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Pasaban los días desde aquella noche tan especial para ambos que ya se habían formado dos meses desde que Miguel, Marco y Héctor comenzaron a vivir en la recidencia Hamada, y podía admitir que esos dos meses bastaron para enamorar profundamente a Miguel de aquel asiático lindo llamado Hiro.

Para Miguel, el de ojos rasgados se había vuelto la luz de sus días, el que le podía sacar sonrisas en medio de días malos, la persona que alimentaba sus ganas de buscar una oportunidad en aquella ciudad a pesar de extrañar tanto su país, su familia, sus costumbres y todo a lo que estaba acostumbrado, el se había vuelto todo para Rivera a pesar de no saber si es correspondido.

Y si lo vemos de esta forma, el que el latino se haya enamorado de esa forma del asiático le daba un brillo distinto, pero Hiro desconocía la existencia de esos sentimientos dentro del mexicano, aunque es tan obvio, pero realmente que esperemos si ni siquiera el chico Hamada sabía lo que el mismo sentía.

— ¡buenos días, chinito! —saludo Miguel viendo desde arriba a Hiro, pues el asiático aún se encontraba en cama.

— ¡Ahg, Miguel, es muy temprano para que estés en mi habitación! —reclamo Hiro.

— si, es temprano, pero es lunes y la cafetería se llena estos días, levántate mi amor.

[...]

"Consejo #5

Los Hamada solemos expresar con el rostro el disgusto hacía algo, pero no dudaremos ni un segundo en negarlo, supongo que ya has notado lo orgullosos que podemos ser.
Hiro en específico, siempre que está molesto por algo alza la ceja derechapone fuerza en los labios, si te gusta Hiro creo que es bueno que sepas ésto.

-Tadashi"

[...]

Miguel sabía que todos los amigos de Hiro eran por lo menos 2 o 3 años mayor que el, pero solo sabía eso ya que en realidad no los conocía, mentiría si dijera que Rivera no tenía una gran curiosidad por conocer a los chicos que siempre acompañaban a su futuro novio cuando no estaba en casa, pero por alguna razón sus amigos no habían ido a la cafetería aunque la señorita Cass habla de ellos bastante seguido.

El moreno limpiaba junto a su mejor amigo las mesas que se desocupaban luego de que terminara la hora del almuerzo hasta que el sonar de las campanas de la entrada llamo su atención, así que volteo para darle la bienvenida a los comensales que acababan de llegar. Miguel y Marco vieron a cinco chicos jóvenes que fueron rápidamente recibidos por la señorita Cass.

— ¡Chicos, oh, es genial verlos de nuevo! Hace tanto que no venían a la cafetería —dijo Cass mientras abrazaba como saludo a cada uno de los jóvenes — por cierto, conozcan a nuestros nuevos inquilinos, el es Miguel y el es Marco, son de México.

Los mexicanos saludaron cortésmente a las personas a las que los habían presentado.

— bien, niños —siguio Cass, y comenzó a presentar a los chicos— ellos son Fred, GoGo, Honey, Wasabi y Kyle, los amigos de Hiro.

Vaya, esos son los amigos de Hiro, Miguel estaba impresionado, parecían personas amables, el tipo de personas con las que a Miguel le gustaba tratar, después de aquella presentación los mexicanos siguieron con su trabajo. Hiro bajo un poco después de que sus amigos llegaron, conversaron jugaron y rieron mientras eran atendidos por Miguel, vaya que hacía mucho que no los veía, necesitaba aprovechar ese pequeño tiempo que estaba pasando con ellos.

Todo era risa y diversión hasta que GoGo pregunto por Miguel, Hiro de tenso por completo, a su amiga no debería interesarle el nombre del mexicano, no debería interesarle la edad de Miguel, o si tenía novia o no, simplemente no, y no es porque no quisiera que se volvieran amigos, simplemente era que había algo dentro de él que no quería que su amiga se acercara al moreno, además sabía que no era desconfianza hacia el menor. Hiro trataba de detener a su amiga, quería evitar que se dirigieran la palabra, pero su amiga era igual de necia que el mismo Hiro, eso lo volvía más difícil, no logro parar a su amiga.

— Hola —saludo la más baja— ¿Estás en descanso? ¿Podemos hablar?

— ¡Hola! ¿Eres una de las amigas de Hiro, cierto? —sonrio Miguel— si, ¿te gustaría sentarte para hablar?

El asiático miraba desde la mesa donde se encontraba el con sus amigos toda la escena que montaban la chica asiática y el mexicano, ¿Por qué Miguel le había retirado la silla a GoGo para que tomara asiento? ¿Por qué GoGo lo miraba de esa forma? ¿Por qué hablaban de esa forma? ¿Por qué Miguel reía con ella de una forma que no había visto antes?

Se suponía que Hiro era amigo de Miguel, pero parecía que le prestaba más atención a la chica que acababa de conocer que al japonés, Hiro estaba furioso.

Cass salía de la cocina para ver cómo estaban aquellos clientes tan especiales como lo eran los amigos de sus sobrinos, así que no pudo evitar el ver al menor de ellos, aunque lo que vio la mujer fue desconcertante para ella, pues el pelinegro alzaba su ceja derecha y fruncía sus labios... Solo hacia eso cuando estaba molesto.

¿Algo había molestado a Hiro?


How To Fall In Love With A Hamada (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora