AL FIN REGRESO

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Luke

Había vuelto a la rutina de universidad, trabajo, casa.
En mi oficina mi trabajo se veía en la gran pantalla a menudo y la gente me consideraba un prestigioso periodista.

En la última semana había entrevistado a la mismísima Lady Gaga.
Mónica se la pasaba en un bar de malamuerte a las afueras de la ciudad, un poco más lejos de donde nosotros vivíamos.
Arlet me había visitado con la tontería de que quería ver a sus sobrinas. Pero siempre se quedaba y hablabamos durante horas.
Tenía la teoría de que ella sabía la verdad y le daba pena. Aunque la niña nunca había sido mucho de entrometerse, por lo tanto no solíamos hablar de mi vida privada.
Habitualmente me contaba las aventuras de Naima y lo feliz que era.
Triana era como su madre, y más ahora que se habían quedado en casa de la luchadora solas.
Millan e Ian se habían ido de viaje a América.

—tenemos reportajes, coged un papel a suertes, Luke Tui os explicará—Casandra se había auto despedido del Times y no la había vuelto a ver después de que ambos asistieran a la boda.

Yo cogí una cuartilla de folio y leí el nombre que me había tocado, «Salma Ortega».

No me sonaba pero por lo que ponía en el papel era menor y bastante famosa.
Giré el papel para leer la dirección y vi que coincidía con la compañía de Marie.
Ese sitio de primeras aterraba bastante, pero al entrar y cruzar la puerta principal te dabas cuenta de que te habías metido en una gran familia, de la que no se podía salir fácilmente.

—disculpe—le dije a mi jefa.

—¿algún problema campeón? —negué y le enseñé mi papel—joder, te has aficionado a eso de las peleas clandestinas eee

—no sé quien es—ella sonrió y sacó su iPhone del bolsillo enseñandome la pantalla.
Me encontré a Triana tirada en el suelo y a una niña bastante más pequeña,(intuía que de la edad de mi hermana), subida encima suya en el ring.
¿Triana Rey había perdido una batalla frente a una niña?

—quizá recuerdes a la rubia, ¿cómo se llamaba ella? —sonreí y miré de nuevo el video.

—Triana, Triana Rey—él apagó el móvil y lo volvió a poner en su bolsillo—es la ganadora actual.

—lo era, ahora lo es Salma—agaché la cabeza y recogí mi pequeño papel, ko puse en la funda de mi móvil y caminé a grandes zancadas hacia el medio del departamento. Todos los empresarios me miraban muy atentos.

—bien chicos y chicas, deben hacer un mínimo de veinte preguntas. Lean su papel con atención y recuerden pasarlo bien. Ahora adelante, todo el mundo a trabajar—todos empezaron a coger sus chaquetas y sus maletines y a abandonar el lugar con sonrisas.

—Luke—me giré a la puerta principal y me encontré al chico de ojos azules.

—Dylan—le di la mano.

—vengo por negocios—le di paso a mi despacho y cerré la puerta.
Entonces él se acomodó la corbata y me dio un papel con un nombre escrito—Emma Moon, necesitamos una dirección la que sea—yo miré el papel de nuevo.

—es ilegal, lo siento, chaval

—Luke, lo necesito, la chica lo necesita—miré al suelo y encendí mi ordenador.
Busqué en la base de datos y junto al nombre apareció una dirección cortita. La imprimí y se la di
Él la leyó detenidamente. Luego la guardó en el bolsillo de su chaqueta—muchas gracias, te debo una. Por cierto, Evan te espera escaleras abajo me ha dicho que te avise—asentí y apagué la luz de mi despacho, coloqué la silla y eché la llave.

Me parecía bien hablar con Evan.
Él podría decirme como se encontraba la rubia o al menos darme una pista.
Bajé las escaleras con paso riguroso y rápido.
Estaba sentado de piernas cruzadas y andaba leyendo la pantalla de su móvil.

Desde que te viDonde viven las historias. Descúbrelo ahora