Luke
Mi vida es absolutamente normal.
Soy un estudiante por las mañanas y un periodista por las noches.
No imagineis que lo de ser periodista supone un riesgo brutal; nada de ir a lugares con circunstancias extremas, nada de arriesgar mi vida. Eso se lo dejo a otros.
Yo soy periodista de una pequeña oficina del Times a las afueras de Londres, nada del otro mundo.Vivo en un apartamento pequeño pintado por mi, de un color azul pastel.
Está situado en un bloque de pisos (a las afueras también). Vivo junto a mi novia y a mi hermana pequeña Naima. Esta última se parecía bastante a mi. Pelo negro que de vez en cuando tomaba un tono rubio y ojos verdes pistacho.
Lo que más admiraba de ella era su estatura. La mía era reducida y mi físico no era capaz de intimidar ni al caniche más asustadizo.Mi vida con mi novia era como la de cualquier pareja adolescente enamorada, las mariposas en el estómago, lo que se conoce como romance.
Ya saben que la primera vez tiene que ser sin duda inolvidable, pues a nosotros se nos ocurrió la brillante idea de hacerlo sin protección hace unos siete meses.—Luke amor—yo me asomé hacia la puerta principal
—hola Mónica—la besé.
Su pelo pelirrojo escondía sus hombros y sus ojos marrones claritos brillaban hoy de forma especial—el médico te a dicho que no cojas peso y menos bolsas—se las quité automáticamente y las dejé en la mesa—¿cómo te encuentras? —dije señalando a su vientre ya bastante abultado.—bien, a veces me gustaría tirar la toalla pero al saber quien es el padre se me pasa—sonreí y bajé cogiendo su mochila
—te quiero amor, pero llegamos tarde
Caminamos por las calles semidesiertas de Londres. Ya que a estas horas de la madrugada la gente dormía calmadamente y la ciudad entera parecía sumida en una continua calma.
Solíamos viajar en un bus escolar que llegaba hasta las afueras donde ambos vivíamos.Nos conocimos no más de dos años atrás, en una callejuela del norte donde se hallaba ni más ni menos que la discoteca madre. El mejor garito de la capital sin duda alguna.
Cuando llegaba la medianoche la música se volvía más sugerente y las luces de colores eran más fuertes, por no hablar que el número de personas allí presentes incrementaba notablemente en relación con lo que solía haber.Ella paseaba con su novio; un capullo integral, machista y alcohólico al que le faltaba un buen puñetazo en la cara. Pero obviamente no iba a ser yo el que se lo diera.
El tipillo estaba tan delgado que hasta los huesos asomaban débilmente.
Sus brazos eran el doble o el triple que mi cabeza y me sacaría no más allá de cinco palmos.
No me daba miedo, pero si me hubiera encontrado a tal bestia por la calle, mínimo me hubiera cambiado de acera al instante.—¿en qué piensas?—preguntó
—en ti
—eso ha sonado muy cliché—yo sonreí
A diferencia del bus escolar, cercanías estaba demasiado lleno, y no es que la gente me molestase, simplemente me sentía un tanto presionado.
—Luke—me llamó Mónica—¿qué vamos a hacer cuando nazca el bebé? —yo me encogí de hombros
—podemos pagar a una niñera
—jo Luke, lo digo en serio—yo asentí
—y yo—el tren paró dejándonos en la estación correspondiente. De donde nos encontrábamos a la escuela había unos cinco minutos a un paso razonable.
—Lukii—mi mejor amiga me sonreía mientras agitaba la mano.
Amaba a la morena de ojos miel, era bajita, (más que yo) y su cuerpo estaba trabajado por horas y horas de gimnasio.
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Desde que te vi
Teen FictionA Triana la dijeron de pequeña que si juegas con fuego te quemas y a Luke que si te metes en medio de una pelea clandestina acabas con un puñetazo en la cara. Un periodista, estudioso, responsable. Una choni, bruta, loca y con una empatia que roza e...