Capítulo 26: Ninjas de la niebla.

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     —Chicos, hoy iréis a la frontera de la aldea de la Niebla a recoger información —comentó Minato con seriedad. Los tres chicos asintieron y Rin agarró la mano de Makoto con delicadeza.

     —¿Vendrá con nosotros? —preguntó la Nohara.

     —No creo que pueda, pero estate tranquila, Makoto y Kakashi son jonins, estoy seguro de que ellos te protegerán. —Makoto sonrió a la chica, que separó sus manos, también con una sonrisa.

     —No permitiré que vuelva a pasar lo mismo que le pasó a Obito —susurró Kakashi, apretando sus puños.

     —Está bien, chicos, debéis iros ya —anunció Minato, forzando una sonrisa—. Buena suerte, chicos. —El rubio se retiró, dejando a los jóvenes a solas.

     —Bien, comencemos —dijo Kakashi y los tres comenzaron a andar hacia la aldea de la Niebla.

     Caminaron durante unas cuantas horas en completo silencio. Los jonins vigilaban cautelosamente los alrededores, ninguno de los dos podía permitirse una tragedia como la acontecida contra la Tierra.

     —Chi-chicos —tartamudeó Rin, detrás de sus dos compañeros—. No tengo un buen presentimiento. —Makoto se giró, y sonrió.

     —Tranquila. —La Senju intentó reconfortarla mientras se ponía a su lado. —Nosotros te protegeremos, además ya casi hemos llegado. —Makoto volvió su vista al frente.

     —Bien. —Asintió Rin con convicción.

     —No os distraigáis, chicas —ordenó Kakashi.

     —No nos estábamos distrayendo —aclaró la Senju.

     —¡Chi-chicos! ¡Ayuda! —exclamó Rin, siendo aprisionada por unos enormes brazos.

     Makoto estiró su brazo para que Rin pudiera agarrar su mano, pero solo llegó a rozarla con la yema de sus dedos. 

     —Elemento agua: Dragón de agua. —Makoto creó un enorme dragón e intentó golpear al enemigo con el mismo. —Elemento agua: Gran cuerno de agua —dijo, saltando, mientras Kakashi hacía un chidori.

     —¡Chidori! —Kakashi intentó atravesar al enemigo sin éxito. En un pestañeo, se habían llevado a Rin.

     —¿Qué demonios? Si hubiera sido más rápida... —masculló Makoto, reprochándose su actuación. Todo lo que hacía salía mal, si era sincera, estaba comenzando a acostumbrarse. Sus manos comenzaron a temblar sutilmente. Lo estaba haciendo lo mejor que podía, pero no era suficiente. Su cabeza era un desastre y no podía hacer nada para evitarlo. 

     —Vayamos a por ella, Makoto. —La chica asintió y levantó la mirada. —Acabas de activar el Byakugan. —La Senju se sorprendió.

     —No lo he hecho a propósito, aún así, puedo seguir el rastro del enemigo, ¡sígueme, Kakashi! —Ambos jóvenes fueron tras los ninjas de la Niebla. —Kakashi, los estoy perdiendo... —habló Makoto, resbalando de la rama de un árbol.

     —Tu Byakugan gasta mucho chakra, no lo uses tanto. —Kakashi la atrapó al vuelo.

     —No llevo tanto tiempo usándolo, solo veo un poco borroso, puedo continuar. —El chico negó.

     —Tus ojos se cansarán, no estás acostumbrada a utilizarlo, no seas tan dura contigo misma. Además, sigues siendo un ninja sensorial, podrás encontrarlos sin problemas. —Makoto sonrió.

     —Sí, suéltame, por favor. —Kakashi la dejó en una rama con cuidado. —Intentaré rastrear su chakra, al fin y al cabo, soy la nieta del Segundo. —Makoto, concentrada, buscaba el chakra de la chica bajo la atenta mirada de su. —Kakashi, no lo encuentro, puede que lo hayan escondido. —Kakashi asintió.

     —Bien, ¿qué podemos hacer entonces? —preguntó el Hatake. Makoto lo miró seriamente.

     —Déjame usar mi Byakugan, por favor. Aceptaré las consecuencias, prefiero no volver a ver a que Rin muera. Kakashi, te lo pido por favor. —Kakashi asintió.

     —El problema es que ya no lo tienes activado. —Makoto frunció el ceño.

     —Haré como los Hyuga, intentaré activarlo aunque me cueste la vida. —Makoto concentró su chakra en la parte de sus ojos, juntó sus dedos y abrió los ojos. —¡Byakugan! Vayamos detrás de ellos, ahora los puedo ver. —Sonrió mientras un fino hilo de sangre se dejaba ver en la comisura de su boca.

     —Está bien, si te sientes mal avísame —dijo Kakashi, asombrado por la convicción de su amiga.

     —Está bien, si te sientes mal avísame —dijo Kakashi, asombrado por la convicción de su amiga

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ANBU | Kakashi HatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora