasar general.
Dijo el encargado que recibía órdenes de Ben.
El transporte pasó como estaba previsto y se dirigió a un viejo carguero que orbita sin causar problemas a nadie. La nave se ancló a la más grande, llevaron al general donde estaba Amisa.
Se horrorizó al ver el estado de su esposa, estaba más pálida de lo usual, atada a una camilla de pies y manos, sí no la  hubiese visto con los ojos abiertos habría pensado que estaba muerta. Corrió hacía ella dejando caer un par de lágrimas de preocupación, trató de abrazarla pero le habían esposado las manos al abordar el carguero. Recargó su frente contra la de ella para darle alivio a su mujer.
-Ya pasaron el bloqueo, ahora déjennos ir.
-No lo creo, si los tenemos cautivos…
-Mis hombres harán explotar la  nave, esas son las órdenes que les di.- interrumpió – Sí no quieren morir, nos llevarán a la cápsula de escape.
El hombre no quería hacerlo, pero ya tenía las coordenadas que necesitaba Zigor para continuar con su plan, y tener rehenes no era parte de él. Pensó en dos posibilidades, intentar escapar y hacerlo con éxito y llevárselos a su líder y que probablemente lo mate por incumplir sus órdenes o  dejarlos ir sin más. Dio la orden para que otro desatada a la Senadora, y al general, se abrazaron y fueron guiados a la cápsula de escape, al ser expulsada el carguero entró al hiperespacio.
La pequeña cápsula fue recibida por un destructor estelar, al salir fueron recibidos por médicos y droides enfermera para atender a la mujer embarazada. Ben estaba con todos ellos, mantenía las manos en la espalda y miraba fijamente a Hux, esté asintió dándole las gracias por ayudarlo. El general acompañó al equipo que atendía a su esposa.
Después de unas horas Ben fue a ver su estado, encontrándose con su amigo en la entrada de la enfermería.
-¿Cómo se encuentran?- Preguntó viendo por el cristal a la mujer en la camilla.
-Estarán bien, son unas mujeres muy fuertes.
-¿Mujeres? No me digas que será una niña.
-Pues no te lo diré.- dijo el general con una risita -Estoy aliviado de que este a salvo, ahora hay que cuidar a tu familia.
-Nuestra familia.- corrigió Ben. 

Soy tu Esclava (Fanfic Reylo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora