La hija de Goku| Son Gia [Editando]

Una pesadilla en pleno día

Gohan cayó de rodillas al suelo golpeándolo con fuerza totalmente afectado y gritaba arrepentido por no haber escuchado a nuestro padre antes.

Se hizo un silencio sepulcral.

-El ki de Goku desapareció- dijo el señor Piccoro al aire.

-Goku...-Krilin susurró cayendo de rodillas y sus manos pegadas al suelo.

-¡Papá!- Gohan gritó al espacio inhabitado frente a nosotros.

Krilin se acercó a Gohan pero no pude escuchar lo que le decía. Trunks me abrazaba. No lograba asimilarlo.

Mi cuerpo temblaba y la furia se desató en mí.

-¡Suéltame!- grité furiosa empujando bruscamente a Trunks, las miradas se posaron en mí -¡¿Por qué ninguno de ustedes lo detuvo?!- volví a gritar señalando a todos con mi dedo índice.

Ninguno dijo nada, todos miraban hacia abajo con el semblante triste. Las lágrimas no dejaban de correr por mis mejillas, el cuerpo me dolía.

Gohan se acercó a nosotros junto a Krilin con la androide No. 18 en brazos.

-Krilin, se puede saber qué vas a hacer con ese androide- escuché cuestionar a Vegeta con severidad - Si aún sigue con vida, hay que matarla de inmediato- sentenció.

-No puedo, Vegeta, 18 es una persona en que se puede confiar, te lo puedo asegurar- argumentó el muchacho.

-Eso nadie lo sabe, lo que pasa es que ustedes son demasiado amables con las personas- añadió el príncipe.

No podía detener mis lamentos, cubrí con mis manos mi rostro, intentaba respirar bien pero me era imposible.

-Tranquilízate, por favor- el pelilila se acercó a mí dispuesto a enredar sus brazos en mi cuerpo.

-¡No me digas que me calme!- exclamé empujándolo unos pasos atrás, su mirada entristeció más.

En ese momento, un viento sopló fuerte, era tan poderoso que nos empujó. El polvo se levantó y una serie de pequeños rayos desprendían de lo que supuse era el centro.
-¿Qué es eso?- cuestionó Piccoro.

-Ese...ese ki- señaló la voz de Vegeta.

-No puede ser- habló Trunks quien se encontraba a mi lado izquierdo después del empujón que le di apenas unos segundos atrás.

-Pero...¿Cómo lo hizo?- preguntó Piccoro al aire.

Apenas terminó de decir eso último cuando  un rayo atravesó a la persona que se encontraba a mi lado. Abrí ligeramente la boca y me giré en cuanto esa persona fue expulsada hacia atrás. Todo ocurrió como si se reproduciera en cámara lenta.

Nuevas lágrimas salieron de mis ojos y el nombre de quien había sido mi compañero toda la vida salió de mi boca en un sonoro y doloroso grito.

Salí disparada en dirección al muchacho que cayó al suelo a unos cuantos metros de nosotros. Todos mis sentidos se nublaron.

Lo que hice fue de manera involuntaria, lo único que estaba en mi mente en blanco era: llegar a él; pero por alguna razón, esa distancia se me figuró eterna.

A lo lejos, escuché una malévola risa contenida y una pregunta que fue respondida al instante por la misma voz.

-¿A quién le di? Ah, con que fue Trunks- dijo aquella voz muy familiar.

Llegué a donde estaba el muchacho, me dejé caer sobre mis rodillas apenas llegar a él.

-¡Trunks, contéstame!- me incliné a él mientras respiraba agitadamente. Un agujero atravesaba su pecho.