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En el Multiverso DC.


Advertencia:

Este capítulo contiene contenido adulto, si no es de su agrado no lo lean; Gracias por su atención.



En una tarde pacífica y serena en medio de la naturaleza, mientras que, dentro de sus profundidades en una mansión, se rompía la paz en una habitación, en la misma cama, se encontraban tres personas que se proporcionaban mutuamente amor y placer, emanando calor suficiente para empañar las ventanas y espejos a su alrededor, donde solo se podría oír los lascivos sonidos de las pieles chocando entre si con los audibles gemidos o gruñidos perdidos en la absoluta pasión.

¿?: ¡AAH! Aah~ M-mas... Porra... FA-favor... -suplicaba gritando un hombre de nívea, pero sudorosa piel, de cabellos azabache, totalmente sonrojado y siendo penetrado-

¿?: Como lo desees mi rey... -dijo, una... "mujer" más alta y fornida que el hombre, de piel morena tatuada gran parte de su cuerpo, cabello marrón y ojos jade, quien aumento sus embestidas-

¿?: Mmmm... Aah... ¡Ay! -sollozaba de placer, al estar en su centro del mismísimo cielo, otra mujer más baja, de piel clara, largo cabello negro y despeinado, de exuberante figura, empotrando arriba del miembro del anterior hombre- Hiromi~ mue-ve-te mas ra-pi-do... -decía apresurada y cortadamente, por los repentinos saltos, auto penetrándose, que hacían rebotar sus enormes senos-

Hiromi: Si-si mi amor... -inhalo una gran bocanada- Ce-cero cariño, queremos más~

Cero: -se detuvo en seco, pero antes de que pudieran protestar sus compañeros, en un rápido y hábil movimiento, cambio de posiciones en donde ella quedaba parada en la orilla de la cama, mientras que el hombre debajo de ella para ser penetrado fuertemente, al igual que la pelinegra, solo que esta boca arriba debajo de él peli-azabache quien por un empuje se introdujo, sin cuidado en la mujer que se hallaba debajo de él- Hiromi, Yatzil, griten y alaben mi nombre, MI verdadero nombre. –Ordeno, con voz seductora y gruesa por la lujuria-

Hiromi: ¡Mi Dios Hunab Ku, dame de tu semilla y lléname hasta ahogarme, te lo suplico!

Yatzil: ¡Por favor mi dios de la vida Hunab Ku, muévete entre mis paredes y hazme venirme hasta perder el conocimiento...!

-suplicaban temblando, casi gritando ambos, hasta que la mujer que era objeto de sus ruegos, reanudo su trabajo, sujetando fuertemente de las caderas al peli azabache proporcionándole una fuerte y sonora nalgada, dando como resultado que el hombre de nombre Hiromi pegara un gemido de sorpresa siendo víctima de las fuertes embestidas, del que podría oír la fricción junto a golpeteos de piel, de su gran y delicioso trasero, contra el miembro de su pareja, al mismo tiempo el enloquecedor calor de las paredes internas, de la vagina de su otra pareja, en lo que esta, se sujetaba de las sabanas, mientras era arremetida por el peso de sus cónyuges, añadido las caricias y lamidas proporcionadas por su querido peli azabache.

Durante las próximas dos horas se dedicaron en fundirse el uno al otro, hasta caer dormidos para despertarse a la mañana siguiente juntos y pegajosos.

En el desayuno.

La mujer que respondía al nombre de Yatzil, estaba en la cocina preparando esa mañana el desayuno de su familia. Hasta que fue abrazada por detrás mientras iba por leche al refrigerador.

Yatzil: mmm ji, ji, ji, alguien está impaciente para comer. –Comento, con una reluciente sonrisa de felicidad, para voltearse y brindarle un beso a su ojiverde oscuro favorita- Ya está el desayuno, ve a despertar a los demás por favor, Cero.

Cero: Por supuesto, mi amor. –respondió retirándose, no sin antes proporcionarle una nalgada a su esposa, quien respondió con un: "AUCH" fingido-

En la habitación conyugal.

Cero: Hiromi~ ya está el desayuno, te esperamos en la sala para comer. –informo a su marido, quien se estaba bañando y este respondió con un: Gracias, allá voy. -

Afuera en otra habitación.

Cero: Toc, Toc, Toc, Hijo... el desayuno ya está listo, para que bajes Itzamná. Dio la vuelta, asía la puerta en frente de la que estaba tocando- Toc, Toc, Toc, Ah Puch, mi niño también ve a desayunar. –de ambas puertas de sus adentros se oyeron al mismo tiempo un: Ya vamos Madre; dando señal para que esta regresara a la cocina a ayudar a poner la mesa-

Dos horas después.

Cero: Bueno ya me tengo que ir para alcanzar el vuelo. Nos vemos de 3 o 4 días máximos, pero intentare terminar antes el trabajo. –Dijo, para despedirse de un tierno beso acompañado de un abrazo a su esposo y su esposa, al igual que de sus hijos solamente que el beso fue en el cachete de estos- Niños, no asusten a su niñera en lo que nosotros atendemos nuestras obligaciones –Menciono con tono amenazador, pero con una sonrisa asía sus hijos-

Yatzil: Mis bebes~ -Dijo, para abrazarlos (asfixiarlos)- Lamento que tengan que quedarse unos días siendo cuidados por una niñera, pero es que sus tías estaban ocupadas estos días, y nosotros... pues su papá va un seminario para villanos, yo tengo que ir a ayudar en el norte de México, y su madre pues bueno solicitaron sus servicios, pero a cualquier cosa nos llaman o a sus hermanos mayores, ¿De acuerdo? –Dijo, poniéndose a la altura de los niños-

Itzamná: Descuida Mamá, estaremos bien. –Aseguro, restándole importancia con un movimiento de manos- ¿No es así, hermano?

Ah Puch: Obviamente. –afirmo levantando los hombros y sonriendo- Además, somos sus hijos quien en su sano juicio se atrevería a atacar a un par de Dioses, como nosotros.

Hiromi: Aun así, recuerden que hay armas ocultas para que se defiendan en sus habitaciones y la nuestra, además de nuestro cuarto de refugio subterráneo para cualquier amenaza que se enfrenten. –Recordó su papá, igual de preocupado por dejar a sus hijos solos con una extraña-

Cero: Descuiden, yo sé que nuestros hijos son más que capaces de quedarse sin nuestra presencia, además está el sistema de seguridad y vigilancia que tú mismo diseñaste Hiromi cariño, además recuerden que están bien entrenados, no hay de qué preocuparse Yatzil. Yo confió en nuestros hijos. –Animo, a sus parejas- Pero... -se inclinó asía adelante para mirar a sus hijos con una cálida sonrisa- Si alguien se atreve a lastimarlos, llámenme para que yo... pueda romper sus huesos, sacarles sus ojos y abrir sus intestinos, para quemarles por dentro y ¡ASÍ PUEDAN ACOSTUMBRARSE AL FUEGO CUANDO LOS ENVIÉ AL INFIERNO! -Respiro profundo, recobrando la compostura como si nada- ¿Entendieron hijos? -pregunto con una angelical sonrisa-

Itzamná y Ah Puch: S-si madre. 😅 –Contestaron con una gotita en su sien al estilo anime, pero felices de cierta manera-

Y así todos tomaron sus respectivos caminos, comenzando sus misiones y conseguir sus objetivos.

Los Centinelas de las Cosmovisiones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora