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Dentro del inmenso Megaverso del Anime (En el universo de Naruto).


¿?: Esto es una pendejada y una falta de tiempo, porque acepte esta reunión con estos ineptos de mierda. –Se reprendía internamente una extraña y alta mujer que indudablemente sobre salía de todos los presentes en esa sala de juntas-

2 horas después.

La presentación termino. 😄

¿?: Eso fue interesante, aunque debo de agregar que tenía una idea muy diferente de lo que esperaba oír, aun así, estoy feliz de que me invitaran señores. –"Sonreía y halagaba" con una actuación magistral aquella mujer, feliz de que se terminara la estúpida presentación-

¿? 2: Muchas gracias por honrarnos con su celestial presencia, mi Emperatriz, Areana – Sama. Usted... –y dejo de escuchar el lame suelas de enfrente suyo, solo se limitaba de verlo de arriba (por su elevada altura) y brindar una "cálida" sonrisa, hasta que este por fin termino, dando luz verde para irse-

Areana: Por fin termino ese calvario. –dijo en susurros pesados, para sí misma-

Areana: Bueno, que será lo que sigue en mi agenda... -rebusco en una Tableta que hacia flotar a su izquierda- Ok, ya solo me falta hacer papeleo para ir a descansar.

Después de 5 horas completas. 😩

Areana: Fiuu... Al fin termine. Este ha sido otro maldito día. ¡Por Araxie! Que cansada y hambrienta estoy... ¿Mmmm? Creo que ir a la cocina por un pastel para auto recompensarme por mi buen trabajo no es mala idea. -Decía para sí, en un tono malicioso, pero feliz-

La mujer que respondía al nombre de Areana fue a la cocina de su gran palacio, desplazándose con un caminar elegante como cualquiera de la alta clase social, pero que intimidaba al pasar por los largos pasillos siendo recibida con reverencias automáticas unas con respeto y otras con temor de sus pocos sirvientes, pero eso no le importaba, ella solo tenía un objetivo: Comer un pastel y tal vez de paso otro entre mes.

Areana: Gracias Araxie por esta comida. –Agradeció con un gran hilo de saliva y con ojos brillantes asía el indefenso pastel de chocolate- ¡BUEN PROVECHO!

Antes de que pudiera hundir sus dientes en la deliciosa cubierta de chocolate, un sujeto de capa roja salió de la nada, aplastando en sus narices su preciado pastel.

Areana: ...

Sujeto desconocido: ¡ARGH! Que mal aterrizaje... ¿en dónde diablos estoy? Y... dejo de hablar al ver la mujer frente a él, que le caracterizaba su vestimenta de casi totalmente blanco, de constitución física fuerte, de la que se le iba formando unas grandes y extrañas alas igualmente de blanco, con cuernos y una areola que flotaban sobre su cabeza, y unas gruesas cadenas blanquizcas luminosas, que actuaban como colas o extremidades. Pero, ahora lo que le llamo la atención, aún más, a ese sujeto musculoso, de capa roja, con un traje de maya azul, con una insignia de una U mayúscula, fue que, del cabello suelto de color castaño cambio a uno blanco brillante, como si estuviera en llamas, mientras que esta mantenía una aterradora mueca de enojo puro, de ojos antes verde toxico ahora rojo sangre. –Se incorporó rápido y se puso en guardia para la inminente pelea- Pero...

Areana: Tú debes ser Ultraman. –comento entre dientes y arrastrando las palabras con una sonrisa, que dejaba mostrar sus blancos y afilados caninos-

Ultraman: Si, ¿Quién eres y Como sabes quién soy? –dijo autoritario-

Areana: ¿Yo? Pues... soy Areana-sama, suprema gobernante del Continente Imperial y su Diosa, y TÚ –lo señala- eres Ultraman, miembro del Sindicato del Crimen de América, de la tierra 3 (o al menos de una línea de tiempo alterna), Y... el idiota ¡que acaba de aplastar, MI delicioso pastel! –Sin previo, aviso ataco con un rodillazo a su invitado indeseado, provocando sorprendentemente, que este se flexionara con dolor- También sé que el sol amarillo y la Kriptonita azul te debilitan. –Dijo, quitando la anterior sonrisa por una mueca de fastidio, mostrando de su mano derecha una pequeña piedra luminosa, azulada- y también sé, que morirás por mis manos, pero por ser Kryptoniano te usare como mi rata de laboratorio. Por cierto, bienvenido.

[...]

Después de unas horas.

Areana: Y eso paso hermana. Solo quiero que mantengas más vigilado a tus pertenencias, entendiste Cero. –regañaba la gobernante, a una enmascarada con traje peculiar, quien solo asentía en silencio y con cabeza gacha-

Cero: Si lo entiendo y me disculpo, por este accidente hare todo lo posible para que esto no vuelva a pasar, hermana mayor. –dijo con una leve reverencia, para abrir un portal cargando el cuerpo sin vida, de un Ultraman magullado, irreconocible de la cara, con su ropa rasgada, llena de sangre y visibles heridas profundas, lo peor fue la falta de pies y manos; desapareciendo del gran cuarto donde se encontraban- Asta luego, Areana.

Areana: Hasta pronto, hermana. –Se quedó un momento en silencio, en medio de ese gran, pero espeluznante cuarto, donde yacían instrumentos y herramientas de tortura- Por lo menos este día pude matar a alguien y desquitarme.

Los Centinelas de las Cosmovisiones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora