Capítulo 22: en dirección a la torre

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El cuerpo de Sasuke cayó junto al de Kimera que intentaba controlar el enorme poder que contenía su cuerpo. Su respiración entrecortada le hizo ver que la marca lo había cansado más de lo que parecía.

—Eres fuerte, Sasuke, muy fuerte— La pareja dirigió su mirada al ninja de enfrente con el ceño fruncido.— Como te encuentras ahora, no podemos esperar a vencerte.— El del Sonido dejó el pergamino de la tierra en el suelo mientras continuaba hablando.— Te propongo un trato: yo te doy este pergamino y tú nos dejas ir. Por lo visto, te subestimamos pero finalmente descubrimos lo que necesitábamos saber. Ahora estamos empatados, pero si nos volvemos a encontrar en combate, te prometo que no correremos ni nos esconderemos.

Ambos chicos suspiraron y vieron al ninja irse con sus dos compañeros. El equipo de Ino se acercó a ellos mientras revisaban a los demás integrantes del equipo siete. Kimera se acomodó junto a Sasuke y acarició uno de sus brazos intentando calmarlo.

—Ya está, no ha pasado nada. Averiguaremos cómo quitar la marca, te lo prometo.— Sasuke asintió, parecía perdido en sus sentimiento y no lo culpaba, ella estaría igual.

—¿Qué te ha ocurrido en los ojos?— Con sus manos limpió el resto de sangre y lágrimas que estaban en sus mejillas con cariño.

—Yo... el poder de mi Byakugan, lo exploté a tal magnitud que mis ojos no lo soportaron más.— Contestó intentado que aquella noticia no hiciera daño en Sasuke.

—Tú utilizaste un poder antes, en la pelea con el tal Orochimaru, ¿cómo dijiste que...?— Pero fue interrumpido por un grito de un rubio que estaba en el suelo arrastrándose mientras les gritaba que tuvieran cuidado.

—¡Sakura-chan, Sakura-chan! ¡Algo importante le pasó a tu cabello!— Naruto se acercó a la chica pelirosa que tenía la mirada perdida en el suelo a algunos pasos de ellos.

—Ah, eso. Es que quise cambiar mi aspecto.— Kimera suspiró más tranquila, miró a Sakura quien le regresó la mirada con tristeza.— Me gusta más largo, pero cuando estoy en la intemperie como ahora, es poco práctico.

Mientras Sakura le explicaba las cosas a Naruto, Neji se posicionó frente a Kimera y Tenten frente a Lee e Ino. El primero observó con atención los ojos de Kimera, revisó que no hubiera una hemorragia interna y que su Byakugan estuviera bien.

—¿Por qué lo ha utilizado, Kimera-sama? ¡Sabe que lo tiene prohibido y no es por miedo a lo que haga, es por miedo a lo que le pueda pasar!— Todos miraron con atención a los Hyūga, Kimera miraba el suelo y Neji la miraba con furia.— ¡Pudo haber muerto!

—Lo siento, pero era necesario. No lo habría usado si no fuera así.— A todos les sorprendió que Kimera no se alterara o gritara como su primo, contestaba con tranquilidad y algo de culpabilidad.

Neji suspiró y dejó de mirar a Kimera, dirigió su mirada a los demás integrantes del equipo siete y negó con la cabeza.

—Cuídenla, necesitará descansar, sobretodo sus ojos. No podrá usar el Byakugan por más de un día así que si lo hace, la golpean.— Para sorpresa de todos, Neji le sonrió con burla a Kimera y después centró su atención en el resto de su equipo.

Ino ayudó a Sakura con su cabello mientras Kimera y Sasuke siguieron sentados por un largo tiempo.

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Mientras Naruto pescaba con Sasuke, Kimera y Sakura hacían la fogata.

—Oye, Kimera.— La recién nombrada dirigió su mirada a Sakura con curiosidad.

—¿Sí? ¿Qué pasa, Sakura-chan?— Por muy extraño que fuera, Kimera ya no se sentía disgustada con la compañía de Sakura.

—Tú y Sasuke-kun son novios, ¿cierto?— Aquella pregunta tomó por sorpresa a Kimera. Lo habían hablado sobre un árbol, pero no habían llegado a ninguna conclusión.

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