Los Centinelas de las Cosmovisiones.

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Dentro del inmenso Megaverso del Anime (En el Universo de Naruto).

Hoy era un día nublado y triste, hoy es un día en que toda la aldea de Konoha guarda luto pues su Hokage a muerto, el tercer Hokage ha sido asesinado por Orochimaru dejando un trago amargo a todos, sobre todo para aquellos que fueron muy cercanos a él.

Entre la multitud de gente que lloraba o guardaba silencio por esta gran perdida. Estaba su nieto: Konohamaru. Su llanto no cesaba y simplemente no había palabras para calmarle, y no era el único, pero después de un rato el cielo responde a la triste perdida, enviándole a Konoha una fría lluvia. Haciendo que la gran mayoría regresase a su casa. Entre ellos un Genin de cabellera rubia, y con algunos raspones por la batalla, con el ánimo decaído, algo difícil de creer o a menos para los que conocen a este imperativo chico, a menos los que creen conocerlo...

El joven ninja llega a su hogar empapado por la lluvia y sorprendentemente con los ojos rojos por el llanto, pero al querer abrir la entrada de su casa, levanta la cara para encontrarse a alguien inesperado: Hinata Hyuga. Que, igual que él venía empapado su traje negro, por lo visto ella lleva esperando allí un rato debido al gran charco en sus pies y al temblor inútilmente ocultado de la joven Kunoichi. La chica que conocía desde la academia, esta vez tenía un semblante distinto, no era solamente sus notables ojos hinchados por el llanto (que probablemente sea por la partida), sino que esta vez tenía algo en su rostro se mostraba diferente, además de no estar sonrojada como siempre se la encontraba. Esta vez era distinto y sinceramente no estaba preparado para lo que venía, nunca pensó oír esas palabras de alguien, menos de ella.

Te quiero... Naruto-kun.