~ N. Kurt. ~
- No entiendo...
- ¡Cállate y camina!
- Pero...
- ¡Sigue caminando!
- ... Asahi...
- ¡Ahora a tu derecha!
- ¡Asahi, si no pensabas caminar no debiste moverte de la cama!
- ¡Cállate y camina!
- ... No es que no me agrade tu actitud ahora pero... ¡Oye, también me canso al cargarte de esta forma!
- ¡Deja de quejarte y busca a los gemelos!
Y así fue como, por algún extraño capricho del jovencito terminé llevándolo sobre mi espalda.
Bueno, es que algo es sentirse débil pero no querer quedarse en cama y otra cosa muy diferente decir sentirse débil pero aún así querer ir "a la aventura"... Sí, algo andaba mal con él.
- ¡Bajame ya! ¡Se me dormirán las piernas!
- ¡Espera a que lleguemos a esa banca! Además no se para que salimos de tu casa, seguro los gemelos se fueron a la suya... Y el otro tampoco estab...
- ¡Tal vez Rui los secuestró!
- ¡Deja de gritar en mi oído!... Y no creo que H se haya dejado... Pero G...
- ¡G debe estar con Rui! - bajé a Asahi a descansar en una banca.
- ¿Tu crees? Porque H no...
- ¡Kurt, subeme a tu espalda! ¡Debemos visitar a alguien!
- ¿¡Otra vez!?
- ¡Cállate! ¡Sube!
Y... A caminar otra vez...
...
~ N. Alain. ~
Debía ser un sueño... Él pedía que lo tocara. Él pedía que lo besara pero... Me habían advertido sobre lo que un perfecto maestro del disfraz podía hacer. Las advertencias no dejaban de rondar por mi cabeza, a pesar de yo querer disfrutar de su piel.
De nuevo estaba sobre él, como la primera vez sobre el sofá pero... Esta ocasión no fue por obra mía. De sus labios salían aquellas palabras que en mi mente sólo causaban confusión...
Él... ¿Me quería utilizar? ¿Debía escuchar a mi hermano?... ¡Pero él no se daba cuenta del temblor de mis manos! ¿¡Le parecía divertido!? ¿¡Burlesco!?
Mis besos descendieron de su barbilla a su pecho, sus pezones, su vientre... Una lágrima traicionera se deslizó por mi mejilla y mordí mi labio inferior... No podía rendirme ahora.
Pero... Él parecía estar tan bien... A pesar de haberme conocido el día anterior... A pesar de yo no saber lo que él quería... ¿Sexo? ¿Amor? ¿Consuelo? ¡No sabia! Y aún así volteaba a ver su rostro únicamente para observar esa sonrisa que se dibujaba a cada uno de mis roces.
Bajé un poco su pantalón y después su ropa interior... Muy duro. Sabia lo que él esperaba y mis lágrimas salieron sin detenerse... ¿Era posible? Él... ¡No me veía! ¡No veía hacia mi! ¡Jamás se dio cuenta de mi llanto!
Tomé su miembro y lo introduje a mi boca... Él sonreía y yo cumplía con mi trabajo.
Lamía y lamía sin detenerme un sólo segundo. Él parecía feliz... ¡Eso no era felicidad!... Mi sufrimiento se vio interrumpido por una mano en mi cabeza y cuando creí que se había dado cuenta de mis lágrimas él sólo esperaba que aumentara la velocidad... ¡Pero él le seguía sonriendo al techo!