La pasión yace olvidada.

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He ahí el olvido de mi alma.
He ahí los días rotos de una semana, de un mes, de un año.

De los momentos aquellos en los cuales tenerte a mi lado era mi copa de alcohol, era un habano y un suspiro del viento; también eras el fuego de la fragua que fundía los recuerdos quebradizos.

No había nada más lejano a nosotros, no existía conjugación más perfecta que nuestro tiempo efímero por más que sólo fuera la pasión que ardiente se apaga .

Yo no te olvido por la necia necesidad de tus besos.
Yo no te olvido por la desesperada necesidad de ti.

Por qué te veo cada noche, te escucho cada día durante las caminatas en otoño.
Huelo tu fragancia en el blanco humo que era el mismo de ti con un cigarrillo desgastado.

Con una copa de vino blanco, con la lumbrera de románticas velas en las pocas cenas que tuvimos en los melancólicos recuerdos que me quedan.

No necesito soledad o mera abstinencia tuya solo es necesario el olvido o la imperiosa necesidad de amnesia.

Te he buscado en los rincones, en las bancas, a la entrada de mi puerta donde suaves tus caricias abundaban sobre mi piel áspera.

El rojo de tus besos se destiñe y tu perfume poco a poco se me agota.
Con una copa de vino blanco y un habano de casi acabar.
Como la última cena que tuvimos, como el último recuerdo que me queda por olvidar.

Poemas De Un Mal Poeta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora