La hija de Goku| Son Gia [Editando]

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4| Lo más importante.

Al final de los entrenamientos siempre nos sentábamos a platicar de muchas cosas, casi siempre Trunks trataba de saber más sobre su padre y yo también sobre el mío.

Estaba junto a Gohan en nuestro hogar en la montaña Paoz, desde el entierro de mamá y del abuelito Ox Satán nos habíamos vuelto aún más unidos de lo que éramos antes. También una relación más cercana con Trunks y Bulma se había formado, pero también seguía teniendo ese gran hueco en el estómago. Mi madre en verdad me hacía falta.

Ambos estábamos acostados, cada uno en un colchón a lado del otro. Fue entonces cuando me animé a preguntarle.

—Gohan, ¿cómo era papá? —pregunté, curiosa a mi hermano mayor.

—Pues... —dudó unos segundos—. Papá era un hombre muy fuerte, era muy amable, comía demasiado y siempre quería volverse más fuerte. Le gustaba enfrentarse a sujetos poderosos, pero, sobre todo, Gia, nuestro padre siempre tenía una sonrisa en el rostro muy idéntica a la tuya —me miró sonriendo con las manos en su nuca acostado.

—¿De verdad? —se iluminaron mis ojos de la emoción.

—Así es, por eso no quiero que dejes de sonreír ni ahora ni nunca —su mirada desprendía ternura—. Eres idéntica a mamá y tienes la sonrisa de papá. Para mí lo eres todo, Gia y no quiero que te pase nada —finalizó a lo que hice un gesto de desagrado ante eso último.

No podía creer que eso saliera de su boca. Prácticamente me estaba diciendo «No pelees, Trunks y yo nos las arreglaremos» ¡Pff! ¡Como si yo los fuera a dejar solos!

—Te amo, hermano, pero no puedo aceptar que al decir eso me obligues a no pelear por el bienestar de nuestro mundo —dije, indignada.

Gohan soltó un suspiro de cansancio e hizo una mueca.

—No lo entiendes aún —desvío la mirada hacia el techo—. Si Trunks y tú estuvieran en peligro, entonces, yo no dudaría en dar mi vida para salvarlos, pero no quiero que ustedes se arriesguen para salvarme —explicó y yo no podía creer lo que estaba diciendo—. Los Androides son muy poderosos, y tienen la ventaja porque mientras nosotros perdemos energía al estar en combate, ellos no. Esos demonios no pierden nada, eso los vuelve indestructibles.

Medité sus palabras, mi hermano tenía razón. La única forma de derrotarlos sería golpearlos con un poder mayor al que ellos podrían tener.

—No permitiremos que te pase nada, Gohan —reprendí, queriendo cumplir esa promesa.

—Sé que no lo permitirán, pero yo no permitiré que se pongan en riesgo por mí —se giró dándome la espalda y terminando la conversación.

«Espero que este bromeando.»

Al otro día, el entrenamiento fue arduo para Trunks quien seguía intentando una y otra vez convertirse en super saiyajin, pero fue inútil, mientras que, por mi parte me costaba sentirme segura frente a ellos dos, creo que ver morir a mamá y esa estúpida impotencia que me invadió en ese momento me afectaron más de lo que quisiera admitir.