Capítulo 18

259 32 1
                                    

-Princesita Emma.

Cantureé para luego desabrochar sus pequeñas ropas.

-¿Ya aprendiste bien a hacerlo, Nate?

-Así es, Vi. Todo sea por mi pequeña.

Mi bebé se quejó, gracias al frío. Había tenido algunas complicaciones con respecto a cambiar pañales, pero luego de mucha práctica, no era tan difícil. Un olor bastante desagradable salió a flote cuando saqué el pequeño conjunto de color morado. Ya llevaba casi una semana en casa e íbamos muy bien.

-Te dije que era pequeña, pero apestosa.-dijo Vi riendo. Di un toque en la pequeña nariz de mi hija sonriendo.-Pero aún así, la más hermosa de todas.

Emma sonrió.

-Es mi nena hermosa. Y no puedo creer que tenga una semana ya... Es demasiado bella.

-Tendrá el mejor corazón de todos, al igual que su padre. ¿No es así, mi amor?

-Y la belleza y sencillez de su madre.

Limpié las partes de mi hija con tranquilidad, no había apuro en esto y era un simple aprendiz, quería ir a mi propio ritmo. Emma movía sus pequeñas piernas para todas partes y reclamaba. Se notaba que tenía frío, pero tenía que cambiar su pañal.

-Tranquila, bebé. Ya pasará el frío. Papá está terminando.-dijo mi esposa acariciando su cabello.-Eres tan pequeña, Em.

Cerré el pañal y sonreí orgulloso. Saqué del cajón de ropa un nuevo conjunto, el cual consistía en una chaqueta diminuta con unos pantalones de una tela extremadamente suave de color rosa pálido. Antes de colocarlos, le puse un enterizo blanco debajo. Subí la capucha de su chaqueta, tapando sus ojos. Reí suavemente.

-Estamos listos.

-Hey, no lo hagas. Tú padre es un hombre muy malo, señorita.

-Mamá va a tu rescate, pequeña.

La cogí en brazos y apoyé su cabeza en mi pecho con suavidad. Besé su cabeza suavemente mientras caminaba por la habitación en círculos ante la atenta mirada de su madre.

-Creo que le daré unas vueltas por casa para que comience a relajarse.-besé su cabeza.-Así puedes descansar, Vi.

-Estoy bien.

-No dormiste nada anoche con Emma y deber...

-Tú tampoco lo hiciste, Nate. Estoy bien, lo prometo.

-Está bien.

Besé los labios de mi esposa suavemente para luego salir de la habitación de mi hija con ella en brazos. Caminamos por la cocina, la sala de estar, nuestro cuarto y otros lugares.

-Éste ha sido un lugar muy lindo para Mami y Papi, Em. Pero ahora contigo aquí, todo será aún más perfecto.

Mi pequeña Emma abría sus ojitos y los cerraba, se notaba cansada. Habíamos tenido una noche dirigí con ella. Levantó la cabeza un poco y luego la cambió de lugar, haciéndome reír levemente. Besé su frente repetidas veces subiendo las escaleras nuevamente. Era la hora de la siesta. Ya había comido, no le quedaban gases y tenía un pañal limpio recién puesto.

La deposité en su cuna con mucho cuidado para luego besar su mejilla por unos pocos segundos. Acaricié su mejilla hasta que ya estaba plácidamente dormida. Sonreí mientras encendía el monitor y me iba a nuestra habitación. Violet estaba acostada, con los ojos cerrados. Se veía completamente hermosa.

-¿Estás dormida?-susurré.

Negó.

-Quiero dormir, pero no lo quiero hacer, porque sé que Emma despertará y tendrá hambre.

-Ya sabes que puedes sacarte leche y yo se la puedo dar.

-No, Nate. Ya sabes lo que opino de los biberones.

Ah, sí. Desde que Violet leyó por internet que la bebé puede confundir su pezón con el biberón, y preferir éste último, se negó a darle uno, al menos, hasta que Emma creciera un poco más.

-Está bien. Pero intenta descansar un poco. Yo lo haré, encendí el monitor y despertaremos si le ocurre algo. Ahora Emma duerme como tronco.

-¿Pero y si...?

-Vi. No te preocupes tanto, le estás dando muchas vueltas al asunto y eso no me gusta, porque no te hace bien.-acaricié su cabello.-Necesitas descansar, y si algo pasa, yo veré a Emma. Todo está bien.

Violet lo procesó un poco y asintió sonriendo.

-¿Me prometes que cualquier cosa que suceda, me despertarás?

-Lo prometo.

Besó mis labios, volteó su cuerpo y suspiró. Acaricié su estómago. Me causaba melancolía no sentir las patadas de nuestra bebé allí dentro. Pero poder ver su rostro, lo compensaba todo, hasta el más mínimo detalle.

Desperté unas tres o cuatro horas después, sin Violet a mi lado y con el monitor apagado. Me levanté algo perezoso de la cama y me dirigí al cuartl de mi hija en silencio. Asomé mi cabeza y me encontré con Violet amamantando a Emma mientras tarareaba una canción. No quería interrumpir aquel hermoso momento, así que me dediqué a apreciarlo desde lejos.

-¿Te digo algo, Em? Aunque sé que no lo recordarás. Eso es obvio.-rió.-Creo que nunca podría olvidar tus hermosas manos, o la suavidad de tu cabello, lo dulce de tu aroma de bebé que me encanta... Tus pequeños piececitos hermosos. Toda tú eres perfecta, bebita.

Sonreí enternecido. Estaba de acuerdo con Violet, ella tenía toda la razón. No podía esperar para ver crecer a nuestra hija.

Pero tampoco quería que fuera tan deprisa.

Mi celular comenzó a sonar repetidas veces, haciendo que Violet frunciera el ceño y Emma comenzara a llorar. Mi esposa se levantó con la bebé en brazos y se dirigió hasta donde yo estaba.

-Lo siento demasiado, Vi.

Contesté mientras acariciaba el cabello de Emma tratando de calmarla.

-¿Hola?

-Nate. No sé que hacer. Siento que me desmayaré.

Era Shawn. Mi bebé gimoteaba mientras  se calmaba lentamente. Besé su coronilla varias veces.

-Lo siento, princesa.-gesticulé con mi boca.-¿Por qué? ¿Qué te sucede, Mendes?

-Es Taylor. En la mañana estaba sangrando. La traje. La bebé está bien, y ella también. Pero va a nacer en cualquier momento. ¡No estoy listo para ello!

Oh, no. Shawn se convertirá en padre. No lo podía creer. Había llegado la hora.

-Me encantaría poder ayudarte, Shawn, pero Emma está aquí pasando un mal rato y necesito calmarla antes de que Violet me asesine. Cuenta hasta diez, toma aire y relájate. Holly estará bien, Taylor igual. No pasará nada malo, créeme, tenía los mismos miedos que tú.

-No me calma todo eso, pero gracias por el inten... Oh no, ¡Taylor tiene una contracción, me debo ir!

Y sin más colgó la llamada. Le quité de los brazos a Emma a Violet, la mecí de un lado al otro, pero seguía llorando.

-Violet, lo siento demasiado. Holly ya viene y Shawn está entrando en pánico.

-¡Oh, que emoción!-exclamó. Nuestra hija se acurrucaba entre mis brazos como podía.-¿Escuchaste bebé? Tendrás a tu amiga pronto.

Holly y Emma. No sabía porqué eso sonaba a una larga aventura entre las dos pequeños, dentro de un futuro.

Dusk Till Dawn [WS #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora