No Tienes Que Estar Solo

Capítulo 29: nuevo maestro, nuevo entrenamiento

Ese día, Naruto practicaba el Jutsu de Invocación, pero hasta el momento sólo había logrado crear un pequeño renacuajo. El Maestro Jiraiya se frotó las manos y sonrió con malicia mientras se asomaba entre los arbustos para mirar a las chicas que solían ir al río por el calor que abundaba en esa estación del año. Para sorpresa del sabio, no había ninguna chica ahí, bueno, había una, pero no era la clase de chica que quería espiar. Ésta llevaba una sudadera morada con blanco que tapaba toda el área superior de su cuerpo y unos pantalones azules cubrían sus piernas, peleaba contra un chico que era más alto que ella, de cabellos castaños y camisa gris clara. La chica respiraba con dificultad al igual que su contrincante, ambos estaban parados sobre el agua, para sorpresa del peliblanco. Pudo reconocer el Kekkei Genkai de los Hyūga en sus ojos, el Byakugan estaba activado en ambos pares de ojos y se miraban con furia.

—Ya se lo he dicho, Kimera-sama, no es rival para mí. Es más fuerte que Hinata-sama, eso es obvio. ¡Pero no más fuerte que yo!— Se acercó a la chica cuyo nombre, al aparecer, era Kimera. Sin embargo, ella paró el golpe que iba dirigido a su pecho e intentó patearlo pero su pie fue parado rápidamente.

—Siempre quieres ser superior a Hinata o a mí, siempre. Eres considerado un genio en el Clan, Neji-niisan, pero aún así, tú mismo te haces inferior y descargas la frustración en insultos a Hinata y de vez en cuando en mí.— El chico, Neji, frunció aún más el ceño y se acercó a la menor, esta vez logró golpearla en la barbilla y la mandó lejos.

Para sorpresa de Jiraiya, ella se levantó con la misma decisión con la que peleaba antes. Apretó las manos fuertemente y volvió a acercarse al chico para empezar otra pelea cuerpo a cuerpo. Golpeaba el cuerpo de su contrincante y era parado por él, el valor y la determinación en los ojos de la chica eran los mismos que había visto en los ojos de Naruto aquel día que lo vio y persiguió por primera vez. Como si lo hubiera invocado, el rubio se acercó a él con cara molesta y ceño fruncido.

—¿Otra vez espiando a las...? ¿Eh, Kimera-chan?— El rostro de su acompañante se contrajo en confusión y sorpresa.

—¿La conoces?— Le preguntó con voz baja para no ser detectado por los rivales.

—Es mi mejor amiga y él es su primo, Hyūga Neji, mi rival en la siguiente fase del examen.— Contestó frunciendo el ceño con molestia. Comenzó a apretar los puños conforme la pelea avanzaba.

En todo ese tiempo, ambos rivales no dejaron de atacarse como si aquel encuentro fuera de vida o muerte, intentaban golpearse en los puntos de chakra más importantes para todos los ninjas. Finalmente, cuando el chico castaño estaba apunto de atacarla con la técnica más fuerte que tenía, ella giró con ambos brazos extendidos.

—¡Ocho Trigramas: Cielo Giratorio!— Gritó mientras una gran esfera rodeaba su cuerpo y mandaba a volar a su contrincante. Se acercó a su primo, como Naruto le había dicho, y desactivó su Byakugan sorprendiendo a Jiraiya.— No voy a seguir peleando contigo. Eres mi primo, eres... eres mi familia, Neji-niisan. Y a pesar de todo, yo te quiero.

La sorpresa del sabio era más que evidente. No sólo por las palabras de la chica, también por sus acciones y la actitud insolente del mayor.

—Es una tonta, Kimera-sama. Sus sentimientos la matarán algún día.— Ella bajó la mirada con los ojos cerrados con fuerza.

—Lo sé, pero si mis sentimientos remueven algo en ti, me arriesgaré a morir.— Contestó mientras se daba media vuelta y comenzaba a caminar a donde ellos se encontraban mientras que el chico desaparecía con el ceño fruncido.

La chica suspiró y se dejó caer de rodillas sobre el agua mientras Naruto se levantaba y corría hasta ella para ayudarla a levantarse. Ella sonrió de lado y tomó la mano que Naruto le ofrecía, lo había visto gracias a su Byakugan y también vio a su acompañante antes de que se hicieran notar.