Capitulo 37.

1.7K 99 6
                                    

Me muevo al ritmo de "Él amante" de nicky yam. Adoro esta canción.

Meneo mis caderas mientras bebo de la botella, al final me la e acabado adueñando, y creo que esta es la segunda. También creo que mañana saldré en él Instagram de está discoteca. Sabéis eso de que te hacen fotos y eso? Pues me han echo varias con Andrew.

Me duelen las rodillas. No estoy acostumbrada a este nivel de pérreo tan intenso.

—Deberias de dejar de beber— me informa quitándome la botella.

—Y tu deberías dejar de moverte.— me quejo.

Si que debería dejar de beber. Todo me da muchísimas vueltas.

—Si que vas borracha — se ríe.— Vamonos. Venga. Ya es tarde.

—Una mas!— grito dando saltos. — esta es muy bonita. Baila conmigo.

Me cuelgo de su cuello.

¿Porque tiene que ser tan alto?

Coloca sus manos en mis caderas y de balancea a la vez que yo.

La musica no va con este ritmo, pero no importa. Solo importa él.

¿Porque tiene que ser tan guapo?

Y atractivo, y sexy, y irresistible, y sexy, y adorable, y sexy, y listo, y ¿E dicho sexy?

No me lo pienso mas y lo beso. Puedo culpar al alcohol por eso. Él lo sigue con gusto.

Mas gusto tengo yo, la verdad.

Baja las manos hasta mi trasero dándole un apretón delicioso.

Me acaban de entrase ganas de irnos a casa. O al coche.

Le muerdo él labio y gime. Que sonido mas placentero.

—¿Nos vamos?— pregunto sobre sus labios.

No se lo que ve en mis ojos o que, pero echa a andar arrastrándome.

Creo que él quiere lo mismo que yo ahora mismo.

Se despide del portero. Ya no llueve en absoluto. Hay varias personas haciendo lo que nosotros ya habíamos empezado.

Nos metemos en él coche. Antes de que arranque me lanzo encima de él.

No estoy para esperar. Me pongo a horcajadas encima de de él y lo beso con pasión.

Se me hace un revoltijo él estómago cuando lo beso.

Nuestras lenguas bailan juntas. Palpo a ciegas por él salpicadero hasta que consigo enchufar la radio y subirle bien alto él volumen. No me gusta que me oigan.

Le quto la camiseta deleitandome con sus perfectos pectorales

Es perfecto todo Él.

Pasea sus manos por mis muslos de arriba a bajo hasta llegar al culo, donde aprieta barias veces.

¿Porque los tíos saben apretar tan bien culos?

Sube mi vestido hasta sacármelo por la cabeza y pasa sus manos por todos los lados libres de tela. por allí por donde pasa me recorre un escalofrío y me pongo aun mas.

Unos ruidos en la ventanilla nos hacen separarnos. Los dos miramos en la misma dirección. Un seno, de unos cuarenta años no nos quita la mirada de encima.

Me separo de Andrew tapándome con él vestido.

—Que quiere?— ladra él al bajar la ventanilla.

—Busquense un puto hotel. — bufa— Y no me toques los cojones que llamaré a la policía y te meterán a la cárcel por pederasta.

Abro la boca. Que dice ese tipo.

—Ya somos mayorcitos los dos para hacer lo que queramos.— bufo.

—Tu eres solo una niña.— ladra.

—Perdona pero tengo 19 años. Y él 22 no hay nada de pederasta. Gracias por arruinarnos la noche. Le agradeceria que se fuera un poquito a la mierda. No le quedará muy lejos, seguro ya se sabe él camino. Buenas noches. — ladro.

Me inclino sobre Andrew y subo la ventanilla.

—Odio ese tipo de gentr— bufo.

—¿Vamos a casa?— Suspira.

—Si.

Cuando llegamos salimos del coche, ya con él vestido puesto. Aunque un poco despeinanda. Y cabe decir que la herida me duele y me pica. Putas uñas falsas.

Ahora mismo solo quiero llegar y dormir.

—No hagas mucho ruido.— dice abriendo la puerta.

—Busca él botiquin, me tengo que curar esto— señalo mi brazo.— Te espero arriba.

Subo de mala gana, estabamos a punto.

La borrachera se me ha quitado de golpe.

Saco él pijama de la maleta y me lo pongo.

Me rumbo en la cama para esperar a Andrew, que se toma su tiempo para venir.

Me gustaría abrazarlo ahora mismo. No se porque. Solo quiere hacerlo.

Abre la puerta con en una mano un bote alcohol y algodón, y en la otra un vaso de agua.

— Vevetelo, le e puesto un ibuprofeno. — le hago caso y me lo trago en un santiamen.

Se sienta a mi lado para curarme él brazo.

—¿Porque eres amigo de esos?— preguntó en un tono suave.

—Solo soy amigo de Stiff. Los demás se pueden ir a la mierda. Yo creo que de ese reservado él que mejor me cae es Daniel. — se encoge de hombros.— Pero desde que me mudé no los veo, a Stiff si, pero a los demás no, les pueden dar por culo si quieren.

—Has parecido un buen hermano cuando han hablado así de Avery.

—Soy un buen hermano. Dentro de lo que cabe.— suspira.

Acaba de curarme lo y deja todo en la mesita de noche.

—No me gusta tratarla así. Pero aunque no lo parezca así estoy mejor.

—Ella va a ir a la boda de Frank también.

Me mira elevando los ojos. Eso no de lo esperaba.

—Mejor dejemos de hablar de esto. Ya si eso mañana. Ha sido una noche larga. — suspira demasiado. — No me gusta que me degen a medias.

—Puto viejo.— bufo. — pero podemos acabar ahora.— sonrió.

—Lo veo. Estoy de acuerdo — me besa tiernamente.

Me río.

Esperó que nadie nos interrumpa ahora.

Atrevete a olvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora