Capítulo 38: Byakugan vs Sharingan

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En la madrugada el aire siempre se encontraba frío. Si tenías la desdicha de despertar a esa hora, probablemente sufrirías de aquel frío invernal que era un poco extraño en esa época del año. Los rayos del sol apenas salían tras las montañas, pero Hyūga Kimera ya estaba despierta y corría en dirección a la Torre del Hokage con el rostro lleno de dolor y desesperación. En cuanto entró, chocó contra un cuerpo que la hizo caer al suelo por el impacto, se disculpó brevemente sin siquiera mirar quién era la persona e intentó seguir su camino, sólo para ser detenida por la voz de la persona a su lado.

—¿Kimera-chan?— Ella volteó inmediatamente, sus ojos perla chocaron con los negros de Shizune, la asistente de la Quinta Hokage.— ¿Qué haces aquí? Todavía no sale el sol.

—Oh, Shizune-san, ne-necesito hablar con Tsunade-sama, por favor.— La desesperación en el rostro de la joven hizo que la pelinegra asintiera y la guiara a la oficina.

Shizune confirmó primero si podía entrar, tocó la puerta dos veces antes de recibir un "pase". Avisó quién la visitaba y le informó el estado de conmoción y tristeza que pudo ver en sus expresivos ojos blancos.

—Tsunade-sama.— Llamó la peliazul intentando no soltarse a llorar.— Sa-Sasuke-kun se ha ido. Se fue anoche, me metió en un Genjutsu para que no pudiera alertar sobre su salida.— Tsunade se mostró sorprendida ante aquella revelación, luego frunció el ceño con molestia y estrelló su puño en la mesa haciendo sobresaltar a la Hyūga.— Le pido... le suplico que me deje ir a buscarlo con el equipo siete.

—No. Lo siento, Kimera, no pudo permitirte eso.— La kunoichi abrió la boca para protestar, pero fue interrumpida por el toque de la puerta.— Pase.

Hagane Kotetsu e Kamizuki Izumo, ninjas de la Hoja que traían libros consigo, entraron a la sala y miraron con sorpresa a Kimera.

—Tsunade-sama, aquí están los libros que nos pidió.— Informó mirando de reojo a la desesperada chica a su lado.

—Bien. Necesito que busquen a Nara Shikamaru y lo traigan de inmediato.

—¡Sí!— Dicho esto, se retiraron rápidamente en busca del menor del Clan Nara.

Tsunade miró a la peliazul, el dolor y la tristeza estaban plantados en su rostro y ojos, se preguntó cómo alguien podía ser tan expresiva sólo con los ojos. Como Hokage, debía permanecer tranquila, pero el pensar que Sasuke iba directo a Orochimaru, le puso los pelos de punta. Se mordió el pulgar con fuerza intentando tranquilizarse y pensar con la cabeza fría.

—Ya has hecho suficiente, Kimera. Retírate y descansa.— Ordenó sin dejar de mirarla fijamente.

—Tsunade-sama, déjeme acompañar al equipo.— Pidió la peliazul haciendo negar a la Quinta.

—No puedo dejarte ir. Shikamaru se encargará de elegir a los ninjas que llevará.— La vio bajar la cabeza mientras mordía su labio inferior y se daba la vuelta.— Naruto irá con ellos.

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Habían pasado segundos, minutos, horas desde que el equipo de rescate se había ido. Shikamaru fue el Chūnin a cargo de Naruto, Neji, Kiba y Chōji. Aunque el equipo había sido bueno y llevaban una formación bastante planificada, Kimera no pudo quedarse ahí sin hacer nada, tenía que ir y ayudarlos, quería volver a hablar con Sasuke. Por suerte, Rock Lee parecía tener la misma idea que ella pues lo encontró caminando y alistando su chaleco mientras se dirigía a la puerta. Sabía que Lee tenía una voluntad enorme, valentía no le faltaba y esfuerzo fue lo que dedicó a su entrenamiento por años, aún así, la Hyūga se sorprendió de verlo de pie y dispuesto a partir con los demás.

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