Elevo un grito de ayuda en secreto.
Una bengala sangrienta y silente.
Un resplandor único y difuso que ilumina insignificante el cielo, una casualidad que se vio abrumada.
Entonces se sofoca la bengala, se sofoca el resplandor, me sofocó en la cornisa de una inmensidad desconocida.
Y susurro a mis obsesiones internas, a los transtornos y miedos mutantes: ¿Cuál será el desliz que nos lleve a la inmensidad desconocida? ¿ O será, a caso, un salto de fe en angustia?
Porque prefiero elevar mil bengalas invisibles a quedarme quieto en aquellos bordes, porque será mi alma el mejor combustible para el humo de mis señales y seré desconocido en el vértigo de los iguales.
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Poemas De Un Mal Poeta.
PoesiaLetras, versos sin más sentido que los propios sentimientos.