Soy tu Esclava (Fanfic Reylo)

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El día que llegó a él, despertó un sentimiento que creía muerto. El deseo por esa mujer lo comenzó a consumir, pero no podía intentar nada con ella. No. Ella era una esclava, y aún una niña, muy bien desarrollada, pero después de todo una niña. No era correcto.

Ese día fue con Zynda, una de los caballeros de Ren. Muy atractiva. Mandaloriana, de piel palida y cabello rubio. En diversas ocasiones tanto ella como Neferet, la twi'lek del grupo, se le habían ofrecido, sin embargo, nunca había creído necesario ir con alguna de ellas. La twi'lek no fue su primer opción. A pesar de que era habilidosa y muy atractiva, no le hubiese agradado estar en la cama con una de su especie, pese a lo que las historias sobre su gente decían.

Al entrar a la habitación de Zynda la besó y la hizo suya imaginando en cada instante a la esclava que veía al suelo.  Sus ojos avellana. Sus manos cruzadas. Su piel. Sus hombros al descubierto. Su cabello castaño. Solo en unos segundos la contemplo, y esos segundos bastaron para que permaneciera en su mente.

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Esa tarde Rey se desvió. Llegó a una parte de la base en construcción que no conocía. Una zona restringida para ella.

-¿Qué haces aquí?- cuestionó un trooper que programaba un droide de limpieza.

-Ammm... lo siento... creo que me perdí...- respondió temerosa. Sí su amo se enteraba que estaba ahí, podrían reprenderla. El trooper la analizó de pies a cabeza, ella mantenía la mirada baja.

-Eres esclava ¿cierto?

-Sí señor.- la postura de Rey no cambiaba. Estaba atemorizada. No era la primera vez que le ocurría eso con un Stormtrooper. Sabía exactamente cuál era su castigo por estar en zonas restringidas. De un momento a otro la joven esclava comenzó a temblar.

-Somos iguales...- respondió el trooper. Rey levantó la mirada asombrada por el comentario del soldado -... yo también soy como un esclavo. Solo un número que pronto podría ser desechado.- Rey lo miró asombrada, nunca había escuchado un comentario así de nadie. Ninguno de los que estaban ahí se atrevía a decir nada.

-ssh...- siseo Rey colocándose el dedo índice en la boca –si te escuchan podrías morir.

-Y si te encuentran aquí, te podría pasar lo mismo.- dentro de su casco el trooper sonreía. –No te preocupes, por ahora no habrá vigilancia en esta zona,- miró a sus espaldas asegurándose de que sus palabras eran ciertas. –Si te vas ahora nadie te verá, yo me aseguraré desde aquí que salgas a salvo.

-De verdad te lo agradezco.- Rey se dio la vuelta y se dispuso a caminar de regreso. Después de unos segundos regresó. -¿Cuál es tu nombre?- cuestionó.

-FN-2187- respondió

-Yo soy Rey.- la muchacha comenzó a correr por el extenso pasillo. El soldado veía como su figura desaparecía a la distancia.

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Tres semanas habían pasado ya. Rey no tuvo contacto con su amo en todo ese tiempo. Sus labores eran básicamente llevar sus alimentos a sus aposentos sin ser vista, y dejar su ropa limpia dentro de igual forma. Él no quería tener un encuentro con ella y eso le agradaba. No tener que verlo la hacía sentir mejor.

Muchas historias se escuchaban en la base. Decían que había matado a todas sus esclavas por haber desobedecido, que incluso a una le había cortado una mano con su lightsaber carmesí y solo por haberlo tocado un poco. Historias e historias que todos comentaban en donde los esclavos residían.

Una tarde, después de haber acabado con todas sus labores. Rey tomó su largo bastón y salió a caminar pasando por los mares de hojas secas caídas de los árboles que ahitaban el planeta que se estaba convirtiendo en una de las armas más letales de la Primer Orden.

Llegó a un gran campo, una parte estaba podada y arreglada con varias pilas de rocas cuidadosamente acomodadas. Era un capo de entrenamiento improvisado.

Rey comenzó a moverse. Recargó su bastón en una de las pilas de roca. Corrió varias vueltas através del campo para entrar en calor. Después tomó su bastón de nuevo y se puso en marcha. Se movía con destreza maniobrando el largo artefacto. El sudor corría por su frente. Golpeaba las rocas una y otra vez. Saltaba y se desplazaba simulando que la atacaban.

-¿Qué ocurre aquí? -escuchó a una voz decir. Paró en seco y volteó la mirada. Era su amo sin su casco. Soltó su bastón y corrió hacia donde él estaba. Se inclinó.

-Yo... ah... lo siento señor.- sintió más miedo del que imaginó. Él levantó la ceja.

-¿Qué hacías exactamente?- dijo con voz impotente.

-Solo me ejercitaba. –respondió de inmediato. Él comenzó a caminar a su alrededor. La joven mantenía su postura, mientras imaginaba los castigos posibles por sus acciones.

-Muy bien.- dijo él y comenzó a caminar en dirección a las puertas de la base. Detuvo su caminata dándole la espalda. –Te quiero mañana temprano en mis aposentos en tiempo y forma.

Rey volteo a verlo y cuando se perdió de su vista tomó su bastón y comenzó a caminar de regreso.

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Cuando Rey llegó a la base fue directamente con su amigo FN. Tenía poco de conocerlo, pero siempre fueron sinceros el uno con el otro. Lo encontró en una de las bodegas en la que realizando un inventario. Ella lo miró. Sus ojos sollozaban. Al verla el trooper se quitó el casco. Esta buscó refugio en sus brazos.

-¿Qué sucede Rey?- dijo FN confuso.

-Kylo Ren... él me vio entrenando. Estoy segura de que mañana me matará...- decía la chica sollozando.

-Oye, oye, Rey...- trató de tranquilizarla –quizá no sea así, ¿Qué fue exactamente lo que te dijo?

-Que quería que lo viera mañana. Dijo que debía estar en tiempo y forma.- decía entre sollozos.

-No te preocupes, lo solucionaremos.- FN pensó unos minutos antes. Cuando Rey estaba más tranquila continuó hablando. –Ten...- le extendió la mano con un comunicador, ella lo tomó. –Si tienes problemas mañana presiona el botón.- le indicó –Iré a verte en cuanto lo hagas, así tenga que morir yo te protegeré Rey.

Rey se despidió de su amigo y fue a su habitación. Por el camino vio como su amo, Kylo Ren, se dirigía a los aposentos de Zynda. Se ocultó para no ser vista, y cuando él entró al cuarto de la caballero de Ren, ella  continuó su camino.