Capitulo 1.

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—Haber chicas!!— grita la rubia— soys las cinco seleccionadas para jugaros tres plazas en la hermandad Kappa Theta Nu.

Todas las chicas aplauden con entusiasmo. Menos yo. No se que le ven de guay él que dos de nosotras no entren en la hermandad. Pero no voy a ser yo él que las quite la ilusión, pobrecitas.

Soy buena persona hombre.

—Durante esta semana las cinco estaréis haciendo retos, si, así podríamos llamarlo. — asiente efusivamente. — Pero antes de todo, ¿Teneis todas vuestras pertenencias aqui?

Miro mi maleta y mi mochila al fondo de la habitación en la que nos encontramos. Soy la que menos equipaje lleva.

Todas decimos un sonoro y a coro si.

—Perfecto. — sonríe — ahora, para las que no me conocéis del todo, Soy Ashley Cabanohg. — sonríe ampliamente — Si, Soy de la larga estirpe de Cabanohgs que han sido presidentas de las Kappa, mi madre lo fue, mi hermana lo fue, mi abuela lo fue, todas lo hemos sido.

Se oyen murmullos provenientes de las cuatro chicas, y yo no se quien narices son las Cabanohg.

—Shhh, esta será vuestro primer reto,— sonríe,— OS voy a dar una hora para que encontréis a un chico, y lo traigáis aquí. — mira su reloj de Swarosky — Él tiempo empieza.... ¡¡Ya!!

Todas salen disparas dejandome un poco rezagada. Salgo a la calle donde aun siendo ya muy tarde aun hay gente paseando, Bueno, esta es la ciudad que nunca duerme ¿no? No estoy segura de ello, alomejor me equivoco.

Camino con tranquilidad, tengo tiempo para encontrar a alguien. Me quedan aun 55 minutos.

Veo a lo lejos un grupo de chicos que caminan haciendo ruido y gritando por la calle en la que yo me encuentro.

Alguno me puede servir.

—Em... Hola— saludo captando su atención. —¿Alguno me puede hacer un favor?

—Lo que quieras preciosa— dice un moreno de ojos azules.

Su mirada me hace sonrojarme, odio que me miren así.

—No, Kyle, atrás, — dice dirigiéndose al Castaño.

Es él chico de ayer, él del balonazo.

—Si, Kyle, acompañame— digo cogiéndole del brazo y arrastrándolo.

—No.— dice él rubio estirandole del otro brazo.

—Si.

—No.

—Woow, nunca dos tías se habían peleado por mi— dice él tal Kyle sonriendo.

Vale, puede que él chico este vaya un pelin pasado de copas.

—¿Algun otro me puede acompañar?— pregunto dándome por vencida.

—No. Ninguno puede— responde él rubio.

—No te preguntaba a ti genio— ruedo los ojos— les preguntaba a ellos. — señalo a los otros chicos.

—No van a ir igualmente.—se encoje de hombros.

— Y ¿Si nos necesita para algo importante? — pregunta un castaño.

—¿Para que necesitas a uno de nosotros?— pregunta otra vez él rubio.

—Ellos— toso señalándolos.— Una prueba de las Kappa Theta Nu. Porfavor no tardamos nada. —Suplico

—Collins, las kappas son las tuyas. — ríe él castaño.

—Ughh, — rueda los ojos.

—Venga, tu, él castaño de los tatuajes, acompañame. — digo estirandole del brazo.

—¿Tengo nombre sabes?— dice riéndose.

—No me interesa, solo quiero que me acompañes, Gracias.

Me quedan diez minutos, estos chicos en han ocupado todo él tiempo.

Al llegar al porche de las Kappa solo quedo yo por llegar.

Empiezo siendo la ultima, que maravilla.

—Perfecto, estamos todos. — dice Ashley. se gira hacia mi compañero y hace una mueca— Ughh, Veo que este año sigues aquí, ¿Cuanotas veces se pueden repetir en esta universidad?— rueda los ojos.

—Ash, llevo aquí los mismos años que tu— rueda los ojos— Me odia desde que a los tres años le estiré del pelo— susurra en mi oído.

Suelto una risita que por suerte pasa desapercibida.

Él murmullo que formaban los chicos de antes de va haciendo mas fuertr, hasta que los tengo delante.

—Hola cariño — dice Ashley colgándose del cuello del rubio.

Él castaño que está a mi lado hace arcadas y todas nos reímos.

—Hola Ash. — la besa sin cerrar siquiera los ojos.

Lo peor de todo es que están fijos en mi.

Que perturbador.

—Bueno, chicas, os presento a mi novio, Andrew Collins.— esboza una sonrisa de oreja a oreja.

Ahora que lo miro detalladamente, su cara me suena, y su nombre también, pero no caigo, ¿Donde puedo haber visto a este chico?

Me en cojo de hombros contestándome a mi misma.

Ya se me vendrá a la mente este chico. O alomejor no.

—Habeis pasado todas esta prueba—dice contenta.— Ahora todas a dormir, mañana tendréis que hacer otra cosa.

Nos despedimos de los chicos. Bueno, ellas lo hacen, yo me dedico a bostezar y alejarme de allí.

Al entrar en la habitación que tengo asignada para esta semana de prueba me siento en la cama.

Mis rodillas crujen al doblarse. Odio ese ruidito horrible.

Miro por la ventana, y al fondo de esta misma calle una casa me llama la atención, aun siendo de noche esa casa reluze, tiene unos focos que hacen que la fachada se vea hermosa, y se puede leer en una pancarta colgada de los lados de color azul: Delta Psi Beta.

Y la reconozco al instante. Es la fraternidad de él rubio, Kyle y los otros.

A los que les rompí la paraeta esta mañana.

Me río tumbandome en la cama. Sus caras eran de poema.

Me duermo viendo esas caras en mi mente. Nunca me olvidaré de la cara del rubio asesinandlme con la mirada por romperle la paraeta.

Era para troncharse.

Atrevete a olvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora