Rin había muerto hacía dos meses. Hacía dos meses desde que Makoto había visto a alguien. Dos meses en los que Makoto no había salido de casa. Dos meses llenos de tristeza, soledad y desesperación. El alma de Makoto se había precipitado a un enorme abismo y no podía salir de allí.
Era frustrante no tener la fuerza para ayudar a Kakashi. Sentía impotencia al no poder ser el hombro en el que su amigo podía llorar. Siempre era al revés, Kakashi acababa consolándola a ella. Incluso había tenido que dejar los entrenamientos de Itachi de lado, incapaz de luchar otra vez.
—Makoto, abre la puerta, tengo una gran noticia. —Escuchó la voz de Kushina tras la puerta principal. La Senju se negó a dejar que la mayor la viera así y se acurrucó en el sofá.
—Puedes hablar desde ahí —comentó Makoto con un tono monótono, cerrando los ojos con fuerza, esperando que Kushina se fuese lo antes posible.
—¿¡Qué has dicho!? —La mujer golpeó la puerta y la echó abajo. —¡Quería contarte una gran noticia y me vienes con eso! —Se acercó enfadada a la sala de estar hasta que vio a la Senju totalmente demacrada. —Oh, cariño, ¿estás bien? —Se agachó hasta quedar a la altura de la chica, que asintió lentamente. —Obviamente no lo estás. No mientas. —Ayudó a Makoto a incorporarse en el sofá.
—¿Qué querías decirme, Kushina? —La pelirroja sonrió ante la pregunta de la joven.
—Estoy embarazada, de veras. —Abrazó a la chica.
¿Otro Uzumaki? ¿Cómo sería? ¿Más parecido a Minato o a Kushina? Por un momento, Makoto había podido olvidar su sufrimiento para fijarse en alguien más: Kushina, o más bien, su hijo.
—Me alegro mucho por ti, Kushina. —Makoto sonrió. —Ya se te va notando la barriga. —Kushina golpeó la cabeza de la chica.
—¡Solo tengo cuatro semanas de embarazo! —Makoto se escondió tras el sofá al ver que el cabello de Kushina empezaba a levantarse.
—E-era broma —habló Makoto desde atrás—. En serio, estás muy bien. —Kushina empezó a calmarse. —¿Ya sabéis el nombre que le pondréis? —Kushina sonrió.
—Si es niño, se llamará Naruto. —Makoto asomó la cabeza, sorprendida. —Sí, como el ramen o como el libro de Jiraya. —Rio la pelirroja. —Y si es niña, se llamará... —Empezó a pensar nombres. —¿Qué te parece Makoto? —La Senju se sorprendió.
—¿Mi nombre? —Makoto se señaló.
—Sí, es un nombre precioso, ¿no crees? —Makoto negó.
—No, preferiría que se llamase Rin. —Kushina miró a Makoto con tristeza.
—Me gusta más Makoto. —Sonrió cálidamente. —Ah, toma. —Sacó de su bolso unas gotas para los ojos. —Me las han dado en el hospital, échatelas cada doce horas. —Makoto las agarró y las guardó en un estante.
—Mañana se va mi prima. —Kushina asintió. —No quiero que se vaya. —Makoto suspiró.
—Cierto... —Miró a Makoto triste. —¿Sabes qué? —Makoto negó. —Minato va a ser Hokage.
—¿En serio? —Kushina asintió contenta. —Me alegro.
A pesar de que todo alrededor de Makoto parecía ir a mejor, ella no podía dejar de pensar cuándo acabaría. Nada duraba para siempre, lo iba aprendiendo a medida que pasaba el tiempo.
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ANBU | Kakashi Hatake
Fanfiction1° L I B R O | | S A G A A N B U Después de pasar años entrenando sola, Makoto Senju, se ve forzada a volver a entrar en la academia ninja. Allí, se verá envuelta en el Equipo Minato con el que cumplirá misiones al mismo tiempo que muestra interés...