Okay, el primer consejo del cuaderno no había funcionado, pero vamos, ¿Cómo se supone que Miguel tenía que saber que Hiro no come picante? Ahora sí que había arruinado el momento.
Pero él creía que no estaba todo perdido todavía, o sea, si, se equivocó pero de los errores se aprende ¿no?, La libreta le estaba dando varias oportunidades más de las que debería y tenía que aprovecharlas así que, tres días después, luego de esperar a que a su chinito se le bajara el coraje volvió a tomar la libreta para leer el segundo consejo y volver a poner las cartas sobre el asunto.
"Consejo #2
Los Hamada somos bastante tímidos, y aún así nos gustan los halagos, más aún cuando se refieren a las cosas que hacemos o creamos, varias veces nos dan halagos por el físico, pero si se lo dices a Hiro en específico, prepárate entonces para verlo parecer un tomatePero quedás advertido que no sabes cómo se podría tomar el halago, Hiro es un enigma
-Tadashi"
Bien, era un consejo bastante bueno, tenía de su lado las letras de sus canciones y los super piropos que en algún momento les llegaron a enseñar a Marco y a él durante la secundaria inconscientemente, además incluso llegó a ser una gran conquistador mientras estaba en la preparatoria y si eso no era estar preparado entonces ni el mismo Miguel sabía lo que era, así que se armó de valor, se cambió de ropa a una que dejara ver un poco más su cuerpo, bueno, en realidad sólo se quitó su sudadera, aplicó un poco de loción cerca de su cuello y se dirigió a la habitación del que justo ahora consideraba el amor de su vida.
Y por primera vez desde su estancia en la residencia Hamada, Hiro fue el que abrió la puerta de su habitación en lugar de Baymax. El chico asiático llevaba una bata blanca de laboratorio, unos lentes redondos y grandes, Miguel podría decir que eran más gafas que cara, pero aún así se veía hermosamente adorable, además su cabello alborotado como siempre adornaba algunas partes de su rostro.
— ¿P-puedo pasar? —pregunto inseguro, diablos, acababa de tartamudear.
— Hiro quedó en silencio por unos segundos— bien, pero no toques nada.
Miguel entró a la habitación analizando cada centímetro del lugar, viendo cómo está se dividía para crear dos piezas, también vio todo el desorden de piezas para robots y envolturas de gomitas no picantes. Hiro le había dicho que no tocará nada, pero Miguel era demasiado curioso como para quedarse quieto unos cuantos segundos, el que aún no hubiera decidido que tocar era una cuestión diferente.
Entonces algo llamo la atención del mexicano, un pequeño aparato con muchas luces dentro de él, luces muy llamativas diría el, eran facinantes y lindas, estaba seguro que si acercaba su dedo al cristal las podría tocar rápidamente... Mala idea.
— ¡Ah! ¡Mi dedo! —grito por los fuertes toques que le dió el aparato "interesante"
— Miguel, oh por Dios, te dije que no tocaras nada —dijo Hiro con un cierto tono de preocupación— ¿Estás bien?
En ese momento la mirada de ambos se conectó por unos segundos, los segundos más largos para los dos, pero aunque uno de ellos, o principalmente Hiro, no quisieran admitirlo, fueron los más bonitos segundos de su día.
Pero la magia no dura para siempre.
— ah... Si —respondió Miguel luego de reaccionar— si estoy bien, hago pendejadas muy seguido, deberías acostumbrarte.
Eso tomo por sorpresa a Hiro, nunca había visto a una persona llamarse de esa manera. Miguel con esas simples palabras consiguió sacar unas cuantas carcajadas del inexpresivo Hiro Hamada.
La sonrisa más bella que Miguel había visto en su vida, definitivamente.
— te ves tan guapo cuando ríes —le dijo el Méxicano al asiático
El asiático se sonrojo hasta las orejas.
— E-estas loco, Rivera.
— te ves hermoso, Chapitas.
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How To Fall In Love With A Hamada (Higuel)
FanfictionDonde Miguel descubre el amor en un egocéntrico chico de San Fransokyo... ... O donde Tadashi deja una libreta con consejos sobre cómo enamorar a su hermanito. Dibujo de la portada hecho por Ureshi-san