Y ahí estaban los tres mexicanos, el mayor de 30 años y los otros dos de 19 años, llegando recién a San Fransokyo después de decidir buscar un debut en el extranjero. Los tres jóvenes estaban hambrientos y cansados, no tenían realmente un lugar donde caer dormidos y los pesos que habían cambiado por dólares eran escasos en sus bolsillos, porque se les ocurrió iniciar su viaje como algo que se le llama: de mochilaso.
Dentro de sus "maletas", que en realidad eran mochilas, solo llevaban varios cambios de ropa, envolturas de dulces y botanas, agua y además de todo eso llevaban consigo sus guitarras, que era lo más importante para ellos.
— a este paso no nos va a alcanzar ni pa' tortillas — comento Marco recordando el poco dinero que tenían.
— Marco, aquí no venden tortillas — le respondió Héctor con algo de obviedad.
—¡¿No hay tortillas?! Nos vamos a morir de hambre —dijo exasperado
Miguel rodó los ojos ante la conversación que estaban teniendo los otros dos mexicanos, estarse quejando no era una opción, y como buen mexicano tenía que buscar alguna manera de conseguir dinero para comer, así que comenzo a observar la nueva ciudad que los rodeaba, entonces vio a un chico de cabello negro y alborotado entrando a un lugar. El Lucky Cat Cafe.
Analizó un poco la situación y entro como Pedro por su casa a la cafetería siendo seguido por su tío y su mejor amigo. En realidad había entrado a ese lugar por querer ver al asiático greñudo, pero sus pendejadas lo habían llevado a algo bueno pues la dueña del lugar les dió la oportunidad de cantar, si atraían a más gente los contrataría y les daria una habitación para los tres; trabajo, comida y un lugar para dormir, realmente no podía pedir más.
Marco, por su parte, sabía que definitivamente iban a atraer gente, eran guapos y morenos, latinos sobre todo, algo que llamaba mucho la atención en esa ciudad, estaba totalmente confiado al igual que Héctor.
Cantaron un poco loco, canción compuesta por Héctor, y justo como lo habían predicho comenzó a llegar la gente en cuanto empezaron a cantar, era demasiada que ya no había espacio dentro de la cafetería para más personas, está demás decir que la señorita Cass los contrato al instante. Y ya llegando la noche pudieron subir a su nueva habitación.
Dejaron sus cosas cerca de las camas, llamaron a casa y platicaron hasta por los codos hasta que alguien llamo a la puerta, a la que después de decir "zafó" Miguel tuvo que ir a abrir, encontrándose con el lindo asiático de la tarde.
— Hola precioso, soy Miguel, ¿Se te ofrece algo? — le dijo el mexicano al asiático.
— Solo vine a avisarles que está lista la cena, mi tía los espera en la mesa — musitó, y sin más, se fue dejando ignorado a Miguel.
Miguel se quedó todo estático.
— te mando pero directito a la chingada, Rivera — dijo Marco con burla, enfureciendo a el otro chico moreno.
Pero no sé daría por vencido, le había pasado algo conocido como "amor a primera vista", sería capaz de pedirle a la virgencita un milagro para ver si se ese chino amargado lograba gustar de él.
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How To Fall In Love With A Hamada (Higuel)
FanfictionDonde Miguel descubre el amor en un egocéntrico chico de San Fransokyo... ... O donde Tadashi deja una libreta con consejos sobre cómo enamorar a su hermanito. Dibujo de la portada hecho por Ureshi-san