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El señor Williams había pegado el grito en el cielo al enterarse que su futuro yerno le había sido infiel a su única hija así que no tardó nada en dejar la oficina para llegar al hotel donde se encontraba su hija. Todos en la habitación sintieron el peso y la energía con la que venía el Señor Williams, podría parecer una persona pacífica con sonrisa agradable, pero que uno de sus artistas estuviera envuelto en un escándalo que tuviera involucrado a su hija y encima de todo eso que fuera de forma hiriente le colmaba la paciencia.

Además de que esta vez, más allá de verlo como un CEO de una empresa de entretenimiento, le veía más desde la perspectiva de un padre molesto, conocía bien a su hija y sabía que estaba destrozada. El señor Williams siempre le había dado todo a su hija, incluso hasta chicos que ella deseaba, y esta vez no sería una excepción, su princesa Shannon se iba a casar con el chico Rivera sin importar que.

-¿Qué diablos pensabas Miguel?-El señor Williams estaba tratando de contener todo el coraje que llevaba dentro - engañando a mi preciosa hija con un chico, JA, que estupidez

Miguel solo lo miraba sin ser capaz de gesticular palabra alguna, más bien, no sabia como decir o describir lo que pasaba, simplemente era imposible encontrar una manera rápida de decir que ya no estaría más con su hija.

- Papá, cálmate no pasa nada, estoy bien, Miguel no esta enamorado de mi, yo decidí romper el compromiso, no él - Shannon confrontaba a su padre de manera calmada, metería las manos al fuego por los chicos.

Miguel, Hiro y el señor Williams, la miraron sorprendidos, en especial los más jóvenes puesto que sabían que lo que Shannon había dicho era completamente falso. La tensión se podía cortar con un cuchillo, por lo que Miguel sabía, la chica coreana nunca había confrontado a su padre, siempre se había comportado como una princesa obediente, y que ahora lo estuviera haciendo por ellos simplemente no podía creerlo, además de que lo apreciaba con el corazón entero.

- Shannon, te creería si no viera tus ojos hinchados, seguramente lloraste ¿no es cierto? - cuestionó sabiondo el mayor. Shannon solo se tensó un poco al ver que ahora se dirigía a Miguel - escucha bien niño, tienes que casarte con mi hija, sino despídete de tu contrato.

Miguel tomó la mano de Hiro y con mucha valentía respondió antes aquellas amenazas.

- Lo siento señor, pero no lo haré, Shannon y yo terminamos nuestro compromiso - el mexicano dio un paso al frente- si por eso mi contrato debe terminar, yo mismo iré a la oficina a primera hora para concluirlo.

La cara de Hiro mostraba completa confusión y podria decir que incluso se sentía algo culpable, su novio dejaría aquella empresa que le había dado tanto solo por estar con el, así que bajo ese pensamiento ahora se arrepentía un poco de haber aceptado ir con Shannon, porque si no hubiera escuchado toda discusión en curso tal vez no se sentiría tan culpable y solo tal vez no tendría tanto miedo del futuro.

- ¿te sientes valiente, no es así Miguel? - preguntó el señor Williams- pues te arrepentirás de no haberte casado con mi hija, tu carrera terminó aquí.

El padre de la chica Williams salió furioso de la habitación dejando a todos los jóvenes tensos y estresados. Miguel solo pudo tragar saliva, ahora ya no había vuelta atrás, pero haría lo que fuera por Hiro. Entonces la voz de Shannon resonó en la habitación.

- Chicos, es mejor que se vayan - dijo la chica coreana - les llamaré un taxi para que puedan llegar tranquilos a su hogar.

- Shannon no es necesario - dijo Hiro.

- Claro que lo es, Hiro - la joven les sonrió gentilmente a ambos y luego volvió a hablar - y sobre lo que dijo mi padre, tu no te preocupes Miguel, tu carrera seguirá, yo me haré cargo de esto.

How To Fall In Love With A Hamada (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora