Pese a que el sol había salido hacía relativamente poco, Makoto ya estaba en el patio de su casa entrenando. Sus ejercicios matutinos no eran tan arduos ni tediosos como los otros, ya que al estar recién levantada, no tenía demasiadas ganas de trabajar. Se dedicó a correr, saltar a la comba, hacer flexiones y abdominales hasta que se dio cueta de la hora; se le había hecho demasiado tarde y siquiera había llegado al ninjutsu.
Decidió ducharse y cambiarse de ropa porque estaba sudada y no le gustaba la sensación de estar pringosa, más bien, le asqueaba.
Al hacérsele un poco tarde, no tuvo más remedio que correr por los tejados para llegar a su escuela, que era el camino más rápido al no tener que esquivar personas. Entró en la academia y subió las escaleras a trompicones. Entró al aula tarde, por lo que todas las miradas se posaron en ella.
—¿Alguna excusa, Senju? —preguntó su profesor. Ella, incapaz de maquinar alguna excusa, negó—. Me veré forzado a comunicárselo a sus padres... —Pese a que se notaba la intención del hombre de continuar, Makoto le cortó.
—Están muertos, ¿en serio no os informan de esas cosas? —masculló. Sorprendió al profesor y a los alumnos por igual. Makoto decidió sentarse, intentando evitar todas las miradas de lástima.
Mientras pasaba por el pasillo libre de muebles, vio como la Yūhi y el Sarutobi movían sus manos para que fuera con ellos. Makoto apartó la mirada y siguió caminando hasta el final del aula, llegando a un pupitre diferente a los demás, ya que era pupitre y no banca, la iluminación no era la mejor, pero podría leer, y no se escuchaban los gritos de sus compañeros y maestros, ¿algo mejor? Imposible. «Lo cierto es que es mejor que me eviten —pensó Makoto—. Si personas tan amables como ellos intentaran ser mis amigos, no sabría cómo actuar».
El hecho de que Hiruzen hubiese vuelto a mandarla a la academia única y exclusivamente para hacer amigos le resultaba una estupidez. Aquello no le hacía sentir mejor, sino peor. Era un infierno mucho peor que el que se le aparecía en sus pesadillas.
Peleas; pelearían entre sí a modo de entrenamiento. En el segundo día de la Senju volvería a combatir, qué caprichoso era el destino.
Salieron al patio, y la clase rodeó a los primeros, que no eran ni más ni menos que Makoto y Rin Nohara.
Ambas se situaron en el centro de la pequeña área que sus compañeros habían dejado libre. El profesor al dar la señal, se retiró y la Nohara lo aprovechó para lanzar un kunai explosivo a Makoto, creando una nube de humo entre ellas. La Senju permaneció quieta, si ella no podía ver a Rin, Rin tampoco a ella. Una vez la nube se hubo disipado, la Nohara se lanzó a dar un puñetazo a la Senju, pero antes de poder propinárselo, Makoto agarró su muñeca y pateó su barriga con tanta fuerza que la mandó hacia arriba. La de cabellos plateados saltó arriba de ella y pateó su espalda para dejar en el suelo a una adolorida Rin.
—¿Qué acabas de hacer? —dijo Obito, sujetando el cuerpo de su amiga, que se había desmayado.
—La he ganado —respondió la Senju, queriendo volver al círculo con los demás, pero el Uchiha se lo impidió.
—Me las pagarás, no puedes hacerle esto a una compañera. —Makoto asintió y el Uchiha la miró con rabia.
Segunda ronda: Might Guy contra Makoto Senju.
Delante de ella se puso un chico de pelo negro cortado en cazo, con unas enormes y pobladas cejas y un traje verde horroroso.
—Suerte —habló, alzando su pulgar derecho dramáticamente. Ella asintió, un tanto confundida.
El profesor dio la orden para empezar y Makoto enseguida realizó un jutsu.
—Elemento agua: Cuerno de agua. —La chica saltó y, desde arriba, hizo que de su boca saliese un potente chorro de agua, que hizo mojarse no solo a Might sino a la mayoría que observaban la pelea.
—Así no me ganarás —dijo él, corriendo velozmente.
—Kage Bunshin no jutsu —susurró Makoto, haciendo aparecer a 5 Makotos más. Cuatro de los clones persiguieron a Might, y las otras dos estaban creando un ataque: la Esfera de Agua. Pero antes de terminarlo, las Makoto falsas cargaban con un Might derrotado—. Eh, se suponía que eso debía hacerlo yo.
—Lo sentimos, nos hemos emocionado —contestó un clon antes de desaparecer.
Tercera ronda: Obito Uchiha contra Makoto Senju.
—Haré que pagues por lo que le has hecho a Rin. —El profesor dio comienzo al combate y el Uchiha la atacó imprudentemente. Así que Makoto realizó una estrategia parecida a la que utilizó con la Nohara.
Le dio una patada y lo mandó hacia arriba, creó dos clones de agua y los tres golpearon al Uchiha, con la diferencia de que, la Makoto verdadera, tenía chakra en su mano, lo que hizo que el golpe se intensificara.
El Uchiha cayó al suelo, pero para sorpresa de la Senju se volvió a levantar poco a poco.
—No me rendiré —masculló el pelinegro, tambaleándose.
—Solo eres un niño, y piensas como tal, crees que ser ninja es un juego porque jamás has visto morir a tus compañeros en batalla —le dijo Makoto.
—¿Y qué más da si soy un crío? —Dejó escapar una carcajada. —Yo no abandonaré, porque ese es mi camino ninja. —La Senju asintió ante las palabras de Obito. Entonces, uno de sus Kage Bunshins lo golpeó en la nuca, dejándolo inconsciente.
—Tus palabras están vacías, no eres un ninja, no puedes ser un ninja —le dijo a un Obito que, por obvias razones, no podía escucharlo.
Cuarta ronda y la final: Kakashi Hatake contra Makoto Senju.
Ambos jóvenes entraron al círculo, no intercambiaron palabras, pero ambos se miraban fijamente, intentando descifrar un punto débil, algo con lo que poder ganarle al otro.
La Senju empezó con Taijutsu, que era el que había entrenado con su prima, Tsunade, pero el Hatake esquivaba los golpes ágilmente, así que a la chica no le quedó más remedio que acumular más chakra en sus manos, creando una capa violeta que las envolvía. El Hatake sabía que un solo golpe con esa brutal cantidad de chakra sería un viaje al coma seguro y se preguntó cómo era capaz de concentrar tan bien su chakra.
Empezaron una feroz batalla, y es que la de el clan de las mil habilidades no se dejaría derrotar tan fácilmente. Y, si hacía falta, lo daría todo de ella.
Makoto colocaba más y más chakra en sus manos, pese a que estaba cansada, no quería mostrar signos de debilidad frente a su rival.
Ninguno había podido asestar un golpe al contrario, y la pelea se estaba haciendo ya aburrida, por lo que el maestro decidió pararla, por el bien de los dos alumnos.
Ya era por la tarde, por lo que la Senju decidió irse a entrenar al bosque nada más salir de la academia ninja. Quería entrenar los golpes multiplicados por chakra, como le enseñó su prima la última vez que se vieron. Necesitaba mejorar porque había sido incapaz de golpear a Kakashi y eso era humillante.
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ANBU | Kakashi Hatake
Fanfiction1° L I B R O | | S A G A A N B U Después de pasar años entrenando sola, Makoto Senju, se ve forzada a volver a entrar en la academia ninja. Allí, se verá envuelta en el Equipo Minato con el que cumplirá misiones al mismo tiempo que muestra interés...