—Perfecto, estás lista. —Sonrió Rin, apreciando el gran trabajo que había realizado con la Senju.
—Esto no era necesario. —La de cabellos blancos negó repetidamente.
—Bueno, venga, que quedan diez minutos para que comience tu cita. —La Nohara agarró de los hombros a su amiga y sonrió. —Ya nos contarás. —Le guiñó un ojo.
—¡Y con detalles! —exclamó Kurenai.
—Sí, claro... —Las tres bajaron a la planta baja de la casa.
—Que te lo pases bien. —Rin abrió la puerta de su casa y empujó a Makoto afuera. —Por cierto, la cita es en Ichiraku. —Sonrió. —Adiós. —Cerró la puerta en su cara.
—Bien, vamos. —Puso un mechón de su pelo tras su oreja y comenzó su andar.
A trompicones y con molestias por culpa de sus zapatos, llegó a su destino: Ichiraku, donde Kakashi la esperaba.
—Hola —murmuró Makoto, acercándose a su compañero.
—Hola. —El chico le devolvió el saludo, moviendo una silla para que Makoto se sentase.
—A ti también te han liado en esto. —Rio.
—Sí. —Observó a Makoto con atención, ella no pudo evitar sonrojarse levemente. —¿Qué pedirás? —Makoto sonrió de oreja a oreja.
—Una ración de ramen especial. —Kakashi se sonrojó ante la mirada de la chica.
—Está bien... —Makoto asintió y Kakashi llamó a la camarera. —Un ramen especial y uno de cerdo. —La joven asintió y se retiró corriendo.
—La verdad, no sé por qué han hecho esto, debemos darles un poco de lástima —susurró la chica, sonriendo sutilmente.
—Yo tampoco —contestó con sinceridad—. Somos ninjas, el amor no va con nosotros. —Makoto frunció el ceño.
—Mis dos padres eran ninjas. —Le tiró una servilleta arrugada a la cara.
—Los míos también, no hace falta que me tires nada. —Agarró la servilleta, que había caído en un bolsillo de su chaqueta, y se la tiró de vuelta.
—Aplícate el cuento. —Empezó a reír ante la atenta mirada de Kakashi, que estaba embobado observando su sonrisa.
—Tomad —dijo la camarera, dejando los platos encima de la barra—. Que aproveche. —Se retiró.
—Gracias por la comida —susurraron ambos y comenzaron a comer.
—Está riquísimo —comentó Makoto, sonriendo ampliamente mientras Kakashi miraba cada fina facción de su cara.
—El mío también. —Makoto miró con la boca hecha agua el plato de Kakashi. —¿Quieres probarlo? —Makoto asintió y Kakashi extendió sus palillos con ramen hacia Makoto.
—Está delicioso. —Sonrió alegremente al Hatake.
La cena de los chicos transcurrió natural y afablemente, entre risas, sonrisas y algún que otro ataque de tos.
—Perdone, la cuenta —le pidió Kakashi a la camarera mientras Makoto sacaba dinero de su monedero—. Ya invito yo —dijo él. La chica negó.
—Que me gustas tú, no tu dinero. —Makoto sonrió sin pensar en lo que había dicho. Pero poco duró esa sonrisa al darse cuenta de lo que había afirmado. —Di-digo, vamos a medias —susurró con la cara roja cual tomate.
—Está bien... —murmuró Kakashi, que no había escuchado la confesión de su amiga. Ambos pusieron el dinero en una bandeja. —Te acompaño a casa. —Makoto negó.
—No hace falta, soy alguien fuerte. —La chica rio.
—Sé que eres fuerte, no es que tenga que acompañarte, es que quiero hacerlo. —Makoto enrojeció, de nuevo, y empezó a mover las manos frenéticamente.
—Bu-bueno, como tú quieras. —Sonrió, y ambos partieron hacia la casa de la Senju.
—Misión Enamorados: completada —susurró Rin tras unos arbustos.
—Pues sí que hacen buena pareja —murmuró Kurenai, sonriendo.
Makoto y Kakashi caminaron hasta el clan Senju.L a chica no podía dejar de quejarse del dolor de sus pies.
—Me duelen los pies, estos estúpidos tacones acabarán conmigo —masculló la chica.
—¿Pasa algo? —Makoto negó.
—Voy a quitarme los zapatos, no puedo caminar con ellos. —Empezó a desatar sus tacones.
—¿Vas a andar descalza? —Makoto asintió como respuesta a la pregunta de Kakashi. —Puedes clavarte algo, si quieres, puedo llevarte. —Ella sonrió negando con la cabeza.
—Sería una carga, nunca mejor dicho. —Rio y, de repente Kakashi la agarró como si fuera una princesa, saltó por un tejado y ambos se posicionaron frente la luna.
—Tienes que dejar de pensar que me molesta ayudarte. Si no quisiera hacerlo, no te lo propondría —murmuró él. La luna se reflejaba en los ojos de su amiga, tragó en seco y desvió la mirada, avergonzado.
—Muchas gracias, aprecio mucho que siempre estés a mi lado —susurró ella.
Makoto observó al chico, sorprendida. Desde ese día, no volvió a ver a Kakashi de la misma manera.
Sorry but debía poner una escena mínimamente parecida al MinaKushi aunque también se parece a la de NaruHina en The Last.
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ANBU | Kakashi Hatake
Fanfiction1° L I B R O | | S A G A A N B U Después de pasar años entrenando sola, Makoto Senju, se ve forzada a volver a entrar en la academia ninja. Allí, se verá envuelta en el Equipo Minato con el que cumplirá misiones al mismo tiempo que muestra interés...