Capítulo 42

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Olí las flores amarillas que llevaba en mis manos con una sonrisa. Tenía un nuevo sobrino... O sobrina. Todavía no sabía, y no quería seguir esperando así que simplemente entré, con mi padre pisando mis talones.

-Hola, Padres.

Valentine sujetaba a la pequela criatura cubierta en mantas. Ella estaba acostada en la camilla. Bieber estaba a su lado.

-Hola, tío, ¿quieres conocerlo?

-¿Conocerlo? ¿Es un niño?

Ambos asintieron. El pequeño Bieber Archer. Me acerqué a ellos y por fin lo pude mirar. Le entregué las flores a Justin.

-¿Qué sientes?

-No sé como describirlo. Ha pasado mucho tiempo desde que sostuve a un recién nacido. Es precioso, perfecto y lindo... Como su tío.

-¿Cómo Max te refieres?

Hice una mueca. Valentine me lo tendió. Acaricié su pequeña cabeza con gentileza y deposité un beso en ella.

-Diré que sí, supongo.-reí.-¿Cómo se llama éste pequeñín?

-Su nombre es... ¡Redoble de tambores! Se llama Austin Bieber.

-¡Austin Bieber! Un hermoso nombre para un niño hermoso.

Iba a hablar, pero la puerta fue golpeada tres veces. Fui a abrir con mi pequeño sobrino en brazos y una gran sonrisa, la cual fue oculta en cuanto vi de quienes se trataban.

Si los viera por caminando por la calle, pensaría que se trataría de una pareja de casados que pasean con su pequeña hija por las calles de Oregon. 

Emma, Violet y Shawn.

Sentí los brazos de mi hija rodear mis rodillas, haciéndome perder un poco el equilibrio. Protegí a mi sobrino con mucho cuidado.

-¡Papi! 

-¡Emmie! ¿Cómo estás cielito?

Me arrodillé frente a ella. Observó a Austin con mucha atención, se veía impresionada.

-¡Wow!-susurró acariciando su cabeza.-¿Es mi primo? Mamá dijo que era mi primo.

-Así es, bebita. Pero es hora de que vuelva con sus padres.

Devolví al pequeño Austin con su madre para luego devolverme a la realidad. La mirada algo angustiada de Violet y la preocupada de Shawn no me ayudaban en nada. Emma y Lexi eran las dueñas de mis más recientes pensamientos. Mi corazón dolía al no poder tener a ninguna conmigo.

-Nate, ¿será que... podamos hablar?

Miré a Violet. Estaba serio y no quería demostrarle ninguna clase de sentimiento. 

-Tú y yo no tenemos nada de que hablar. Creo que ya dijimos todo lo que teníamos que decirnos. Espero que estés feliz ahora. Te felicito.

Me disculpé con los nuevos padres y salí de la habitación del hospital antes de que me vieran llorar. Una vez que ya estaba afuera, comencé a correr en cuanto escuché la puerta por la que recién había salido abrirse. Corrí escaleras abajo con cuidado.

-¡Nate, detente!

-No quiero hablar, Violet. Déjame en paz.

Sin darme cuenta ya estaba sollozando. Toda la presión que tenía acumulada en mi corazón hace meses estaba saliendo a flote y con fuerza. Tenía miedo. Tenía miedo de mostrarme frágil o incluso vulnerable con los demás. No me gustaba.

Llegué a la cafetería del hospital, pregunté por el baño y me encerré ahí. Me dejé deslizar por la puerta hasta el suelo llorando. Era bastante trágico, pero me sentía extremadamente mal. Había escondido mis sentimientos durante mucho tiempo.

Dusk Till Dawn [WS #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora