La hija de Goku| Son Gia [Editando]

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3|Mamá.

Era un día como cualquier otro. Gohan se había ido con Trunks, mi madre había ido a buscar víveres con mi abuelito Ox Satán. Se negó a que los acompañará, así que, mientras esperaba, me había asignado una serie de tareas dentro de casa.

Como toda buena hija, seguí al pie de la letra las órdenes de mi madre. Lavé los platos, limpié las habitaciones, tendí la ropa y otras cosas. Al finalizar los quehaceres del hogar, tomé asiento en la mesa trayendo conmigo un par de libros que Gohan ya no leía.

Mi madre quería que mi hermano se convirtiera en un gran investigador, pero con el ataque de los Androides fue imposible, ¿quién necesita un investigador ahora?

«Lo que necesitamos es un héroe.»

Pensé mientras leía el libro. Sabía que Gohan podría derrotarlos, sólo era cuestión de tiempo y eso significaba que las personas deben buscar sobrevivir hasta ese momento.

—Los Androides están atacando en Ciudad Paseri, esto es puro terror ¿qué acaso nadie puede salvarnos? —la voz del conductor del radio sonaba más que aterrada, su desesperación me la contagió enseguida.

Abrí los ojos sorprendida, no podía creerlo, la ciudad a donde mi mamá y mi abuelito habían ido estaba siendo destruida. Rápidamente y sin pensarlo, me levanté, corrí a la puerta para salir y emprender vuelo en esa dirección.

«¿Qué es esta sensación?»

Volé lo más rápido que podía, no sabía ni de donde había podido sacar tantas fuerzas para impulsarme como lo hacía.

«Gohan, por favor ve también.»

[...]

Pude ver la ciudad a una corta distancia, las explosiones que causaban los Androides no paraban.

Al acercarme más, alcancé a ver a mi madre junto a mi abuelito rodeados de gente que miraba aterrada a las malvadas máquinas frente a ellos. Fue entonces cuando ambos lanzaron una gran bola de energía a las personas, estaba tan lejos como para poder impedirlo.

Todo pasó tan rápido y, al mismo tiempo, lo veía tan lento, como si mi propio cerebro buscara torturarme

Mis seres queridos pudieron verme antes de que les llegará ese ataque.

Por mis mejillas, resbalaron las últimas dos lágrimas que logré derramar al ver los ojos de mi madre siendo cubiertos por una poderosa luz que, me cegó por unos instantes.

Aterricé, para después caer de rodillas al suelo, con lágrimas que volvieron a caer desenfrenadamente. Mi corazón gritaba y se rompía al ver a mi madre posada en el suelo y, a pocos metros, mi abuelito igual con la ropa rasgada y manchas de suciedad por todas partes, las personas que estaban ahí también murieron.