Minato se encontraba leyendo en alto las conclusiones de cada alumno. Los ninjas no parecían demasiado interesados en la charla de compañerismo que les estaba por caer.
—Empecemos por Kakashi —dijo el hombre. Los chicos asintieron y posaron la vista en su profesor—. Bien, lo primero que se puede observar en tu examen es que tus compañeros no te importan ni lo más mínimo. —Kakashi tosió de manera fingida un par de veces, no se esperaba que lo dijera en voz alta y tan directamente. —No te deberían dar igual, todos somos un equipo, una familia. Tenemos que tener en cuenta que, la seguridad de nuestros compañeros es la nuestra propia. —El Hatake asintió sin demasiadas ganas de enzarzarse en una discusión. —Bien, Rin —susurró para proseguir con la Nohara. —Tu trabajo en equipo es muy bueno, quieres ayudar a todo el mundo, eso está muy bien. Aun así, deberías empezar a mejorar más tú misma para poder cumplir esa meta. Quiero que sepas que a veces no podemos salvar a todo el mundo, si algo así llegase a suceder, intenta no cargarte con la culpa.
—Claro, lo entiendo... —susurró la de pelo castaño sonriendo.
—Esto va para todos, en este grupo hay ninjas excelentes, así que aprended todo lo que podáis del otro. No todos los días tenemos a un Uchiha, a una ninja con excelente control de chakra, a la nieta del Segundo y al hijo del Colmillo Blanco de Konoha. Aprovechadlo. —Los chicos asintieron, algunos con más vehemencia que otros. El Namikaze miró a la Senju y sonrió. —Makoto, sin duda, me has sorprendido en este test. —La nombrada frunció el ceño sutilmente. —Un gran compañerismo de tu parte y al parecer un gran corazón tras esa gran coraza.
—Tampoco nos pasemos... —murmuró Makoto mientras enrojecía.
—Ahora, Obito, no tengo miedo a decirlo, es más, pongo la mano en el fuego... Tú eres el más cooperativo de todos. —El Uchiha sonrió ante las palabras de Minato. —Así que, muchísimas gracias, Obito. Aunque tomas decisiones impulsivas... No creo que algunas cosas que has puesto aquí sean del todo verdad.
—Gracias, maestro —susurró el chico, un tanto avergonzado.
—¿Comemos en la barbacoa para celebrarlo? —preguntó Minato, sonriendo.
—No tengo nada que celebrar —respondió Kakashi toscamente.
—Chicos, lo siento, tengo planes —le dijo la Senju a los presentes.
—¿Qué tipo de planes? —preguntó Obito. Makoto no supo qué contestar, siquiera ella lo sabía del todo.
—Digamos que incumben a algún Uchiha, eso es todo lo que puedo decir —respondió. Obito se sorprendió.
—¿Eh? ¿Planeas matar a alguien? —murmuró el de cabellos negros, haciendo que su compañera sonriera.
—Hasta otra. —Makoto saltó por la ventana para dirigirse al barrio Uchiha.
Paseaba tranquilamente por Konoha, pensando en lo que tiempo atrás debió ser. Le hacía muy feliz saber que aquello por lo que su abuelo lucho tantísimo, prevalecía. No tardó mucho en avistar cierta entrada con un abanico rojo y blanco en ella.
Quería entrar, pero no quería hacer frente a sus miedos. Si bien no había sido ella la que había concertado una cita, estaba nerviosa, ¿quién no lo estaría siendo, prácticamente, arrastrada a hablar con uno de los clanes que más odiaba?
Entró. Cada vez, pisaba con más fuerza el suelo, intentando ocultar su nerviosismo. Todos la miraban indiscretamente, era obvio que era una intrusa, más bien, el anticristo de los Uchiha, ¿qué debían querer ellos de ella? ¿Qué necesitaría un Uchiha de un Senju?
¿Y si solo era una trampa? ¿Una para asegurarse de que no tomara venganza contra el clan en nombre de sus padres? Mil hipótesis, la mayoría incongruentes, pasaban por la cabeza de la Senju que se iba carcomiendo internamente.
Al final, acabó llegando a la casa del cabeza del clan, Fugaku.
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ANBU | Kakashi Hatake
Fanfiction1° L I B R O | | S A G A A N B U Después de pasar años entrenando sola, Makoto Senju, se ve forzada a volver a entrar en la academia ninja. Allí, se verá envuelta en el Equipo Minato con el que cumplirá misiones al mismo tiempo que muestra interés...