No basta decir Te extraño.

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Mañana y al pasar del día siento desfallecer el alma.
Proximidad de un mañana frío y yo tan lejos, tan abajo y cercano al desierto.
Me sumerjo y ahogó la desesperada situación en tus recuerdos.

Espero y con mirada al cielo siento como el rocío fresco me reanima, las estrellas del manto etéreo me guían y tus susurros tan lejanos elevan la flama de una vela, colorean el vino tinto  y a las rosas carmesí casi marchitas.

Mañana es tiempo de espera indefinida, es tiempo de caída y de lágrimas rebeldes que bajan y susurran lo que mis labios callan.
Interior cristalino que no cede, no se seca y permanecen a la par de mis mejillas.
Reflejan incesantes tus facciones y la reacia sonrisa tuya.
Son cristales líquidos que añado y guardo, son como aquellos los lentes que contienen tu mirada y me salvan a cada instante en que deseo verte.

Ya es mañana. Fulminante fue la noche y ni siquiera la luna y el murmullo del viento me calmaba.
Decía a voces bajas que te amaba, que te amo y que te quiero rozando así mis brazos.
Que a la espera nuestra están las rosas, las velas y la copa que chocamos a la despedida.

Es la espera muerte y es esperanza saber que volveré a verte.
Te encontraré mientras que el fuego de tus labios incendia la noche tan perdida.
Y esta vez lo gritaré, que sea cómplice el viento y se lleve el eco de nuestros besos.
Será nuestro el atardecer, serán tuyas las estrellas y serás tú mía...

Poemas De Un Mal Poeta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora