El androide

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Caminaba sin rumbo fijo a través de la gran casa de Bulma, era reconfortante llegar a lugares, que, desde pequeña recordaba pero jamás la había visto tan completa y limpia. En Corporación Cápsula del futuro siempre faltaba o una capa de pintura o pedazos de pared en diversas partes de la casa a pesar de que era enorme.

Atravesé un pasillo que reconocí inmediatamente, sonreí al ver lo que tantos años trate de dominar. Un piano clásico extremadamente limpio y bien cuidado estaba en la parte esquinera del pasillo que daba a una pequeña sala de estar.

Me acerqué de manera firme al banquillo en el cual me senté de forma nostálgica acariciando las deslumbrantes teclas blancas y negras. Fue entonces cuando volvió a mi mente aquella canción que se creó fugazmente en mi cabeza aquel día en el que finalmente había perdido todo, en el que había perdido a Gohan.

Sin más, comencé a tocar el enorme instrumento de cuerdas a una velocidad tenue con aquella melodía única, al mismo tiempo, le añadí la letra que casi siempre estaba en mi cabeza.

Ikitai yo kimi no tokoro he ima sugu kakedashite ikitai yo
Quiero ir donde estas, deseo correr ahora hacia ti
Makkura de nanimo mie nai kowakutemo daijoubu
En esta oscuridad, no puedo verte aunque tengo miedo, estaré bien.
Kazoe kire nai hoshizora ga ima mo zutto koko ni arun da yo
Las incontables estrellas están junto a mí igual que siempre
Nakanai yo mukashi kimi to mita kirei na sora datta kara
No lloraré, porque es el bello cielo que ambos vimos hace mucho tiempo.

-No lo haces nada mal- la inconfundible voz de Bulma hizo que me sobresaltara y girará mi cabeza un poco abrumada.

Ella estaba parada en el marco de la puerta  en el otro extremo de la habitación con un pequeño Trunks en brazos. Se acercó a paso lento atravesando la habitación llegando hasta el banquillo el cual era lo suficientemente grande para las dos. Se sentó junto a mí.

-Hazlo nuevamente- me dedicó una sonrisa a lo que asentí colocando mis manos sobre las teclas.

Empecé a jugar nuevamente entonando esa pequeña estrofa de la canción ganando un leve movimiento de cabeza de la peliazul al compás de la melodía y una mirada atenta del bebé.

Al finalizar, levanté la vista hacia el extremo de enfrente y pude ver la silueta masculina de Trunks en el marco del pasillo. Me sonrió y le devolví la sonrisa al instante.

-Jamás me cansaré de escucharte- dijo el pelilila recargando su hombro en el marco.

-No conozco esa canción- señaló Bulma dándome una mirada confundida.

-Esa canción llegó a mí- sonreí tímida mientras veía como el bebé tocaba las teclas con sus pequeñas manitas.

-Que extraño...- la mujer colocó su dedo en el mentón simulando pensar.

(...)

La sala estaba ocupada por la señora Brief, Bulma, el bebé y Trunks. Lo vi tumbado boca abajo en la gran alfombra del televisor, traía puestos unos pantalones vaqueros, calcetines y una camiseta de manga negra y en conjunto a su cabello largo, lo hacía lucir extremadamente...sexy.

Caminé hasta el gran sillón que adornaba el centro de la habitación en donde la peliazul estaba sentada, la señora Brief era una persona muy amigable y muy despistada, raramente entendía la gravedad de la situación en la que estábamos.

La hija de Goku| Son Gia [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora