Capitulo 39.

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Aparca él coche delante de una pequeña cabaña poco iluminada en la orilla de él lago.

Si no fuera por que me fió de Andrew pensaría que es un matadero de personas.

Al principio pensaba que iríamos a él centro de la ciudad o a un mirador, o incluso a la estatua de la libertad, pero esto me gusta mucho mas.

—¿Es bonita verdad?— pregunta quitando las llaves del contacto.

—Si, pero un poco mal iluminada no crees?— salimos del coche.

—Eso no importa— sonríe.— sigue siendo perfecto. Además, estamos los dos, asolas. Eso es lo importante.

—Si— sonrio.

—Anda, entremos, hace fresquete— dice corriendo hasta él pequeño porche.

—Tendrá calefacción ¿Verdad?— pregunto abrazándome a mi misma.

—Tiene chimenea. ¿Te vale?— abre la puerta.

—Me vale. Con que caliente....— me encojo de hombros.

Enchufa las luces iluminando la pequeña cabaña, compuesta por un pequeño salón,que solo tiene un sofá,  una chimenea y una mesa,una cocina abierta, también pequeña, y al fondo dos puertas, que supongo que serán el baño y la habitación.

—Haber, — murmura para el— por aquí tiene que haber leña.— se revuelve el pelo.

—Allí?— señalo algo tapado por una lona.

—No lo se. Hace mucho, mucho, mucho, que no vengo aquí.

—¿Como cuanto?— pregunto acomodandome en el sofá.

—Quinze años. Mas o menos. Da gracias que mis primos veraneen aquí.— se ríe.

woow, quinze años son muchos años, ¿Porqque no habrá venido antes?

Se para delante de la montañita y busca una punta de la lona que tapa. Estira de ella haciendo que salga un monton de polvo.

—¿Seguro que tus primos veranean aquí?— digo tosiendo un poco por culpa del polvo.

—Alomejor este año no lo han echo— se encoje de hombros  dándome una mirada rapida— o alomejor nunca han levantado esta lona— suspira— mira esto.

—Deduzco que no es leña.— me coloco a su lado.

Recorro con la mirada todos los trastos que están ahí amontonados.

—Peliculas viejas, peluches...— empiezo a enumerar. — me encanta este— digo cojiendo una mariquta de tamaño decente.

—Quedatelo— se encoje de hombros.— me acuerdo de esto— coje la mariquita de mis manos.— era de Avery, no creo que lo eche en falta. Bueno, no creo ni que se acuerde.

—Todo esto es vuestro?— preguntó cojiendo un libro. — osea, tuyo, no de tus primos.

—Tiene pinta de que si que es mio. Bueno en verdad, la casa es mía. — se encoje de hombros. — Coje lo que quieras, voy a por leña.

Se aleja de él rincon.

Abro él libro que tengo en mis manos, es un álbum, con muy pocas fotos. Una me llama la atención, y me derrito de amor al verla, estoy segurisima de que son Avery y Andrew cuando Andrew tenia unos ocho años, abrazando a su hermana pequeña y sonriendo dejando ver laa mellas de sus Dientes.

Quito la foto del álbum y miro la parte trasera.

Avery 4 años, Andrew 9 años.

La doblo con cuidado y la guardo en mi pantalón. Él a dicho que podía cojer lo que yo quisiera.

—Traigo leña por aqui— la deja en la chimenea, y con un mechero intenta encenderlo.

—No vas para supervivientes sabes?— me río.

—Lo se, lo se.— rueda los ojos.

Después de varios intentos consigue que prenda.

Se acomoda a mi lado rodeandome con su brazo y apretándome contra él. 

—Que has encontrado por ahí?— señala él montón de trastos.

—Fotos. — me encojo de hombros. — Tuyas y de Avery. Erais muy monos.— sonrió.— ahora eres un cardo.

—Te recuerdo que sientes algo por ese cardo.

—Lo bonito esta en él interior. —Apoyo mi cabeza en su hombro.

—Awww, que mona eres— besa mi frente.

—Iras a la boda?— suelto.

—Si tu vienes conmigo.— juguetea con un mechón de mi pelo.

—Yo? Contigo?— asiente— Pero...

—Si no vas tu, no voy yo.

—Bueno, tendré que hacer un esfuerzo.— me río.

—Bieeeeen— sonríe como un niño pequeño al que le acaban de dar un coche de juguete. — sabes, él otro día oí una canción que me recordó a ti— sonríe de oreja a oreja.

—A sí? Y cual es?

Esto me parece tan romántico.

Los dos, aquí, al lado del fuego.

Y llegas tú, con tu luz, tu risa y ya da igual
Iluminas todo de una vez con tus niñerías
Respirarte me da la vida
Me da la vida— me besa.

—Desde ahora mi canción favorita— me río.

—Yo te quería decir algo— se despeina.

—El que?— le presto atención.

—Que te quiero.

Abro los ojos. Es muy directo.

—Tss, no hables — me cierra la boca al ver mis intenciones.— y quiero que sepas que eres lo mejor que me ha podido pasar nunca, y en estos días que hemos estados separados me e dado cuenta.— se rie— me veo patético diciendo esto.

—Sigue. No eres patético.— sonrió.

—me e dado cuenta de que No puedo vivir sin ti. Que eres mi musa, que da igual lo que digan, no importa, que eres mi principio, que eres 723 veces lo que quiero, que amo tus imperfecciones, que yo estaré, estuve y estaría para todo lo que necesites, si me dices que me quede lo haré, que esta vez y todas te diría que te quiero, y que llegas tu y poned mi mundo patas arriba. — suspira— quiero que seas mi novia.

—Bueno, yo te diría que e superado lo de Colton gracias a ti, al principio él era todo lo que había en mi cabeza, pero poco a poco te has ido haciendo hueco en mi cabeza y en mi corazón y estoy segura de decir ahora que tu lo abarcas todo.— sonrió y miro mis manos que juguetean con las suyas. — si que quiero ser tu novia.

—Yujuuuuuu— se lanza encima mía.—Por un momento pensé que dirías que no.

—Eres tontito.— lo beso.

y porfin creo que volveré a ser feliz.




Atrevete a olvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora