Capítulo 16

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Capítulo 16

Es muy difícil ver a alguien tan vulnerable, las personas solemos ocultarnos, solemos poner muralla tras muralla para que nadie intente herirnos.

Observaba a Dereck con tanto detenimiento, ya no estaba el hombre duro y frio que solía aparentar siempre, ni tampoco el protector y dulce que era conmigo, este Dereck era otro, era el hermano, el tímido, el culpable.

¿Qué haría uno por su familia? En mi caso muchas cosas, haría muchas cosas por mi hermano, y por las personas a quién quiero, haría de todo por mi hija.

Las manos de Dereck temblaban mientras observaba a Joanne tras aquel vidrio transparente, se le veía tan débil, tan demacrada, tan vulnerable.

Podía sentir lo que él sentía, y es que esa opresión sobre mi pecho no desaparecería, seguiría allí, insistiendo y ahogándome junto a él.

— ¿Por qué no me di cuenta antes?

— No es tu culpa. — acaricié su brazo pero él asintió.

— Lo es. La dejé de lado Margaret, y ella solo me tenía a mí. — pasó ambas manos por su rostro, desesperado y tan angustiado. — Es... Es mi hermana, yo, la vi crecer, la cuidé. En qué momento nos volvimos dos desconocidos.

Quería responderle, quería ayudarlo y consolarlo pero no podía hacer nada, más que estar junto a él.

— Ella trató de quitarse la vida, sin importarle su hija, yo o alguien más.

— Tu hermana no está bien, debes dejar de lamentarte y empezar por ayudarla. — apreté su mano

Dereck suspiró y me besó en la sien.

— Veré si puedo entrar a hablar con ella.

Joanne había hecho la cosa más macabra que habría escuchado alguna vez, había perforado su cuerpo con pequeñas astillas de madera para así drenar su sangre en el último piso de un estacionamiento. Cuando la encontraron su cuerpo estaba completamente gris, se podría decir que parecía haber envejecido, sus huesos eran notorios y su cabello y ojos habían perdido el brillo y color. Creían que estaba muerta entre todo el charco de sangre que habían a su alrededor. La llevaron de emergencia al hospital más cercano y han intentado en los últimos dos días que ella pueda recuperarse. Más no lo han conseguido del todo.

La pérdida de sangre a causado un leve trauma en ella, sin sentidos como vampiro han dejado de funcionar, se dice que se debe a la cantidad de astillas que hay en su sistema y que no han podido sacarle del todo. Tienen miedo de que pudiese haber perforado algún órgano interno y que este no pueda recurarse.

Me acerqué a la puerta levemente abierta, Dereck estaba sentado a un lado, acariciando su cabello y ella lo veía con una lastimera lágrima recorriendo el contorno de su mejilla.

— Lo... Siento. — pronunció ella, y yo me alejé un poco porque no quería ser impertinente.

— No hables Jo, ya tendrás tiempo para hablar. — pidió Dereck.

— ¿Me odias? — pasé saliva, era realmente triste que ella creyera que Dereck pudiera odiarla, hoy más que nunca pude ver cuánto la quería y apreciaba.

—Eres mi hermana Joanne, como si quiera puedes pensar que te odio, eres mi hermanita, te he visto crecer y siempre he querido lo mejor para ti. — la voz de Dereck sonaba débil. — Te amo, aunque no te lo diga mucho, te amo y sabes que daría la vida por ti si fuera el caso. — oí el sonido de un sollozo, supuse que se trataba de Joanne.

— No... Le digas nada a mamá, por favor.

Después de esa breve conversación decidí marcharme.

Tengo Sed de Ti - IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora