SUFRIMIENTO

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Luke

La luna de miel debía de ser un momento para que los amantes, recién casados revivieran los momentos de alegría.
Pero el mío, había resultado todo lo contrario. Mónica se quejaba por todo y las niñas lloraban de habitual, ni Mónica, ni yo, éramos capaces de calmarlas.
Por lo demás la ceremonia fue a voz de pronto divertida, quitando el hecho de que había sido un acto más que forzado.

Estas dos semanas no había sabido nada de Triana, ni de Blair, de ninguno. Pero debía acostumbrarme, mi plan a partir de ahora no las implicaba y en parte eso me alegraba bastante, ya que mi "querida" novia era un completo sufrimiento.

—buenos días, cariño—yo me acerqué a ella y la abracé despacio.

—hey—saludé. Y ella negó numerosas veces.

—salúdame como es debido—con su dedo rodeo sus labios y tiró fuerte de mí, para pegar nuestros cuerpos—ahora repite conmigo: buenos días Mónica, te amo—giré los ojos.

—buenos días Mónica, te soporto—no esperaba que la dijera que la amaba, podía mentir, fingir que estábamos juntos. Pero no podía pedirme que la amara, ambos sabíamos que eso no funcionaba así.

—me voy a hacer las maletas—sonreí y cogí a las niñas, poniéndolas en el carrito que habíamos comprado de dos plazas.

—voy a pasear a las niñas —ella asintió.
Al menos ese momento, lo podía tener de paz, llamar a mi hermana y contarla un rato mi aburrida y estúpida vida.
Por lo que había sabido últimamente, ella estaba perfectamente junto a Triana y a Millan. Mis problemas se reducían al saber que al menos ella había logrado algo positivo.

Salí por la puerta y me dispuse en el ascensor, toqué el botón del bajo y en cuestión de segundos me encontraba en la brisa gélida de la madrugada.

Alguien me tapó la boca y otra persona cogió a las niñas. Fue tan rápido que no pude reaccionar—hombre Luke—me dijo de forma cariñosa. Al reconocer la voz me acerqué a ella y la abracé super fuerte.

—Blair Hurly, ¿cómo has venido tan rápido a Irlanda? —sonrió y me volvió a abrazar.

—mi papá es rico y que menos que un avión privado—apoyé mi cabeza en su hombro y ella rozó mi cabeza con las yemas de sus dedos en un intento de tranquilizarme—enhorabuena maridito—giré los ojos—Triana estuvo a punto de romper tú boda, ¿lo sabes? —asentí y recordé el momento en el que todo el mundo quedó en silencio y ella se levantó, intentando encontrar las palabras adecuadas, pero para mi desgracia no las encontró—todo el mundo se moría de ganas de que ella estropeara esa boda y fueraís vosotros los que cruzaráis el altar.

—no iba a poder ser—sonreí—¿qué tal está ella? —Blair tomó su móvil y lo desbloqueó, entrando en su galería.
Me enseñó la pantalla y empezó a pasar enseñándome fotos, noticias y la masa de fans que la esperaba a la salida de su nueva compañía.

—vio tu reportaje, jamás la había visto llorar tanto y eso que perdió a su mejor amigo y a su padre—mi cara cambió a dolor.

—¿no vino? —Blair me miró con pena y negó.

—tenía mucho trabajo lo siento, he venido con uno de mis representantes—yo me giré a ver al señor que tenía el carro con mis hijas y le saludé agitando la mano, amablemente, manteniendo una sonrisa calmada.

—no quería verme—sabía lo que era tener mucho trabajo, pero también sabía que cuando tienes ganas de hacer algo, cambias tu forma de organizar las cosas, cambias todo, con tal de lograr lo que querías y si no había sido así, quizás era porque no tenía interés ninguno en verme y la entendía, yo en su lugar estaría frustrado, enfadado. De hecho lo estaba.

Desde que te viDonde viven las historias. Descúbrelo ahora