Sol...

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Cuando el sol cae al abismo, degollado su sangre corre lentamente.

Su agonía se apacigua entre las nubes y el dolor es calmado por el viento.

Son sus rayos la última llamada, un último grito en el umbral nocturno y su mirada de fulgor pareciera castigar con furia a los que huyen.

Al momento del sol ceder su fuego, entregar la corona y traslucir su brillo.
Al instante de mutar el oro a plata, de la alquimia hacer brotar estrellas y con lazos siderales unir la noche al día.

Perseguir al sol en su caída, dejar que mudé y se convierta en el reflejo de un  recuerdo que tormenta.

Y gritar. Sea bienvenida así la noche. Sean bienvenidos los delirios y la culpa que me acecha, aquellos gritos que no cesan y abuchean mi rareza.

¡Tomen su boleto, espectadores¡
Tomen su lugar y miren con frialdad el retonar del sol y su reinado de traición.

El comenzar del día y del despertar forzado, dando muerte a la esperanza con el sol que me delata.

Voy a implorar una vez más, en las mañanas, que el sol me lleve en llamaradas.

Que me queme y al quemarme el me ayude y me esfume para no sentir más nada.

Para dejarle las penurias a la atmósfera luctuosa y que lleguen a la luna para fingir que ella me escucha.

Poemas De Un Mal Poeta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora