Capítulo 10

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Capítulo 10

Faltaban un par de semanas para que el mes de Enero terminara, Febrero solía ser uno de los meses más calientes en Latinoamérica, por lo contrario aquí parecía ser el más frío donde los copos de nieve se dejaban ver y caían de tal manera que podías observarlos como pequeños pedazos de cristal. Sonreí ante lo que veía a través del gigantesco ventanal, el jardín perfecto de Lorenzo ahora solo era una capa blanca, ya no había árboles verdes, ni la típica pileta, solo la majestuosidad de la nieve.

— Estás embarazada. — su vocecilla apenas y hacía eco en la solitaria casa, pero sí que sonaba sorprendida y hasta en shock.

Giré sobre mis pies para contemplar a Emma quien estaba sentada sobre uno de los sofás grises, la mirada otra vez enfocada en su barriga crecida dando tocaditas con las yemas de sus dedos. La vi balbucear algo que no comprendí, me acerqué a ella con los brazos cruzados.

— Sí. — asentí sentándome a su lado. No podía negar que estaba expectante de su reacción, ella estaba pasando por lo mismo que yo.

Cuando Emma levantó su rostro me llené de desconcierto, tenía las mejillas empapadas con más lágrimas a punto de salir, sus ojos rojos hacían combinación con su nariz que también lo estaba.

— Oh Magga. — soltó una sonrisa y me estrechó entre sus brazos, con algo de incomodidad porque los mellizos se interponían en nuestro abrazo, pero se sintió bien, sus delicados y delgados brazos se aferraron a mí y yo de ella, su olor era como a vainilla y su piel era muy suavecita. — Dios no puedo creerlo. — dijo entre sollozos y entonces yo también me contagié de su emoción, ¿Era normal que nos pusiéramos así de sensibles?

Ella volvió a reír y esta vez miró mi estómago con total cariño, se veía extasiada y contenta.

— Yo tampoco podía creerlo. — sonreí.

— Estoy... Estoy tan feliz por ti. En serio, en serio no te imaginas cuán feliz me hace esto. — se limpió las gotitas que emanaban de sus ojos.

— Pues me alegro que tú lo hayas tomado mejor que todos, al parecer los demás no estaban tan a gusto por la idea de mi embarazo. — ella torció la boca y se quedó pensativa.

— Creo que los has tomado por sorpresa, eso es todo. — le di la razón aunque la verdad, esa no era una excusa para la reacción de la mayoría, las únicas que vi alegrarse por mi embarazo fueron Nina y Emma. Joanne no lo sabía o al menos no se lo había dicho. — Dereck debe estar igual de contento que tú.

Asentí recordando estos días en los que Dereck no me ha dejado sola ni un segundo, el hombre no me dejaba ni ir al baño por mi cuenta, tuve que persuadirlo mucho para que me dejara venir a ver a Emma, claro que mandó al chófer conmigo.

— Sí, aunque al principio tampoco lo tomó bien. — Me encogí de hombros. — El miércoles tendré cita con la doctora, ya podremos saber el sexo del bebé.

Ella enarcó una ceja y luego frunció su frente fijando su mirada en mi estómago, estuvo así por varios segundos como si pensara en algo, luego sus ojos se abrieron de par en par y empezó a parpadear seguido.

— Solo puedes saber el sexo a partir de los cuatro meses.

— Mmm lo sé.

— Significa que tú... — señaló mi estómago y parecía como sus ojos pronto se saldrían de sus cuencas.

El timbre sonó haciendo que ambas nos sobresaltáramos, me puse de pie ya que Emma parecía encontrarse en un estado de shock. Visualicé por el ojal de la puerta y no había nadie, decidí abrir por si las dudas.

Tengo Sed de Ti - IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora