ANBU | Kakashi Hatake

Capítulo 30: ANBU.

     Kakashi y Makoto se encontraban frente a Minato en la sala del Hokage. Ambos se miraban entre sí, esperando que el otro tuviese la respuesta de por qué estaban ahí. Minato estaba firmando unos papeles, pero, de repente, levantó la mirada y dejó la pluma a un lado.

     —Seré claro con vosotros. —Minato juntó sus manos y apoyó su cabeza en estas. —Quiero que seáis ANBUs. —Makoto cruzó una mirada rápida con Kakashi. —Tenéis un nivel más que suficiente, además, iréis en el mismo escuadrón para que os sea más fácil todo... —Minato quiso continuar.

     —Está bien —se apresuró a decir Kakashi—. Es decir, ¿verdad Makoto? —Makoto frunció su ceño mientras agachaba la cabeza, ni en sus mejores sueños podría llegar a ser alguien tan fuerte como Kakashi. La chica se limitó a asentir.

     —Ha sido bastante más fácil convenceros de lo que pensaba. —Rio Minato. Makoto se limitó a alzar sus hombros. —Acompañadme. —Kakashi y Makoto siguieron a Minato hasta una sala. —Estos son vuestros trajes. —Entregó un traje a cada uno de los jóvenes.

     —Es un poco grande —dijo Makoto con el traje desdoblado delante de ella.

     —Bueno, nunca antes habíamos tenido a una chica tan joven en ANBU, así que puedes arreglarlo en casa —explicó Minato. Makoto asintió mientras doblaba de nuevo el traje. —Vuestro escuadrón será el número 8, estaréis a prueba en vuestra próxima misión que será en unos días... —Kakashi interrumpió a Minato.

     —Minato, ¿no se le ha olvidado lo más importante? —Minato frunció el ceño, no tenía ni idea de a qué se refería el chico.

     —La máscara... —susurró Makoto y Kakashi asintió.

     —Oh, sí, casi se me olvidaba. —Minato sacó de una caja dos máscaras diferentes. —Kakashi, esta es la tuya. —Le entregó una máscara de un zorro con dos bigotes a cada lado. —Toma Makoto. —La máscara de la chica era de un tigre con tres bigotes a cada lado. —Vuestro servicio empezará en unos días, un ANBU vendrá a buscaros.

     —¿A nuestra casa? —interrumpió Makoto.

     —Sí —afirmó Minato mientras sonreía gentilmente—. Por cierto, Makoto, puedes irte ya, no quiero entretenerte más. —Makoto asintió y se retiró de la sala.

     A paso rápido, caminó hacia la puerta de Konoha, no quería llegar tarde a la despedida de su prima.

     —¡Tsunade! —exclamó Makoto al vislumbrar una cabellera rubia.

     —Pensaba que no vendrías nunca —gritó mientras Makoto corría para llegar a su lado. Se fijó en una bolsa que llevaba, logró vislumbrar por la abertura una máscara roja y blanca. —Esa máscara... ¿tú? —preguntó Tsunade con tristeza.

     —Sí —respondió Makoto mientras su prima la miraba con lástima y culpa a la vez.

     —Siento tener que irme —se disculpó Tsunade. Makoto negó repetidas veces.

     —No es tu culpa —aseguró Makoto.

     —Cuidado con la enfermedad, el hospital está informado y todos te ayudarán. Cuida de tus ojos, no entrenes demasiado... —Tsunade abrazó a Makoto. —Voy a irme muy lejos, no sé si volveré. —Makoto correspondió su abrazo mientras se formaba un nudo en su garganta. —Quiero que seas fuerte, como siempre lo has sido. Seguramente vendrán cosas peores, sobre todo si eres ANBU, pero no te rindas, por favor, sé que podrás con todo. —Makoto asintió mientras seguía entre los brazos de la rubia. —Se me hace tarde. —Tsunade se giró de golpe para que su pequeña prima no pudiese verla llorar. —Hasta pronto. —Empezó a caminar fuera de los límites de Konoha.

     —¡Prima! —la llamó Makoto, haciendo que esta parase en seco—. ¡Te quiero! —Tsunade se sorprendió, sonrió abiertamente y frotó sus ojos con la manga de su bata. Al rato alzó el pulgar de su mano derecha y continuó su marcha.

     —Makoto, sé valiente —susurró Tsunade.