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La llegada a Ahch-To, fue veloz y sin contra tiempos, sólo un trasbordo de la nave de Ahsoka a una fragata médica, los signos vitales de Rey estaban disminuyendo aunque no podían adelantar el parto, la mayor parte del tiempo se la pasaba dormida, descansando,  teniendo pesadillas.
Rey se encontraba al borde de un precipicio, no había nadie con ella, estaba sola y con un pie al aire, antes de caer una voz le gritó “No lo hagas”, retrocedió un paso y buscó el origen de esa voz, de estar rodeada de nada, pasó a tener un bosque a su alrededor, plantas secas con espinas amenazaban con herirla. “Rey” dijo de nuevo la voz y se sintió como en aquella isla, cuando fue guiada hasta el árbol que guardaba los textos sagrados. Continuó caminando sin importarle los arañazos que aquellas espinas le brindaban. Dio un par de pasos y cayó.
Despertó sobresaltada en la camilla, un dolor que venía desde su vientre la recorrió, pensó de inmediato en sus pequeños, eran contrarios, por lo que seguramente ya estarían peleando. Sobó delicadamente su vientre con las pocas fuerzas que tenía, cerró sus ojos y con dificultad pudo articular palaba.
-Tranquilos… todo estará bien.
Ahsoka notó que Rey estaba despierta, aprovecho para ir a verla, ofrecerle un poco de agua para evitar la deshidratación y darle unos analgésicos que había dejado el  médico de Gatalenta. La emperatriz se negaba, en tomar lo que le ofrecían, esa energía que iba a desperdiciar moviendo sus brazos para beber agua prefería utilizarla tratando de tranquilizar a sus hijos.
La troguta sabía que algo estaba mal, cada vez eran más constantes las perturbaciones en la fuerza  y la energía vital disminuía en Rey, sólo se preocupaba más y más por ella, no podía hacer nada para ayudarla y sintió la impotencia del pasado cuando tuvo que dejar  Kaeden mal herida en Raada.  Además un mal presentimiento no salía de su mente. Según lo que le había dicho Ben, habían acabado fácilmente con los inquisidores, y bien sabía Ahsoka que esas criaturas grises eran huesos duros de roer.
La primer nave en llegar a la isla sagrada de Ahch-To fue la fragata, que colocaron justo en la saliente donde una vez había entrenado la emperatriz, ya estaba todo preparado para iniciar el ritual, sólo debían esperar, a lo que dijera el médico para iniciar el parto.
Ahsoka bajó de la nave, quería recorrer la isla, lo primero con lo que se encontró fue con ese viejo amigo suyo, el droide blanco y azul que actuaba con suma independencia.
-Enredos.- dijo con entusiasmo, el droide fue directamente hacía ella pitando y trinando con emoción.
- Si, ya lo sé.- dijo respondiendo al droide – envejecí, son cosas naturales para las criaturas orgánicas.- el droide continuaba silbando pero más tristemente. -Pero parece que siguen sin borrarme la memoria.- volvió a decir.
A lo lejos observaba Luke, no la conocía pero parecía que R2 a ella si.
Leia se acercó a su hermano y le dijo quien era, omitiendo toda la información importante, como que había sido aprendiz de Anakin o que era una Jedi, en esa parte no mentía del todo, Ahsoka había dejado la orden y nunca fue más que una padawan.
Al ver a Luke, Ahsoka se paralizó, sabía que era hijo de su antiguo maestro, pero no sabía que se parecieran tanto. Agitó un poco la cabeza para volver a guardar su compostura y poder hablar frente a Luke Skywalker.
-Parece que conoce bien a mi droide.- dijo Luke extendiéndole la mano para saludarla.
- Es un viejo amigo de las guerras clon.- respondió estrechando la mano de Luke.
-¿las guerras clon?- cuestionó Luke de nuevo.
- Si, soy tan vieja como parezco.- dijo soltando una leve risita. -Nunca había estado en esta isla.
- No me extraña, a mi me costó trabajo encontrarla.
Los jedis continuaron hablando, la troguta hablaba de como era cuando la cultura Jedi estaba en su apogeo. Le contó como eran los viejos templos, los maestros, las enseñanzas. Luke se maravillaba, ya sabía como era ese tiempo, pero nunca nadie se lo había contado con tanta pasión.
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Leia dejó a Luke y Ahsoka hablar, ahora eran temas que una persona que apenas había recibido un poco de entrenamiento no conocía.
Entró a la fragata médica, antes de ir donde Han, fue a ver a Rey, vio a través del cristal de la sala donde se encontraba, y ahí estaban, sintió pena por su hijo, le dolía verlo tan preocupado y desgastado.
Se abrió la compuerta de la sala y salió el médico, tenía una expresión de preocupación, ya no tenía conocimiento sobre la situación, había hecho lo más que pudo hasta ese momento.
-¿Tan mal está?- dijo Leia en voz baja.
-Me temo que tendremos que adelantar un poco el parto.
-¿Cuando?
- Sí continúa así, mañana.- el médico se quitaba los guantes de látex y se los guardaba en uno de los bolsillos de su bata – Debemos informarle al maestro Skywalker.
Leia asintió, el médico se marchó  en Dirección a su camarote, también debía descansar, había estado cuidando a Rey sin descanso desde que subieron a la fragata. Ben salió de la sala, miró a su madre y la abrazó, depósito un tierno besó en su frente.
-Iré a hablar con Luke.- dijo mientras la soltaba.
Ese tierno acto hizo que Leia recordará a su pequeño Ben, cuando estaban juntos y ella le cantaba.
Estaban sentados al pie de un árbol, Leia quería que Ben durmiera su siesta, el tenía cinco años. El pequeño se negaba a dormir.
-¿puedo jugar un poco más?
- No cariño, es hora de dormir.- respondió Leia acariciando su cabeza.
Ben se puso arrodilló para poder ver a su madre.
-Pero mamá, tengo sueños raros.
-Todos tenemos sueños raros.- respondió con una sonrisa.
-Pero mis sueños son realmente raaaros.- decía mientras movía las manos.
Leia volvió a abrazar a Ben, le sonreía rápidamente.
-Cariño, lo raro solo es algo familiar visto desde un ángulo diferente, no te debe asustar.
-“ En en jardín hay algo,
Que te está esperando,
Tal cual lo dejaste
Bocabajo quedó.
Y cuando lo encuentres,
Se habrá descolocado,
Más claro es el reverso,
Si lo haces girar.
Todo está, tal cual lo dejaste
Todo está siempre cambiando…”.
La voz de Han la sacó de ese recuerdo, dejaba caer algunas lágrimas de nostalgia, antes de ir donde estaba él se puso a pensar unos momentos, sí hubiera hecho caso en ese momento sobre esos sueños, Snoke nunca hubiera corrompido su alma, esa era su hipótesis, pero nunca sabrá que hubiera pasado, porque no podía regresar al pasado.
Se secó las lágrimas antes de ver a su esposo, el viejo contrabandista notó que algo le pasaba, Leia no quiso hablar del pasado.
-El médico dijo que adelantará el parto, Rey está muy delicada, así que si continúa en ese estado lo inducirán el día de mañana.
Han la abrazó, miraba pensativo a la nada, se sentía impotente al no poder hacer nada para calmar la preocupación de su esposa, hijo y la suya. Después de conocer a Rey se había ganado su cariño y confianza, no solo por ser amable, agradable y cariñosa, sino porque se parecía un poco a él.
●○●○●○
Una nave rebelde aterrizó en el terreno que una vez resguardó al Halcón en aquella isla. Eran los amigos de Rey, que habían llegado tan rápido como pudieron, debían solucionar la pérdida de aquella nave, la cuestión de su retraso era que no encontraron al culpable.
Chewie bajó fe la nave en compañía Finn, Poe, BB8, C-3PO y Rose. La nave tenía más tripulantes, Pero ellos eran los que tenían que dar apoyo moral y emocional a su amiga.
Caminaron desde un borde de la isla al otro, subieron y bajaron las escaleras de roca, el wookie cargo al droide dorado mientras Poe y Finn se turnaba para llevar a la esfera blanca y naranja.
Veían el paisaje, algo que nadie había imaginado, Rose se maravilló con las criaturas que parecían aves. Los cuidadores de la isla los miraron, la matriarca se molestó, Luke nunca le dijo que iría tanta gente.
Al llegar a la cueva, descansaron un poco antes de entrar de ver a Rey. Cuando se encontraron con Luke, Finn de inmediato preguntó por su amiga. Les comentó todo lo que les había dicho el médico, incluyendo el adelanto del parto, era una suerte que a pesar de ser prematuro los niños no corriera riesgo.
El grupo entró a la nave, tenían la esperanza de poder ver a su amiga despierta, al llegar a la sala donde la mantenían todos se quedaron boquiabiertos al verla convaleciente. No podían creer como era posible que una mujer tan fuerte estuviera en tremenda situación.

Varias horas después, Luke se dispuso a meditar, sintió un tremendo escalofrío que le recorrió todo el cuerpo. Abrió los ojos y se encontró con la mirada de Ahsoka, que al parecer había decidido imitarlo.
- ¿Lo sentiste?- preguntó Luke.
- Sí.- respondió Ahsoka sin titubear.
- Tengo un mal presentimiento de esto.- volvió a decir luke.

Soy tu Esclava (Fanfic Reylo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora