RECONCILIADOS

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Triana

Meses hacía ya que no veía a aquel señor.
Le echaba de menos pero no se lo iba a demostrar, le había estado esperando mucho tiempo y nunca había venido.

—¿el chico ese que anda con Millan sale con él o contigo?—me preguntó Bill.

—con ninguno, si hubieras venido antes, te hubieras enterado de todo —dije molesta, intentando caminar en línea recta, para evitar cualquier tipo de contacto visual.

—Triana, sabes que trabajo mucho...

—sólo son escusas, Bill, yo también trabajo y nunca he tenido inconvenientes para visitar a la gente que me importa.

Necesité su ayuda, perdí a Zac y no tuve a nadie. Ninguna mano me levantó, ningunos brazos me abrazaron, ningunos ojos se apiadaron, nada.
Amaba a Bill por ser la única familia desinteresada que tenía, aún siendo de los únicos que no contenía mi sangre.

—vamos, no insinues que no me importas, ambos sabemos que estarías más que mintiendo—le abracé fuerte y le pilló desprevenido pero después de mirar un momento, me devolvió el abrazo con la misma fuerza o incluso con más.

—rompí con Zac—suspiró.

—a tu madre no le hará ninguna gracia saberlo.

—lo siento si te ofende pero lo que piense esa loca, me dejó de importar hace mucho—Zac mandaba dinero a mi madre con tal de que no viniera a visitarme más y ahora suponía que ese dinero, ese trato, había llegado a su fin.

—ella te parió, no puedes decir eso, pequeña—yo me paré en seco y le miré a sus hermosos ojos marrones.

—esa mujer no es mi madre, a pesar de lo que digan los exámenes de ADN y lo que quieras, eres tú más parte de mi familia, que ella—vi que Luke y Millan se estaban acercando poquito a poquito a mí—¿qué queréis? —pregunté bastante borde.

—no le mates pero... —dijo Millan, por lo que me dieron ganas de cortarle el cuello. Miré a Luke dubitativa y le di paso, para que se explicara.

—llamé a Evan y ahora está en la puerta—dijo tranquilo y yo le miré sobresaltada.

—¿con qué derecho? —si antes había llegado a ser borde, ahora sobrepasaba límites.

—escúchame, pensé...

—pensaste mal, como siempre—comencé a andar más rápido y Naima alcanzó a Luke.

—eres un idiota, a veces creo que no piensas, haces daño a la gente sin darte cuenta—por alguna estraña razón sentí que lo que Naima le acababa de decir, tenía verdadero rencor en el interior.

Me paré en seco—no hables así a tu hermano —dije. No sé, realmente, que se me había pasado por la cabeza, para defender al estúpido periodista.

—Triana—la voz de Evan se hizo presente en la estación.

—hola—saludé amablemente.

Cuando estaba cenando con Luke, y él apareció, estuvimos bien juntos, casi fui capaz de decir aquellas dos palabras que tanto me quemaban por dentro.

—hola—saludó mi padre al muchacho.

—bueno Triana, debo irme a trabajar—el periodista dejó un beso en mi frente y desapareció junto a Naima.

—Luke—Le llamé—¿necesitas que te lleve? —él negó y continuó su camino.

****

—¿y de qué os conocéis? —preguntó Bill al coger su comida. Me imagino que intentó romper el silencio que había en la mesa.

Desde que te viDonde viven las historias. Descúbrelo ahora